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Yoongi creía que las fiestas en casa de Taemin fue lo más lujoso que podía existir en el planeta.

El enorme salón decorado con flores, los sirvientes ofreciendo bocadillos y bebidas, mientras cada persona importante en Bath estaba charlando entre sí, o bailando al son de su piano que Taemin siempre le pedía tocar para la ocasión.

Creciendo en Bath, Taemin era la personas más rica de la ciudad.

Pero no se espero para nada lo que el hogar de Kim Namjoon y Kim Seokjin tenía que ofrecer.

Apenas dio vuelta en una esquina; el brazo de Jimin unido con el suyo, sintió como su quijada casi caía al suelo.

"Oh Dios" murmuro al ver la casa... que no sabía que una casa podía ser tan imponente como aquel edifico blanco, cada columna rodeada por enredaderas llenas de flores blancas.

"Creo que nos retrasamos por caminar desde mi apartamento" Jimin lo jalo del brazo "Vamos, vamos"

Ambos cruzaron la calle con rapidez, antes de que Yoongi tocara con algo de duda la enorme puerta blanca ante él.

Esta se abrió un poco, mostrando a un hombre perfectamente vestido, y los sonidos de risas, conversación y música haciéndose presentes.

"¿Qué se les ofrece?"

"Vinimos a la fiesta" soltó Jimin, sonriéndole.

El hombre los miro unos segundos, antes de hacer una mueca.

"Es una fiesta privada así que-"

"Espere, espere, espere" Yoongi puso su mano en la puerta antes que la cerrara "Soy Min Yoongi, aquí tenemos la invitación" Yoongi le entrego el papel.

El mayordomo intercambio miradas entre la invitación y ellos.

"Bien, señor Min" la puerta se abrió "Espero tengan una linda velada"

Jimin trato de mantener su sonrisa, mientras Yoongi no despegaba su vista del hombre mientras entraban al recibidor.

"Idiota" murmuro el pálido, mientras Jimin apretaba su brazo.

"Ignóralo" le susurro de vuelta.

Yoongi hubiera seguido enojado, pero al ver el lugar donde se encontraba, su mente salió disparada por los cielos.

Aquel recibidor era más grande que el apartamento que compartía con Jungkook, con los techos más altos que había visto dentro de un hogar, y una pintura enorme en la pared derecha, una pintura que parecía costar una maldita fortuna, al igual que los jarrones a cada lado de esta.

Siguieron su camino, y cuando Yoongi hizo su entrada al salón, sintió que lo que estaba viendo era un fantasía.

La habitación era tan grande que parecía del tamaños del escenario en el Royal, cada pared llena de pinturas, fotografías o alguna otra decoración innecesaria.

El piso de mármol relucía  bajo los zapatos de los invitados, pareciendo tan impecable que podrías comer de él, una K formada con mármol negro en medio del suelo, formando un patrón precioso.

Y la gente en todos lados, montones de personas con vestidos de seda que arrastraban por el suelo, trajes de colores esmeralda, azul marino o un simple negro que daba un aspecto tan pulcro que parecían los personajes de alguna historia fantástica de príncipes y dragones.

La mágica luz de un candelabro encima de todos, formado por miles de cristales, dejando que sus destellos robaran miradas y resaltaran la piel de los asistentes.

Y ahí no había un solo pianista para crear el ambiente, todo un cuarteto de cuerdas, un piano y una cantante de ópera estaban en una esquina del salón.; dejando que el encanto de aquel lugar fuera más alucinante.

Music of the Night <Yoonmin>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora