Capitulo 1.

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Estoy embarazada.

Aquella mañana después de repasar unos acordes con la banda, Shikamaru no esperaba que Temari le fuera a decir precisamente… eso. Y es que hace Dos semanas el pelinegro notaba lo inquieta, distraída, sensible e incluso lo tensa que estaba y además de que su físico le demostraba, las ojeras por la falta de sueño y lo delgada que ha estado y no es por la dieta estricta que debe seguir a cada pie de la letra solo por ser una supermodelo y actriz, todo eso debía de ser algo más. Y Shikamaru lo sabía perfectamente.

El Nara se preocupo de que estuviera enferma por la presión que tenía con el trabajo y le recomendó ir al doctor, la rubia por supuesto que se negó varias veces, siempre a sido muy problemático convencerla y además de esto, fue el tema de discusión de hace unos días.

La rubia se fue de la casa en Konoha, furiosa alegando de que no quería perder el tiempo con estupideces, pero a Shikamaru no le pareció una estupides decirle que estaba muy delgada y tenía que ver al doctor eso pareció molestarla más de lo normal y alego de que tenía que estar así para entrar en la ropa que debía modelar en las pasarelas. Y sin más se marchó sin dejar al Nara hablar para convencerla.

Shikamaru también se molesto por la reacción de la Rubia dejo de escribirle y llamarle, solo se concentro en su carrera de cantante y en la gira que tenía que hacer con su banda, parecía pasarla en grande con sus amigos y sus fans, bromeando y componiendo canciones. hasta ayer en que la rubia le llamo, quería hablar con él reuniéndose ambos en una de las lujosas mansiones de aquella rubia en la ciudad de Kusagakure. en dónde, por el trabajo, ambos coincidieron en la misma ciudad.

Sin perder tiempo el Nara fue directo a la mansión llevando un ramo de girasoles, junto a una nota de disculpas por la discusión de hace días, y también una caja de bombones rellenos de fresa que tanto le gusta a la rubia.

Al llegar la rubia lo recibió en la puerta, agradeció los regalos de Shikamaru y le resto importancia la disculpa ya que ella también tenía algo en parte de culpa. El Nara noto lo nerviosa que estaba al adentrarse más a la casa y parecía confundido al ver que ella parecía no tener ganas de hablar.

Pasaron por los pasillos hasta llegar a la parte trasera en dónde se encontraba la gran piscina de agua caliente, pues salía vapor de ella. la luna estaba en el oscuro cielo resplandeciente junto a las estrellas. las lámparas de papel que colgaban en el techo del lugar deba un toque romántico y precioso.

—¿tienes hambre?—pregunto la rubia caminando despacio hasta el comedor donde había velas, flores, utensilios y comida preparada por los magníficos Cheff.

El Nara ya sabía que lo último no era preparado por ella después de todo ambos eran pésimos en la cocina y la única vez que hicieron algo sencillo como fritar un huevo, a la rubia se le quemó y el Nara saltaba cada vez que el aceite le salpicaba.

—mejor dime, ¿de que querías hablar?—pregunto Shikamaru tomándole del brazo.

Temari giro para verlo, sin dudas el Nara supo que estaba nerviosa ya que la rubia empezó a morderse el interior de su mejilla. Hay un silencio por unos segundos hasta que Shikamaru impaciente al no oír nada por parte de Temari, alargo su mano quitándole algunos mechones de su rostro, se detuvo en la mejilla por unos breves segundos y le acaricio con el pulgar para mantenerla tranquila. Poso sus ojos oscuros en los ojos aguamarina que tan hipnotizado lo tiene.

Temari sintió las yemas de los dedos del pelinegro deslizarse tras su nuca y la beso desesperado, como si fuera la última vez que besaría a la rubia, escucho un gemido por parte de ella, eso hizo que adentrara su lengua hasta que por falta de aire los hiciera separarse, regulando su respiraciones. El Nara se acercó nuevamente a la rubia, sujetando su cintura pero antes de que pudiera levantarla y correr hacia una de las sillas que había cerca de la piscina para hacerle el amor. Shikamaru vio como uno de los ojos de su novia derramó una lágrima.

—estoy embarazada—soltó la rubia de manera directa, sin rodeos.

—es… un broma ¿No?—balbuceo el pelinegro pues la confesión de Temari lo sorprendió tanto que entró en Shock.

La rubia niega moviendo su cabeza y gira caminando hasta la mesa donde toma un sobre y en la otra mano un aparato alargado de color blanco y rosa. Se los pasa al Nara quien los toma en la mano y al verlo, mira que es un test de embarazo.

Dos rayas, eso significaba positivo.

La rubia abre el sobre y le entrega unas hojas, son unas pruebas de sangre que confirman que la rubia si está embarazada.

—a los dos días después de que tuviéramos esa discusión en Konoha—la voz de la rubia era sería y fria—sufrí un desmayo en el rodaje de la película, los chicos habían llamado una ambulancia y me llevaron al hospital—Shikamaru le prestó atención a todo lo que decia—Mi manager pidió que me realizarán chequeos pues… ya sabes tú mismo como he estado estos dias—el Nara asintió—el test arrojo que estaba embarazada y la prueba de sangre lo confirmo.

