🎭 Close your eyes and surrender to your darkest dreams
Purge your thoughts of the life you knew before
Close your eyes, let your spirit start to soar!
And you'll live as you've never lived before🎭
"En este mundo existen dos tipos de música.
Música...
Namjoon podría decirse que vivió una vida acomodada.
Su padre tenía dinero, pero apenas los suficiente para considerarse de la alta sociedad.
No tenían un renombre de generaciones o algo parecido, solo una buena habilidad para los negocios y contactos correctos.
Namjoon no se enfocaba mucho eso realmente.
Su hermana mayor era la que se la pasaba con su padre, aprendiendo sobre el negocio, y todas esas cosas aburridas que hacían al moreno querer dormir.
Siempre fue más artístico, se noto desde chico.
Y al mostrar talento, se le permitieron tutores y luego la academia.
Namjoon eran feliz, realmente.
Llamó la atención de sus maestros, que lo hicieron tocar, dirigir y luego presentar su piezas a otras personas en la industria.
Logró hacerse un nombre, y un día llamó la atención del Royal.
Necesitaban un compositor, alguien que trajera algo fresco, y algunos inversionistas eran familiares con su trabajo.
Con eso, conoció al duque y duquesa Kim, dueños del teatro y sus jefes hasta el día de hoy.
Con eso conoció a Seokjin, su más bonita y preciada casualidad.
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La primera vez que Namjoon vio a Seokjin, fue cuando el chico entró sin tocar al despacho de su padre, el día que se le estaba contratando formalmente.
El duque Kim los presentó a ambos, Namjoon haciendo una reverencia al joven, mientras Seokjin le saludaba formalmente, pidiendo disculpas por la interrupción.
Era un hombre de extremada belleza y elegancia, es lo que resaltaba en su persona a primera vista.
Fue algo corto; Seokjin solo buscaba preguntar algo sobre carruajes y un viaje a su padre, pero ese minuto y medio le hizo que Kim Seokjin llamara su atención.
Eso hizo que Namjoon mantuviera un ojo sobre él, en la primera fiesta formal a la que asistió en el hogar de los Kim.
Era la casa más grande en la que había estado, casi todo blanco, que hacía resaltar las decoraciones bañadas en oro.
Traía un traje que jamás se pondría normalmente, tratando de dar una buena impresión mientras hablaba con personas conectadas en la realeza y los negocios más importantes de Inglaterra.
Se sentía tan fuera de lugar, entre ese mar de desconocidos distinguidos, con trajes aburridos y vestidos excéntricos de tafetán.
Termino en una esquina del salón, viendo a personas bailar mientras una pequeña orquesta tocaba una suave melodía, champaña en mano.
Y entre todo ese alboroto, lo vio de nuevo.
Kim Seokjin, con un traje blanco, una capa de tul sobre sus hombros mientras bailaba con una chica más baja que él.