"¿Una carta para mi?"Después de ese día olvidé la venganza hacia mi hermano, no quería que volviesemos a estar mal después de lo que pasó.
Las mañanas fueron igual que todas...lo que quiere decir: gritos, bromas, patadas en unas partes en las que no se deberían dar a los hombres...lo normal.
También pasé más y más tiempo con Bryan.
Y me enteré de que a veces mi hermano y él se hablaban cuando se encontraban en la cafeteria o en algún pasillo, aunque era algo raro ya que los edificios estaban separados.
Quedabamos por las tardes, íbamos a comprar unos helados, a la biblioteca (nunca pensé que a él le gustaría ir), en las clases que teníamos juntos, en los recreos (aunque no me sentía muy cómoda teniendo a Sam y Mark también en la misma mesa)...
La verdad es que me gustaba mucho tener a alguien con quien poder hablar cuando lo necesitaba y que me apoyaba y no me dejaba sola.
Hace unos dias pude enviar esa ansiada solicitud que tantas ganas tenia de conseguir. Lo malo es que todavía no me habían contestado.
Ni un mensaje, ni carta....NADA.
Y estaba desesperada.
Quería una señal o algo.
Bryan me había preguntado varias veces que qué me pasaba, pero yo no quería decirselo. Sobre todo porque sabia que el escondida otro secreto y no me lo iba a decir.
No queria que nadie se enterase, ni mis padres o mi hermano.
Si lo conseguía cumpliría mi sueño.
Y claro, desde que envíe la solicitud ya habían pasado casi 7 dias. Y si no me contestaban este día significaba que no lo había conseguido.
Ya era lunes y, después de un fin de semana tirada en la cama y con la puerta cerrada para que nadie molestase y solo salir para comer (ya que el baño estaba en mi habitación)...aunque si hice mis deberes, me levanté.
Y tampoco miré el móvil.
Que gran logro.
La verdad es que no tenia ganas de nada...como casi todos los lunes.
Me preparé y fui hacia la planta de abajo para desayunar mientras me repetida mi mi misma una y otra vez que lo conseguiría.
- Lo voy a conseguir, lo voy a conseguir, ...
- ¿Qué vas a conseguir?
Grité.
¿De dónde había salido mi hermano?
- Tranquila.
- Imbécil.
- Da igual, respóndeme.
- Nada.
- Dimeló.
- Solamente es que hoy tengo un examen y no se me ha quedado casi nada, ¿vale?
Todo mentira.
Su expresión ya no era de burla, cambió completamente cuando dije eso.
- ¿En serio?
Él sabía que yo sacaba muy buenas notas y que aunque estudiase poco se me grababa en la cabeza. No era nada normal que me pasase eso.
- Si.
Vuelves a mentir.
- Oh.
Y entonces me abrazó y yo le correspondí.