CAPÍTULO: 5

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CAPÍTULO 5

Como cada día Terence se dirigía a diseños Ardlay & Britter, parada enfrente de las puertas de cristal una mujer de baja estatura y un pequeño bulto que se asomaba en su vientre observaba su reloj de vez en cuando y fruncia el ceño. Era simpática y a él todas las mujeres en esa etapa solo podían inspirarle ternura. Cruzó la acera para llegar a su objetivo.

—Sé que hice mal, que me comporté como un patán, pero entiéndeme. En el fondo siempre supiste que nunca dejé de quererla. No fue mi intención jugar contigo, las cosas solo pasaron, era mi última oportunidad de recuperarla.

Candy escuchaba a Mike, quería sacarle los ojos, Diane se giró y sonrió con timidez desde la puerta. El muy cínico se atrevió a ir con su ahora novia, Annie los veía con desdén desde la ventana donde estaba parada, no quiso dejar a su amiga sola.

—Entonces, si no funcionaba ¿por qué seguir adelante conmigo como si nada?

—Michael no dijo nada, solo puso su mano en la frente— Eres peor de lo que creía —murmuró apretando los dientes— vete, no quiero saber de ti jamás. Tú... novia, se ve desesperada, no la hagas esperar.

—Perdóname, Candy. Tú y yo siempre fuimos buenos amigos y no quisiera que eso terminará.

Candy se paró enfadada, con qué cara pedía continuar con su amistad. Se alisó el vestido y se dirigió a su amiga.

—Annie, puedes hacerme el favor de acompañar al doctor a la salida. Tengo asuntos más importantes que atender —en ese momento Terry entraba con dos frappé y una pequeña bolsa de galletas. Candy jamás se había sentido tan feliz de verlo, sus labios se curvaron hacia arriba y con una gran sonrisa lo recibió, corrió hacia él, agarró los vasos para colocarlos en el escritorio, luego se colgó de su cuello y le dio un beso en la mejilla. Terry que recordaba perfectamente a Michael, la tomó por la cintura y si ella quería jugar de esa manera, él también jugaría. Subió una mano hasta su espalda y le dio un largo beso en la comisura de sus labios ante el asombro de Britter y de la misma Candy.

Todo desapareció de la mente de Candice, estaba aturdida. Una insistente tos se escuchó detrás de ellos, Annie se estaba riendo, ya tenía su bolso en la mano.

—Se me hace tarde —tomó el frappé y salió con pasos rápidos. De Michael sólo quedaba el olor de su perfume.

Un incómodo silencio invadía el lugar, incapaz de apartar la mirada seguía inmóvil frente a él.

Dos meses habían pasado, Sandra seguía sin aparecer. Martha se marchó cuando ya no tuvo más excusas para justificar a su hija. Terry había dejado de pagar las cuentas y depositar la mensualidad de su desaparecida esposa. Solo así pudo comunicarse con ella, las llamadas eran muy cortas, Sandy siempre colgaba cuando Terence le pedía hablar de su matrimonio. George tenía todo listo, solo hacía falta la firma de ella, Terence se arriesgó e hizo que Villers iniciará el trámite de divorcio de común acuerdo.

Ese día Annie tenía una cita con Archie por eso salió una hora antes de lo normal. Se hubiera ido antes, pero la retenía ver a Candy tan enojada tratando de guardar la compostura para no golpear a Michael. El inesperado beso de Terry la hizo salir huyendo del lugar dejándolos solos, Terence invitó a Candy a salir con él después del trabajo. Era la primera vez que salían solos, bueno la segunda contando la de la playa. Normalmente coincidían en los días que ella, Karen y Annie iban a la playa o al bar de Karaoke, esto porque Annie había iniciado una relación con Archibald. Candy había hecho una buena amistad con Patty y Stear. Ella aceptó, sin embargo, las cosas no estaban pasando como se lo imaginó.

Se soltó de él como si la quemará, el cuerpo le temblaba. Ya no estaba segura si era correcto salir con él. Terry supo por el comportamiento de ella que había cometido un error.

EL AMOR DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora