BEHIND CLOSED DOORS 3 | DRACO MALFOY ✓

𝟑𝟖. 𝐊𝐍𝐎𝐂𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐎𝐖𝐍 𝐊𝐍𝐎𝐂𝐊𝐓𝐔𝐑𝐍 𝐀𝐋𝐋𝐄𝐘

Anna Leigh Malfoy.

—¿Para qué?.—Dije mientras Kehlani se levantaba y empezaba a recoger sus cosas.

—Creo que dejaré las cosas aquí y haré que la licitación se ocupe de ellas mientras no estoy.—murmuró para sí misma, ignorando mi pregunta.

—Lani.—dije una vez más.—¿Qué hay ahí abajo?.

—Alguien a quien hemos estado buscando.—dijo.—Fue visto en el callejón Knockturn cerca de Borgin y Burke.

—Oh, Merlín.—me mordí el labio inferior. Con todo lo que sucede a mi alrededor en este momento, no estaba segura de si era una buena idea para mí viajar por el callejón Knockturn, y mucho menos en este momento.

—¿Vienes?.—preguntó Kehlani mientras me miraba. Lo contemplé por un segundo y me di cuenta de que estaría con Kehlani todo el tiempo y ella estaba entrenada para este tipo de cosas. Asentí lentamente, casi vacilante y esto hizo que Kehlani sonriera.—¡Yay! Tienes la oportunidad de ver lo que hago para ganarme la vida.

—No sé si estoy muy emocionada, Lani.—me reí entre dientes nerviosamente.—Con toda seriedad, si tuviera tanta curiosidad, podría simplemente ir a la oficina y verte trabajar.

—Sí, pero esas son las cosas aburridas.—Kehlani saludó y tomó mi mano.—Esto es divertido.

Un segundo después apareció Kehlani y aterrizamos justo antes del letrero del callejón. Luché por mantener el equilibrio cuando aterrizamos, sin advertir que nos aparecíamos, no estaba preparado y casi me caigo.

—Ven y quédate cerca.—dijo Kehlani.—Mantén tu varita a mano y no hables con nadie... para nada, ¿entiendes?.

—Sí, capitán.—dije y miré hacia la entrada oscura y lúgubre. No muchas cosas lograron asustarme últimamente, pero este lugar sí. Me inquietó el estómago y algo me decía que no estaba preparado para lo que iba a pasar.

Kehlani asintió y salió corriendo delante de mí. Lo seguí de cerca y traté de dejar de pensar en el hecho de que con cada persona que pasaba, lentamente comenzaban a volverse más locas.

Cuanto más profundo caminábamos por este callejón, más miedo y pesadez sentía. Ya fuera la mía propia o simplemente lo que se transportaba en el aire que nos rodeaba.

No estaba segura de a quién buscábamos o qué vigilar. Confiaba en Kehlani con eso y me enfocaba principalmente en mí mismo y en dónde pisaba. Cada persona con la que nos cruzamos no nos prestó atención, pero aquí abajo, eso fue lo más aterrador.

Se pegaron a las paredes, hablando solos y picando el musgo.

Kehlani no parecía desconcertada en absoluto, lo cual era comprensible teniendo en cuenta que esto era lo que había hecho todos los días durante casi 10 años. El pensamiento me dejó un poco a gusto. Sabiendo que estaba a salvo con alguien que sabía lo que estaba haciendo y qué esperar.

Mientras caminábamos más, la luz de la entrada del callejón comenzó a atenuarse y eso nos dejó usando la luz de nuestras varitas.

—Está bien, necesito que te quedes aquí.—susurró Kehlani mientras se detenía en medio del camino y miraba hacia el pasaje justo delante de nosotros.

—¿Q-Qué?.—La miré con incredulidad. No había forma de que me quedara aquí solo.

—No puedo tenerte en esto y me sentiría mucho mejor si te quedas quieta. Tienes tu varita y si no te mueves, no debería haber ningún problema.—dijo.

—No-no. No puedo quedarme aquí, Lani, no sola.—Negué con la cabeza.—¿Qué pasa si pasa algo?.

—Eres una niña grande.—sonrió.—Te prometo que estarás bien y no me iré por mucho tiempo. Solo estoy aquí arriba por este pasaje.