Capitulo 8

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Semanas después:

Navier estaba tomando una taza de té con Rose y Mastas mientras estaba con sus nuevas damas de compañía, eran muchachas de agradable compañía e incluso Laura y la condesa Joubert ya se había llevado bien con Masters y Rose y eso le agradaba, sin dudas algunas había elegido a las mejores. Laura había dicho que le diría a sus padres de que ella iría a estudiar al extranjero y no tendría problemas de ir al Reino del Occidente al igual que la condesa Joubert quién a pesar de estar casada ella no tenía una buena relación con su esposo así que el no se daría cuenta de que ella se vaya.

Había iniciado una amistad  con el Duque Kaufman y el era bastante interesante si era sincera, por suerte el duque había aceptado hacer tratos de ahora en adelante con su reino así que los comercios estaban en movimiento.
Heinley le había contado sobre el collar de mana y sus planes, pero no se enojo con el ya que lo entendía, todos los magos se iban al imperio de Oriente y si el imperio decidiera atacarlos ellos no tendrían como defenderse ante muchos magos así que ella había arreglado unas cuantas cosas y ocupo su influenza y ahora muchos magos iban al reino occidental haciendo que Heinley se lleve el collar y hizo que McKena se desasiera de él para no dejar pruebas.

Navier estaba emocionada ya que los demás reinos por fin estaban llegando para la fiesta de año nuevo y eso significaba que Heinley y McKenna por fin estaban en camino, además ya no soportaba a Sovieshu ya que le estuvo rogando durante las 2 semanas de ser su concubina haciendo que había días que Navier no salía de su habitación y se ocupaba de sus pequeñas responsibilidades como princesa heredera y solo aceptaba las visitas de sus damas de compañía, de Ergi y sus guardias.

— Princesa, debería prepararse para recibir al Principe Heinley y a Sir McKenna — comentó Rose emocionada, ya quería ver el reencuentro de esa pareja.-

— Supongo que tienes razón Rose — dijo Navier con una leve sonrisa.-

Después de unos minutos Navier ya estaba lista y estaba en la entrada del palacio recibiendo a los demás invitados y esperando a Heinley y a McKenna, estaba demasiado incomoda con Sovieshu mirándola con una leve sonrojo y a la emperatriz mirándola de reojo. Estaba apunto de devolverse a su habitación cuando vio como el carruaje del reino occidental entraba al palacio y hizo un esfuerzo inhumano para ocultar su alegría al ver como faltaba unos segundos para que Heinley finalmente este a su lado.

— ¡El Príncipe Heinley Alles Lazlo del Reino del Occidente junto con su primo el Sir McKenna!

Las puertas de abrieron revelando a un apuesto joven de cabellera rubia y ojos morados haciendo que muchas mujeres se sonrojen al verlo, los rumores eran ciertos cuando decían que el principe era muy apuesto.

Heinley sonrió al ver a Navier haciendo que ella le de una leve sonrisa mientras atrás de ella Rose, Laura y Masters miraban con emoción y pequeñas lagrimas saliendo de sus ojos al ver el reencuentro de Navier y Heinley mientras que la condesa Joubert tenía una leve sonrisa.

— Bienvenido al Imperio del Oriente, príncipe Heinley — dijo la emperatriz apenas tener a Heinley enfrente de ella, ahora tenía que pasar tiempo con él para convencerlo de ser su concubino para vengarse de Navier y Sovieshu.-

— Es un gusto de conocerla finalmente emperatriz — Heinley hizo una pequeña reverencia para después mirar a Sovieshu quién tenía el cejo fruncido — finalmente nos volvemos a ver emperador Sovieshu, la última vez que nos vimos fue cuando éramos niños y mi reina se fue conmigo al reino Occidental — dijo agrandando su sonrisa haciendo que Sovieshu apretara sus dientes mientras el cejo en su frente se hacía más notorio.-

— Heinley no provoques al emperador en tu primer día — Navier se acercó a Heinley haciendo que este ignorara a Sovieshu y toda su atención se centre en ella — ¿Cómo estuvo el viaje?

Desde otra perspectivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora