BEHIND CLOSED DOORS 3 | DRACO MALFOY ✓

𝟑𝟏. 𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀 𝐌𝐎𝐎𝐑𝐄

AnnaLeigh Malfoy.

—Levanta la cabeza.—instruí, empujando mis dedos debajo de la barbilla del hombre para ayudar a levantar su cabeza herida.

Era la mitad de otro día de trabajo.

No tuve ninguna cirugía importante hoy, por lo que actualmente estaba atrapado en el pozo, haciendo puntos de sutura y chequeos.

Draco estaba actualmente en medio de una cirugía, así que eso me dejó tratando de mantenerme ocupado hasta que nos dejaran ir a almorzar.

—Gracias, doc.—el anciano me mostró una sonrisa amable después de que terminé de coser la laceración en su frente.

—Es lo que hago.—respondí, mostrando la misma sonrisa amable.—Ahora, trata de tomártelo con calma durante los próximos días, ¿sí?.—El anciano asintió antes de que apartara mi asiento de la cama y me pusiera de pie, quitándome los guantes de las manos y tirándolos a la papelera a mi lado.

Después de limpiarme, decidí entrar y ver cómo iba la cirugía de Draco. Caminé por el pasillo lleno de gente y entré en la sala de lavado donde me quité el abrigo y me puse una máscara.

Empujé lentamente la puerta del quirófano y deslicé mi cuerpo lo suficiente para ser visible.

—Dr. Malfoy.—me di a conocer a él ya las otras 8 enfermeras instrumentistas que estaban en la habitación. Draco levantó brevemente la vista de su paciente e incluso con la máscara que cubría su rostro, pude notar la sonrisa.

—Dr. Malfoy.—respondió, sus ojos parpadeando entre la pinza que sostenía y yo.—¿Puedo ayudarlo?.

—No.—Negué con la cabeza y me acerqué un poco más.—Solo quería ver cómo iba todo.—dije triste mientras me acercaba un poco más y miraba al paciente por encima de la mesa.

—Va bien.—dijo Draco.—Codificó no hace mucho y nos obligó a intubar. Tuvimos un corte cercano en la carótida y una hemorragia interna menor en el margen izquierdo, pero este pequeño es fuerte.

Sonreí y vi que este niño no tenía más de 12 años. En este trabajo, fue desgarrador ver todo lo que pasó esta gente.

Especialmente niños.

—Eso es bueno.—Asentí.

—En realidad estaba...—se apagó mientras retiraba la pinza de su cuerpo.—Acabo de terminar. Dr. Bailey, ¿cierra para mí?.

—Por supuesto, señor.—las pequeñas mujeres de cabello castaño tomaron el lugar de Draco y las enfermeras comenzaron a prepararse para cerrar.

Sonreí y di un paso, haciendo mi camino de regreso a la sala de lavado con Draco detrás de mí.

Una vez adentro, me quité la máscara y me volví a poner el abrigo mientras Draco limpiaba y lavaba.

Ambos nos las arreglamos para salir juntos, esperando ir a nuestro descanso, pero tan pronto como salimos de la habitación, me bombardearon de inmediato con otra enfermera.

—Dr. Malfoy.—sonrió.—Lamento interrumpir pero hay una mujer en la sala de espera para usted, parecía bastante insistente en verlo ahora.

Fruncí el ceño y miré fuera de mí a Draco, quien parecía igual de confundido.

Asentí y miré a la enfermera.—Gracias.—ella sonrió y se alejó.

—¿Quién podría ser?.—preguntó Draco.

—Tu suposición es tan buena como la mía, amor.—respondí y comencé a caminar hacia la sala de espera con Draco a mi lado.