CAPITULO 3

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La rubia de coletas se encontraba frente a la casa de su hermano pequeño. Había timbrado hace un par de segundos esperando a que le abriera la puerta. No tenía pensado en visitarlo, pero con todo lo que sentía en esos momentos, hizo que tomara esa decisión.

El sonido de la cerradura de la puerta siendo abierta hizo que la rubia sonriera. ha pasado mucho tiempo que no veía al pelirrojo por todo el trabajo que tenía  la mantenía ocupada todo el tiempo, pero en lugar de verlo a él fue recibida por Kankuro su otro hermano, quien le miraba sorprendido.

—Temari, ¿que haces aquí?—cuestiono abriendo más la puerta para dejarle pasar.

—¿Puedo preguntar lo mismo?—entro al interior de la casa quitándose el gorro y las gafas oscuras. Todo esto para que las personas no la reconociese y pasará desapercibida.

—solo vine a ver a Gaara—el  castaño alzo sus hombros sin darle importancia—ademas… en el trabajo me dieron unas vacaciones y nada mejor que estar en Suna y visitar a mi hermano. Y tú ¿No tienes trabajo? La fama suele mantenerte ocupada.

—esta bien trabajar pero de ves en cuando también necesito descansar—respondió, no quería decirle la verdad a lo que pasó hace unas horas.

—lo entiendo… digo para otras personas, pero Temari, tú no sueles tomarte descansos y si lo haces solo te la pasas con el Nara, ni siquiera te acuerdas de que tienes hermanos.

—si serás idiota—mascullo enfadada.

—¿Qué sucede?—Gaara había entrado a la sala para verificar quien había tocado el timbre de su casa—¿Temari?.

—Gaara—sonrio acercándose a él para abrazarlo por los hombros.

—ya veo quien es tu hermano favorito—bromeo el castaño cruzándo los brazos por encima de su pecho.

—no seas celoso—la rubia tiro de su hermano pelirojo para llegar a Kankuro sorprendiéndolo por abrazarlos a ambos con cada uno de sus brazos por encima de los hombros—los he extrañado. Y perdón si no he podido venir a visitarlos antes.

—tienes trabajo Temari, entiendo que estés ocupada—hablo Gaara quitándose el brazo de su hermana, incómodo.—aunque es inusual en ti venir a casa sin previo aviso.

—quería darte una sorpresa—mintió y forzó una sonrisa. En realidad no tuvo planeado ir a visitarlo.

—y fue una muy bonita—rasco su nuca avergonzado por decir eso—pero no creo que eso sea el caso.

La rubia cerro sus manos formándose en puños, pueda que las personas que miraban su actuación en las películas, series y otras cosas más, que le dijeran que es muy buena actriz pues fácilmente podía engañar a los demás, pero no a sus hermanos.

—debe ser algo más. te ves distinta—respondió con su seriedad característica de siempre.

—¿peleaste con el Nara? Porque si es así creeme que le pateare el trasero—hablo Kankuro.

—¡No!—exclamo la rubia—fue… en fin no quiero hablar de eso—sacudió su cabeza par sacar de la cabeza las palabras de aquel hombre.

—bien, pero cuenta con nosotros para lo que sea, Tem somos tu familia y te apoyaremos en lo que necesites—la rubia sonrió por las palabras del pelirrojo—Estábamos a punto de almorzar. Acompáñanos Temari—Gaara comenzó a caminar hacia la cocina seguido de sus hermanos.

Al entrar la rubia sintió su estómago doler, a sus fosas nasales le invadió el olor de la comida que estaba servida en el comedor, todo lo que había desayunado esa mañana obligada por el pelinegro lo sintió subir por su garganta. en ese momento llevo una de sus manos a la boca, las ganas de vomitar aparecieron repentinamente, y con la otra mano aparto a empujones a sus hermanos.

Las piernas de la rubia la alejaron de la cocina para entrar al baño, se arrodillo frente al inodoro y expulso la comida que aún tenía en su estómago.

Un sudor frío le recorrió la frente, seguía teniendo arcadas pero ya no tenía nada más que vomitar y de ello solo expulsaba saliva. Cerro los ojos fuertemente, trato de regular su respiración y su mano derecha fue a parar en su vientre apretando la tela de su vestido.

Lo hermanos Sabaku No gritaban del otro lado de la puerta, se los escuchaba preocupados y le pedían alarmados de que abriera la puerta, ni siquiera la rubia se dio cuenta del momento en que la cerro y le puso seguro.

Aún temblorosa se fue poniendo de pie lentamente, fue al lavamanos para enjuagarse la boca y quitarse el sabor amargo, allí en el espejo miro su reflejo cansado, aún con el maquillaje de su rostro podía verse lo pálida que se coloco en cuestión de segundos. Salpicó las gotas de agua en su rostro para así despejar su malestar.

—voy a llamar al doctor si no sales de inmediato—amenazo el castaño dando tres golpes a la madera de la puerta.

La rubia seco su rostro y manos con una toalla que estaba colgada y salió del baño. Se sentía mareada y parecía que en cualquier momento se iba a desmayar. No quería hacerlo, no frente a sus hermanos. No quería que se preocuparan, pues eso era normal al estar embarazada.

—¿Te sientes bien? ¿Qué pasó? ¿Por qué estás pálida y ojerosa? ¿Estás enferma?...—fueron varias preguntas que lanzaron los hermanos.

Temari llevo su mano a la sien, la verdad es que no se sentía bien, le empezó a doler la cabeza y las preguntas de sus hermanos no ayudaba mucho. Empezó a sentir que sus manos sudaban mucho, un escalofrió recorrió por su cuerpo y comenzó a ver borroso, así que cerro los ojos e inhaló y exhaló repetidas veces.

una inesperada noticia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora