Título: Magia
Género: Wincest
NA1: Lamento los errores ortográficos escribí esto con prisa.
NA2: No sé qué me poseyó para escribir algo así.
._._._._.
Cuando la maldita bruja empezó a recitar extrañas palabras en su dirección, Sam sintió como su visión se nublaba, los mareos y las náuseas le agobiaban y el dolor más grande que hubiese sentido en su vida se acumuló en su estómago y bajó hasta su entrepierna. Sus piernas flaquearon hasta quedar de rodillas en el frío cemento y sus brazos fueron a parar alrededor de su estómago.
El grito de Sam se perdió por debajo del grito de furia de Dean. El dolor desapareció tan rápido que Sam suspiró agradecido antes de darle la bienvenida a la oscuridad.
Dean no esperaba el golpe que la bruja le había dado por la espalda dejándole inconsciente, fuera del rango de seguridad de Sam. Quizás estuvo inconsciente unos cinco minutos, pero sin duda fueron más que suficientes para que su chico sufriese. Los gritos de Sam le espabilaron de una forma anormal, la ira invadió cada uno de sus sentidos nublando su racionamiento.
Sam siempre había sido todo amor y paz con el asunto de no matar brujas, ya que, según el eran humanos, para Dean eran idiotas con ínfulas de más que necesitaban un corte de cabeza y listo.
Ver a Sam de rodillas, con el rostro descompuesto en pura agonía despertó un lado oscuro que no le hizo ni parpadear cuando se posicionó detrás de la hija de perra y en su momento de descuido le torció la cabeza hacia atrás, tirando su cuerpo a sus pies.
—Sammy, vamos despierta. ¡Maldición! —Dean corrió hasta Sam, tomando su cuerpo lapso entre sus brazos—. Solamente me quieres ver rogar, ¿no?
En vista de que Sam no planeaba despertar en ese momento, Dean optó por llevarle al auto y luego de allí al motel donde podría revisar a fondo cualquier herida que necesitase remendar.
Sam tenía veintitrés años y era delgado, entonces Dean no podía explicarse porque pesaba como un hombre de cuarenta con sobrepeso. Meterle al auto y luego al motel fue un proceso casi titánico por el cual Dean se juró comer menos chatarra y hacer más ejercicio para poder en un futuro cargar al castaño cual damisela en apuros sin un solo jadeo.
Una vez llegado al motel, Dean acomodó a Sam en la cama matrimonial y se tiró de forma no muy elegante en el suelo a recuperar el aliento. Con movimientos precisos, dos minutos después estaba cernido sobre Sam como una madre cuidando de su polluelo, rápidamente lo desnudó hasta dejarlo en ropa interior, viendo que solamente tenía las rodillas maltratadas de donde había caído a causa del dolor.
Sin ninguna herida que tapar y ningún peligro al cual matar a Dean no le quedo más que esperar a que Sam despertase por sí solo, o sino, buscaría raíz del sueño y se metería en esa brillante cabeza y le patearía el trasero hasta hacerle despertar.
Por suerte para Dean no paso mucho tiempo para que su chico despertase. Primero empezó con un lento movimiento de extremidades, luego un quejido y así fue como al abrir los párpados una sonrisa se formó en su boca al ver a Dean al pie de guerra.
—Hola, guapo —Dean sonrió, inclinándose para besar a su bello durmiente.
—Hey —suspiró gustoso por el beso, una mueca se formó en su rostro al notar su falta de ropa—. Eres un maldito pervertido, ni siquiera puedes esperar a que despierte para metérmela.
—Cuida tu boquita, Sammy, o tendré que castigarte —arrastró una mano desde el abdomen del castaño hasta la entrepierna de este.
—¿Me estas amenazando o me estas tentando? —sonrió con descaro, disfrutando de la caricia.

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Semana Wincest
FanfictionComo su nombre lo indica esto es una semana de sabrosura y dolor emocional. Una historia por día, a continuación les dejo la temática (que yo elegí) por día. Día 1: Muerte Día 2: Magia Día 3: Adicciones Día 4: Hanahaki Día 5: Marcas Día 6: Almas ge...