Una linda mañana soleada, pero no tan calurosa, Oswald regaba algunas de las plantas mientras Tim dormía plácidamente en la habitación, estaba durmiendo más de lo normal, pues siempre se levantaba a las 7:00 a.m y ya casi eran las 8:30 a.m, pero no quería despertarlo, el pobre había pasado una mala noche, muchos llantos.
El sol terminaba de salir y la brisa era perfecta, un ambiente totalmente tranquilo y anaranjado
-Esto si es buena vida- Susurró el Comandante parándose a contemplar unas flores -¿De verdad debo irme? ¿Acaso no puedo ser dueño de mi propia vida, de mi propio destino? ¿Debo seguir órdenes durante toda mi vida? - Se dijo a si mismo, cuestionando toda su vida, el sentido que le daba, o si al menos tenía algún sentido.
Y así como el viento hace volar a la arena, Oswald empezó a desmoronarse, hasta que sus deprimentes pensamientos fueron interrumpidos por el sonido se un camión que se acercaba sin prisas hasta el invernadero, haciendo que el Comandante saliera de este para, efectivamente, ver que eran dos de sus compañeros que al fin venía a por él. Emocionado y triste a la vez, se acercó a saludar a sus compañeros.
-Habeis llegado antes, ¡cabrones!- Saludó Oswald.
-Tranquilo, Comandante, si sigue así de amargado no llegará a los 50- Salió Skittles del camión, tirando el cigarrillo que colgaba de su boca al suelo.
-Buenos días, Comandante- Saludó otra chica saliendo del camión -Con respeto, ¿porque mierda nos pide que vengamos con el camión? Este hijo de puta conduce fatal.
-Hay que llevarnos cosas.
-¡Oh! ¿Vamos a asaltar y quemar este lugar?- Dijo Skittles con alegría.
-No, puto pirómano de mierda. Puede que alguien me haya estado ayudando y...
-¿Te has echado novio?- Bromeó la chica admirando el lugar.
-No, Alex, no. No me he echado novio.
-¿Entonces que?
-Puede que no quiera dejar al chico que me ha ayudado solo... otra vez...
-Señor, no creo que sea buena idea- Explicó Skittles -No creo que sea buena idea llevar a alguien sin experiencia a la base, sería un problema, podrían aprovecharse de él de alguna manera.
-No lo entenderías, Skittles... Lleva aquí solo durante 6 años enteros, ¡casi 7 años! Su familia lo dejó solo, ¡no tiene a nadie! Excepto...- Paró de hablar al escuchar un maullido que provenía de sus espaldas -Su gato Medio Día... ¿Tim?
Y ahí estaba él, en la puerta del invernadero, temblando con lagrimas en los.
-¿Y ese quién coño es?- Skittles rompió el silencio.
-¿Ya se va?...- Preguntó Tim sin fuerza en la voz.
-Tim, escúchame antes, porfavor.
-N-no...
-Tim, tranquilo- Oswald se empezó a acercar a Tim lentamente, nervioso y asustado, pero no lo mostraba.
-¡No se puede ir! ¡Me lo prometió!- Exclamó Tim desesperado, empezando a dejar caer sus lagrimas.
-Tim, necesito que me escuches.
-¡N-no! ¡Me prometió que no me dejaría solo! ¡Prometió que estaría conmigo!- Volvió a exclamar llorando, corriendo hacia su habitación.
-¡Tim!- Exclamó Oswald persiguiéndolo, consiguiendo agarrarle del brazo para que se detuviera.
-¡Sueltame!- Trato de soltarse pero no pudo.
-¡No! ¿Es que no lo entiendes? ¡No me voy a ir sin ti!
-¡Sueltame, n-no puedo respirar! ¡Me falta el aire!- Se soltó del Comandante, desesperado por respirar. Cayó al suelo, poniendo sus manos en el pecho, ahogándome.
-¡Tim, respira ondo!- Dijo el Comandante agachandose a la altura de Tim, le abrazó en un intento de tranquilizarlo, Tim se aferró a él desesperadamente.
-¡No puede dejarme solo! ¡Lo prometió!- Continúo llorando.
-Tim, escúchame bien, porfavor. ¡No me voy a ir de aquí sin ti!
-¿Q-que?...- Tim alzó la mirada hacía el mayor.
-No me voy a ir sin ti, ¿ok? No puedo dejarte solo, te lo prometí.
-Tengo miedo...
-Escucha, tienes que venir conmigo.
-Pero... he estado aquí toda mi vida... esto es todo para mí...
-Lo sé, pero tengo que llevarte conmigo, porfavor, entiéndelo- Explicó mientras Tim lo abrazaba fuertemente.
-No se si pueda irme, esto es mi todo... Pero a la vez no quiero que usted solo sea una parte de mi memoria, no quiero que solo sea un recuerdo borroso... no quiero estar solo... no quiero morir solo...
-Timothy...
-Señor, no quiero olvidarle... No quiero que sea una sombra borrosa de mis recuerdos...
-Hey... no estás solo, pequeño- Tomó la mano de Tim -Estoy contigo y no te voy a abandonar...
-Tengo miedo... y sueño...
-Duerme un poco más, pequeño, tanta ansiedad no es buena...
-Gracias, señor...- Cerró los ojos y se acomodó en el Comandante, mientras el contrario empezó a sentir una gran presión en el pecho.
-¿Porque siento esto?...- Susurró Oswald asustado.