El Nara verifico las hojas nuevamente, con una ceja enarcada. Incrédulo.

No, no era una noticia que emocionara a ninguno de los dos. Shikamaru diria que “no estaba listo”, Y Temari podría alegar que “era demasiado pronto”. Pero por más tiempo que pasara, él no estaría listo jamás y para ella jamás sería el momento indicado. No lo deseaban. Así de sencillo. No deseaban ser padres.

Temari lo sabía, Shikamaru lo sabía. Ambos lo hablaron hace años atrás y estaban de acuerdo con la opinión del otro, no tenían nada que replicar, nada que agregar. Nada que decir.

Llevaban casi ocho años juntos. Los primeros años a espaldas de sus amigos, los fans, los paparazzi y todas las personas a su alrededor para no llamar la atención lo cual era difícil pues ambos eran famosos, él por su voz, su música y composiciones. Y ella, por modelar, ser fotografiada para las revistas de grandes empresas y actuar en series o películas que entretuvieran a la gente.

Todo lo que ellos hacían era actuar que no existía nada entre ellos para no levantar sospechas frente a todos y aprovechar cualquier momento a solas para apasionantes sesiones de interminables besos que terminaban ambos sobre una cama o cualquier lugar cómodo dónde se entregaban en cuerpo y alma. Hasta que todo eso dejo de ser a escondidas y empezarlo a gritar a los cuatro vientos que ellos eran pareja. Las noticias avisaron a nivel internacional, estuvo durante días en la televisión, radio, revistas en fin, en cualquier medio de comunicación.

—Bueno… no sé qué decir —respondió el Nara sintiéndose algo tonto por no saber que más decirle.

Temari desvía su vista hacia la piscina en dónde comenzó a caminar, quitándose su bata de baño con el que había recibido a Shikamaru cuando llegó, metio sus torneadas piernas y se sento en una de las gradas dónde el agua le llegó hasta el estómago. Cierra los ojos, soltando un suspiro y con una expresión pensativa.

—Es decir…—Prosigue él— No, no es lo que esperábamos… pero está aquí. tampoco hay por qué arrepentirse.

Temari traga saliva con dificultad, sus manos tensas se cierran en puños.

—No íbamos a casarnos—Murmura— No íbamos a tener hijos…—Y es entonces cuando se derrumba—¡nada de esto estaba en nuestros planes!— un sollozo hace temblar sus labios, su puño golpea con fuerza el suelo haciendo que gotas de agua le salpiquen.

Shikamaru la ve y se siente culpable. Bien, de hecho, la culpa es de ambos. Pero es que aquel sentimiento protector que tiene con ella le dice que es él quien tiene la culpa. Se quita la ropa quedando solamente en boxers, mostrando su atlético cuerpo cubierto de varios tatuajes minimalista y se acerca a ella. Entra a la piscina sentándose a un lado de ella, pasando un brazo por sus hombros, arrimándola a él. La abraza contra su pecho, mimándola, consolándola.

—Bueno… no todo salió como queríamos—Comenta tranquilo.

—Esto…—Solloza—esto está mal… Muy mal…

—No, Temari… Está bien.

—¡Claro que no! —Se endereza ella quitándose de los hombros el brazo de su novio. Lágrimas salen de sus ojos— No finjas que está bien, Nara, porque no es cierto… Tú no querías esto, yo no quería esto… ¡Ninguno lo deseaba! Así que no finjas que de repente, se te antojó ser padre y atender a este bebé.

Temari se encuentra demasiado alterada. Jadea, sus ojos dilatados, lágrimas en sus mejillas y sus manos tensas en puños sobre su regazo.

—¿Quieres abortarlo?—Shikamaru la observa.

—no, no haría eso. No soy tan cruel—espeto fría.

—bien—es todo lo que necesitaba oír de la rubia—Ven aquí—Llama, levantándose y extendiendo una mano que es correspondido segundos después por la rubia.

Jala despacio la mano de ella y empiezan a nadar a las profundidades de la piscina. El agua está tibia y la temperatura es la adecuada para los dos. Shikamaru tuvo que rodear con una de sus manos la cintura de la rubia, levantandola, debido a que Temari no es tan alta como Shikamaru y por eso al llegar a la parte en la que la rubia deja de tocar el suelo de manera consciente, le rodea con sus piernas la cintura del pelinegro y lleva sus manos tras la nuca.

— Tienes razón; no es lo que esperábamos y ninguno de los dos lo deseaba—Admitió el Nara— Pero es lo que esta y ya no se puede hacer nada.

Temari se acurruca en el pecho del pelinegro, escuchando los latidos del corazón, eso la calma pues se siente asustada.

—Pero… es un bebé no deseado—Murmura, casi con vergüenza.

—Pues es deseado a partir de ahora—Shikamaru sonríe.

—¿Shikamaru?...

—¿Si?

—no se lo digas a nadie. Solo por el momento. Yo… no me siento lista.

El Nara se muerde el labio. La estrecha contra sí, exhalando el aire que inconscientemente ha retenido en sus pulmones.

—no te preocupes, no lo hare—responde acercando sus labios a la rubia y dándole un beso en la sien.

una inesperada noticia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora