El reencuentro

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El reencuentro

-Vamos Poché, démonos prisa que llegaremos tarde. Me matará Lore si no llego a tiempo a su compromiso.

-Ahora si me apuras, ¿verdad?, pero hace rato no te quejabas del tiempo.

-Cariño, que tú fuiste quien comenzó.

-Y tu quien terminó, feliz y exhausta — Le dije guiñándole un ojo -Deberías estar contenta.

-Que sí que lo estoy amor, no te imaginas lo feliz que me haces-Lo dijo con esa hermosa y singular sonrisa. -y me hubiera encantado hacerte igual de feliz, lástima que tengas esa visita de cada mes y no me dejes hacer nada. -Dijo con una expresión de molestia.

-Pero a mí me hace feliz satisfacerte Amor, eso me satisface también a mí, ver tu carita corriéndote es lo más satisfactorio del mundo

-¡Poché! -Exclamó ruborizada.

-Ya, ya, me cayo mejor. -Hice el gesto de cerrar mi boca con cierre

-Y a darnos prisa, porque llegamos tarde. Y me dio un beso rápido.

-Sí, vamos de prisa, que Vale también me mata si no llegamos a tiempo. Aún sigo sin creerlo, ¿sabes? Que Lorena y Vale estén comprometidas, nunca imaginé que cuando las presentaste, fueran a tener ese click, me encanta Lore, pero no les veía juntas, ya que son muy diferentes, pero me da muchísimo gusto que se hayan enamorado y que ahora estemos a nada de ser damas de honor en su boda.

-Sí, también estoy igual que tú, amor, pero soy feliz por ambas, de verdad que merecían tenerse en sus vidas, porque ambas son personas súper especiales. -Salimos del apartamento de Daniela, que ahora también es mío.

Después de que Daniela fue a buscarme el día de la boda, decidimos comenzar de cero, conociéndonos poco a poco. Esa había sido la idea principal.

FlashBack

-Pero ¿qué dices Johan? -Pregunté sorprendida y no pude evitar emocionarme ante lo que acababa de decirme.

-Pues eso, que tu princesa ha venido a rescatarte- Contestó muy sonriente. -Te está esperando.

-No bromees conmigo Johan- dije aun sin poder creer lo que él me decía.

-No bromearía así contigo y menos viendo cómo se te ha iluminado la cara, hermanita, pareciera que has resucitado. Y para que veas que no miento, te...

No lo dejé terminar de hablar, cuando salí corriendo de mi habitación, dirigiéndome a la parte baja, cuando bajé las escaleras, pude verla, de pie, al fondo de la sala, esperándome. Era Daniela.

Creí que el corazón se me saldría del pecho mientras me aproximaba despacio, hipnotizada, contemplándola como si se tratase de un espejismo. Ella también me miraba con su eterna sonrisa, arrastrando nerviosamente los dedos por los bolsillos de su chaqueta. Al llegar a su lado me detuve, estaba tan cerca de ella, sólo respirábamos atrapadas por el encuentro de nuestros rostros, como la primera vez. Sin más, me lancé a sus brazos, por un momento ella no reaccionó, pero después de unos segundos, me apretó contra ella fuertemente, yo enterré mi rostro en cuello, absorbiendo su aroma, ese aroma que me extasiaba y sintiéndola nuevamente, atrapada en esos brazos que me generaban paz y seguridad.

-Perdón Daniela, perdóname por favor por no haber sido honesta contigo -Comencé diciendo sin apartarme de ella y dejando caer unas lágrimas.

-No, no tienes que hacerlo, sé que tenías miedo -respondió siendo lo más comprensiva posible.

Se separó de mi un poco y me tomó el rostro con sus manos, limpiando con sus pulgares esas lágrimas que no podía contener.

-Aun así, te debo disculpas Daniela, nunca debí mentirte, debí ser honesta contigo y conmigo. - Respondí -No te habría hecho sufrir, si hubiera sido honesta contigo.

Diez días para D [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora