Damian ♡

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Ariannela.

Otro estúpido detrás de mi culo, estoy harta de ser cuidada por imbéciles sin oficio. Papá contrata a cualquier tipejo. Agradezco que me haya salvado la vida, que le dé unos cuantos dólares y chao, no deseo una jodida garrapata encima de mí.

Suspirando, me quedo observando el paisaje de la mañana. Las flores están relucientes, el sol ha salido luego de una inmensa lluvia, y los pájaros y golondrinas cantan animados.

—Mi niña, no seas tan dura, déjate cuidar. El maldito de Mark quiere verte sola para aprovecharse y tratar de dañarte. —Dejo de ver a las aves para posar la mirada en mi Nana. Entiendo su preocupación, pero ya estoy cansada. Ni siquiera sé por qué estoy viva; varias veces estuve internada a punto de morir. De milagro de Dios estoy respirando, caminando y siendo un dolor de cabeza para mi padre.

—Nana, me he cansado de luchar. Quisiera dejarme llevar, pero soy tan dura que no deseo que nadie muera por mi culpa. Has visto cómo han muerto muchos por protegerme. Después de Vanessa, no deseo ver a otro morir mientras me protegen. Mejor morirme yo de una vez, de esa manera mi padre no tendría que estar lidiando conmigo todo el tiempo.

—Mi niña, no digas esas cosas... me haces sentir tristeza. Tu padre y yo te amamos, eres nuestro ángel. Esa niña que era alegre debe regresar, y dejar el pasado. Nunca vuelvas a repetir lo de hace un rato, que me desgarras el alma.

Niego tratando de no llorar. Jamás volveré a ser esa niña de hace ocho años. No lo seré, no quiero serlo y tampoco deseo ser lo que soy ahora. Por esa razón, quisiera morir y que el maldito de Mark deje en paz a mi padre. Lo odio tanto, es un maldito perverso sin corazón.

Había sentido un poco de paz en la mañana, pero ahora estoy que muero de rabia. El tal Damian está detrás de mí, como una jodida garrapata, sin quitar su penetrante mirada de mí. Pero algo haré para que se largue de una vez por todas. Cuando noto que se ha ido a saber dónde, aprovecho para escapar.

Salgo de la casa a toda prisa. Los guardias están distraídos gracias a la hija de una de las criadas; le pagué 100 dólares para que los distrajera. Mientras tanto, subo a mi coche y salgo a toda prisa. Espero que nadie haya notado mi ausencia o me las veré feas con mi padre.

Manejo a toda velocidad, entrando al carril, y prendo la música a todo volumen. La voz de Shakira suena, es tremenda esta mujer, tiene una encantadora imagen y ni se diga de su voz. Sin embargo, es una dramática, aún no supera lo de Piqué. Vaya, algunas mujeres se quitarían la vida por sus ex. Suerte que no estoy enamorada ni quisiera estarlo. Es lo más bajo que puede existir en la vida: amar a una persona y sentir esas cosas que luego te decepcionan por completo.

El amor no existe.

Mientras sigo mi camino sin rumbo, pienso en aquel tiempo en que mi vida era diferente. A los 15 empecé a sufrir de bullying en la escuela donde estudiaba. En aquel entonces, mis padres permanecían en viajes de negocio, mientras yo la pasaba junto a diferentes empleados. Cómo olvidar ese acontecimiento que marcó mi vida para siempre. Dejé de ser aquella niña que solo sonreía junto a su Nana, cuando sus padres la pasaban en sus reuniones, empresas y viajes.

Mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas al pensar en todo eso. Acelero mi auto sin saber con qué intención. Últimamente he querido solo desaparecer para no seguir siendo un dolor de cabeza para mi papá. Recuerdo que la mujer que me dio a luz prefirió abandonar a mi padre por mis traumas. A esa mujer le valió madres su familia.

Sin ser consciente de mis actos, mi auto empieza a dar problemas mecánicos. Cuando de repente quiero frenar, salgo del carril, derrapando entro a una carretera de balastre. La vista se me nubla cuando el polvo hace contacto con mis ojos. Aún sigo en el sobreviraje, quiero frenar pero el pedal no funciona.

Seduciendo A mi GuardaEspaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora