El sol pegaba fuerte aquel día, más de lo normal, pero, ¿y que más se podría esperar al estar en medio de un desierto?
Un desierto infinito que no parecía terminar, toda planta estaba muerta, todo animal estaba muerto, toda persona que no formara parte de un equipo estaba muerta, todo ser vivo estaba muerto y disecado, o al menos eso creía...Maldito sol, maldito desierto y maldita guerra, estoy hasta los cojones.
[***]Un día muy caluroso, demasiado, el Comandante conducía pisando a fondo el acelerador pues tuvo unas complicaciones yendo a explorar el perímetro, supongo que ir todo recto no fue muy buena idea por su parte, ay Oswald... a veces eres un desastre, y eso que parece imposible.
El ya mencionado se estaba quedando sin combustible, el coche iba a parar de un momento a otro, tarde o temprano quedaría perdido en medio de la nada y herido de bala.-Genial Oswald... eres un puto genio...- Se dijo a si mismo mirando hacía atras para comprobar que le dejaban de seguir- Les perdí de vista pero a la vez me perdí yo, el mejor día de mi puta y puñetera vida.- Se quejó entre dientes.
Miró hacía el marcador del combustible, estaba jodido, el coche se pararía en unos pocos minutos, no valía la pena seguir avanzando, si, hacía un calor de la ostia, pero de todas maneras decidió seguir a pie, entonces lo unico que hizo fue coger una mochila con sus cosas e intentar orientarse a base de un mapa y una brújula, a la vieja usanza.
-Maldita sea... malditos Tankmen... maldito calor... maldito sol... ¡Maldito yo!- Siguió mal diciendo- Ni si quiera se porqué estoy hablando conmigo mismo, ¿porque mierdas estoy hablando hablando conmigo mismo? ¿Tan solo estoy?...
Se detuvo a pensar un momento, ¿desde cuando se volvió un lobo solitario? No se había dado cuenta de que el mismo se aisló, de que el mismo se había apartado de todo. De todas formas no se podía quedar quieto, a pesar de que la bala que tenía en el brazo le estaba matando lentamente, ya había caminado varios kilómetros, no se podía hechar atras ahora.
-Que cojones... ¿hierba?...- Se sorprendió pues se percató de que se estaba adentrando en una especie de campo disecado y muerto- Como es que no me enteré de esto...- Se preguntó a si mismo.
Empezo a mirar a sus alrededores con atención, puede que todo estuviera seco, pero era sorprendentemente bonito y extenso. Siguió mirando atentamente a todos lados, no sabía lo que se podría encontrar en ese lugar, pero algo sabía seguro y es que ese campo era de las mejores cosas que se podría haber encontrado, pero el no sabía que hiba a mejorar.-Va a anocher, de puta madre- Se tumbó en el suelo boca arriba apoyando su cabeza en su mochila mientras miraba su herida que apenas intentó curar un poco con una venda, alcohol, y esparadrapo, ni si quiera se molestó en sacar la bala.
Aquella hierba era un poco fresca y cómoda, lo suficiente como para que el Comandante esté a gusto, lo único que el hacía era mirar al cielo... al no haber ningún tipo de iluminación las estrellas se veían a la perfección, hacía mucho que no contemplaba una vista tan hermosa, debía de admitirlo.-Hace tanto que no tengo un momento tan tranquilo como este... Echo de menos el silencio... -admitió, aunque su tranquilidad no duró mucho pues empezó a escuchar pequeños crujidos los cuales le alarmó.
-Ya decía yo que la tranquilidad no duraría...- Se quejó levantándose del suelo y volviendo a ponerse su mochila a la espalda, tratando de visualizar que era lo que hacía aquel ruido, no lo podía creer, un gato.-¿Que carajos hace aquí un gato?- Vio cómo aquel gato se dirigía hacía el, un hermoso y peludo gato blanco, que al llegar al lado del Comandante empezó a frotar su cabeza y sus mejillas contra su pierna.
- ¿Que haces aquí lindo? Este no es un buen lugar para ti- Empezó a acariciar al gato- ¿De dónde has venido si se puede saber?- Se cuestionó cargando al gato en brazos el cual le lamió la mejilla a Oswald y volvió a frotar su cabeza.