01. Muerte

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Disclaimer: Los personajes de Supernatural no me pertenecen sino a Eric Kripke.

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Título: Muerte

Categoría: Wincest

NA: Guiño de Star wars (déjenme saber si lo encuentran xD)

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Despertó confundido sin poder entender el cambio brusco de escenario. Lo último que recordaba antes de despertar en esa cama era la negrura de la noche, el barro bajos sus zapatos y a Dean corriendo hacia él con la cara descompuesta de rabia, ferocidad y miedo. Dean corrió con todo lo que dieron sus piernas, pero no llegó a tiempo y algo punzante se clavó en su espalda. 

Sam tenía la certeza de que cuando cerrara los párpados sería para siempre, ya que, lo que sea que Jake le hubiese enterrado en la espalda le estaba literalmente matando y de forma tan rápida que ni tiempo de sentir miedo le había dejado. Fuertes brazos se habían cerrado en torno a su debilitado cuerpo, pero sin importar que tan fuerte fuese el agarre de su amado, Sam se encontró cerrando los párpados, trayendo consigo a la helada e indolora oscuridad. Un último suspiro escapo de sus labios y su corazón se encontró sin fuerzas para un último latido.

Un ruido proveniente de la planta baja logró sacarlo de sus cavilaciones, aún no sabía dónde se encontraba o qué había sucedido, pero estaba resuelto a averiguarlo. Bajó los escalones y llegó a una pequeña sala de estar, luego se dirigió a la cocina. Sam se detuvo justo en el umbral de la cocina, dándose cuenta que se movía por la casa como si ya la conociese, es más, ese lugar le era extrañamente familiar.

—Hey, Sammy, ¿vas a pasar o te quedaras plantado allí? —llamó Dean con una gran sonrisa, mientras se daba la vuelta para apagar la estufa y colocar los platos llenos de comida en la mesa que los separaba.

Sam giró ante la familiaridad de la voz de Dean, tan guapo, tan fuerte y relajado, sin nada que ver con la mueca de terror que Sam recuerda.

—¿Qué está sucediendo aquí? —preguntó confundido ante la normalidad que pintaba esa radiante mañana.

—Sucede que te quería sorprender con el desayuno, luego meterte en la cama y sorprenderte aún más —Dean ronroneó conforme se acercaba a su hermano—. Por cierto, quería comunicarte que hoy nos tomaremos el día libre, así que, ponte tus mejores trapos, Sammy, que hoy saldremos a donde tú quieras.

Una sonrisa tonta se formó en el rostro de Sam mientras se movía para darle un beso a su chico. La normalidad en esa rutina le trajo consuelo y le permitió olvidarse de todo aquello que le aquejaba en ese momento, o eso fue hasta que sintió que Dean le rodeaba con los brazos para luego liderar una mano hacia su espalda baja. Un dolor fantasma de una herida que no estaba allí hizo que Sam pegase un brinco y respirase con dificultad.

—¿Sucede algo? —inquirió Dean ante el respingo que pegó el castaño.

—Es que, ayer... —fui interrumpido por un repentino beso al cual Sam puso cero resistencias—. Por mucho que ame tu boca... 

—Y mi polla —agregó Dean con descaro, restregando su notoria excitación contra la propia de Sam. 

—Sí, sí, sí, también amo tu polla ¿feliz? —Sam puso los ojos en blanco ante el asentimiento entusiasta de Dean—. Como decía, por mucho que ame tu boca y tu polla, quiero saber ¿qué está ocurriendo? 

—¿A qué te refieres?

Sam dudó por un momento al ver la innata desorientación de Dean, no había preocupación ni temor en esa mirada, por un momento pensó en dejar el tema de lado y seguir disfrutando del festín de besos y caricias que habían iniciado en esa cocina, pero la punzada en su espalda le obligó a escarbar más en lo que estuviese sucediendo allí.

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