Capítulo 9

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"¿Dónde estás?"

- ¿De que sabor quieres el helado?

- ¿Qué?

Bryan suspiró cansado, desde que mi padre me llamó un rato después de avisarle que no iba a llegar a casa mientras íbamos de camino a la heladeria para decirme que mi hermano no había ido a casa y que tampoco contestaba, estaba algo preocupada.

Vale, estoy enfadada con él, pero... ¿que pasa si le han secuestrado?¿y si le quieren violar?...no se me ocurre nada más.

- Tengo hambre.

- ¿Por qué no me lo has dicho antes?

- Porque no tenía hambre, es lógico.

- Vale....entonces, ¿que quieres comer?

- No se.

- ¿Qué te apetece?

- No se.

- ¡Di alguna cosa!

- Alguna cosa.

¿¡Por qué no me callaré!?

En su mirada veía que tenía ganas de decirme de todo menos bonita.

Pero se calmó.

La verdad, me merecía algunas de las palabraa que seguramente estaban pasando por su cabeza.

- ¿Qué te pasa?

Se me erizó la piel cuando cogió una de mis manos con la suya.

- ¿Estás bien?

- Si...claro.

Suspiró.

- Vamos, cuentamelo...¿qué es lo que te tiene así?

Dude entre si se lo contaba o no. La verdad es que me quería desahogar con alguien por lo que acepte.

- Antes cuando me llamaron...era mi padre...- me para pensando que decir.

- Sigue.

- Estaba muy preocupado porque Jay no había llegado a casa y no les llamaba ni tampoco les contestaba...

- Ajam.

- Estoy muy preocupada por él porque una parte de lo que ocurre es mía.

- ¿Por qué dices eso?

- Esta mañana le eche en cara que ayer te tratarse de esa manera y antes, en el aparcamiento el venía hacia mi para, seguramente, disculparse o pedirme perdón llevándome a comprar un helado...como tu has hecho. Pero no le he dejado venir porque estaba bastante enfadada con él, que lo sigo estando, pero ahora solo quiero matarle por no comunicarse con nosotros.

- ¿Le has intentado llamar tú?

Me quedé petrificada.

Era verdad, estaba tan preocupada esperando a que mis padres me llamas en para decirme que Jay estaba bien que no había pensado en llamarle en ningún momento.

- No...

- Llamalé.

Su mirada y su expresión de ternura hizo que le abrazase.

- Vale... Y gracias.

- ¿Por qué?

- Por escucharme.

Me sonrió y me dijo que él me esperaría con mi comida en una mesa que me señaló.

Cogí el móvil y busqué su número en la agenda.

LA CHICA NUEVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora