Sweet Lies. [IZANA KUROKAWA x OC]

. 𝑪𝒆𝒍𝒐𝒔 .

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..𝑆𝑒 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑜𝑝𝑜𝑟𝑡𝑢𝑛𝑎 𝑙𝑙𝑢𝑣𝑖𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑓𝑖𝑙𝑡𝑟𝑎 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑜.
𝑁𝑜 𝑠𝑒 𝑛𝑒𝑐𝑒𝑠𝑖𝑡𝑎 𝑜𝑡𝑟𝑎 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎, 𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑚𝑖 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟𝑖𝑡𝑎...
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~Bᴀᴍʙɪ, Bᴀᴇᴋʜʏᴜɴ.

𝔻𝕚𝕔𝕚𝕖𝕞𝕓𝕣𝕖 2005, 𝕐𝕠𝕪𝕠𝕘𝕚, 𝕋𝕠𝕜𝕪𝕠.

—¿Sucede algo, nena?.-mamá acarició mi mejilla, negué lentamente mientras seguíamos haciendo las compras. Era extraño pero de poco en poco, me daba cuenta como mamá cambiaba.

En una ocasión, pensé que mamá se suicidaría por culpa mía, pero jamás sucedió.—Nada, estoy ansiosa por ver qué cenaremos este año.-dije y mamá asintió.—¿Tus hermanos vendrán?.-preguntó y negué rápidamente.—Tienen compromisos con él, lo lamento.-dije y los ojos de mamá se apagaron momentáneamente.

Yo ya no era suficiente para hacerla feliz, ¿Eh? Aunque pensándolo un poco más, ¿Alguna vez lo fui? Preferí ignorar todos esos inútiles pensamientos y sentimientos encontrados.—¿Cómo va tu trabajo de consejo?.-preguntó y suspiré cansada.

—El festival será la semana entrante y aún no tenemos todos los puestos, los folletos y volantes van bien, los llevaré por la tarde a la imprenta y los recogeré el lunes...¿En qué momento me metí en algo así?.-ella comenzó a reír tomando algunas especias.

—Creo que a pesar de la distancia, eres igual de perfeccionista que tus hermanos.-dijo orgullosa.—Por desgracia para mí, es lo único que me enseñaron.-respondí y mamá endureció los ojos.—No es así, aprendes más de ellos que de una desobligada como yo.-ahí íbamos de nuevo, mamá y sus complejos de inferioridad.

Siempre sentiría una ira ferviente contra ese hombre, por hacerla así. Papá, era una persona compleja pero soberbia, nadie estaba por encima suyo y quién se atreviera a dañar su imagen de familia perfecta...pagaba las consecuencias.—¿Lo has visto?¿Cómo va el divorcio?.-pregunté.

Ella fingió no escucharme en un principio, siempre rehuía de ese tema, pero antes de escucharla de nuevo, lo vi de reojo pasar fuera del supermercado. Tenía días de no recibir sus llamadas, ni una sola visita, nada. Era tan asfixiante la espera que pensé moriría, era ridículo.—¿A dónde vas, Ayame?.-preguntó mamá pero no la escuché.

Salí del lugar justo para verlo esperar el cambio de luz en el cruce, necesitaba verlo una vez más, saber que era eso que dominaba mi corazón y mente cuándo el estaba cerca. Sin Izana revoloteando a mi alrededor, me sentía sola. Sin Izana tratando de irrumpir en mis muros, me sentía muerta.—¿Estás enojado conmigo?.-pregunté al jalar de su manga.