Atentado en la gala| parte 2

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Narrador omnisciente.

Todos están en el baile.

Charlotte, Annette, Catherine y Annelisse están sentadas en una de las mesas junto a Damián, el hermano de en medio de las hermanas princesas de Versovia a estos también les acompañan:

Miranda la hija mayor de la reina Elizabeth; Leonard primo segundo de las princesas de Versovia por parte del Duque Andrew, Harry y Harriet los gemelos hijos de la Baronesa Marie y primos cercanos de las princesas de Escocia.

—¡Oh vamos!, acepten que el príncipe va aparecer en la cena, ¿creen que se quiera presentar ante toda esta gente importante?. —le resta Leonard a su percepción de la entrada del príncipe heredero.

—Yo opino, mis queridos amigos, que el príncipe espera que la fiesta este a tope para así ahorrarse los saludos tardíos —habla entonces Annette.

—Ay Annette, yo lo conozco y estoy más que segura que quiere que la tía Elizabeth se distraiga lo suficiente, para que no lo enseñe a todos esos reyes y duques. —Suspira Charlotte, fastidiada por la poca imaginación de su amiga.

—Yo digo lo mismo. Debe de estar cansado de complacer a todo el que se le pare enfrente y sonreír sin querer hacerlo. —Catherine toma su copa y mira aburrida a todas las mesas.

—Ya llegará no se desesperen —Defiende su hermana, pacífica.

Pronto las trompetas suenan en todo el salón captando la atención de los invitados y apareciendo la silueta de…

—EL PRÍNCIPE HEREDERO THOMAS JEFFRARD DE VERSOVIA. —Grita a todo pulmón el anunciante.

Mientras tanto la reina y todos los presentes en la mesa se levantan fascinados por ver al joven heredero vestido con traje blanco y los distintivos Versovianos del ejército, resaltando el dorado de los botones y los hombros.

Él les reverencia de manera pronunciada, para luego ir a su encuentro con la reina que con los ojos brillosos sonríe más que nunca. Siempre soñó con ver a su pequeño príncipe poder vestir los trajes imperiales, pero en partes iguales sentía nostalgia pues ella y su difunto esposo hablaban durante horas sobre este momento.

—Estás perfecto, hijo mío. —dice orgullosa mientras lo abraza. —Sabía que en el momento indicado este traje merecía ser tuyo, mi heredero. —Sonríe tanto que sus mejillas pronto le duelen pero esto es desechado y opacado por el momento.

—Agradezco tus palabras, madre. —la toma de la mano realizando una reverencia de cabeza —Aunque creo que ha llegado el momento que tiene a todos ansiosos— la pasea hasta el centro del salón. —¿Me permites este baile, reina mía?.

Ellos se reverencian mutuamente dando vueltas sincronizadas mientras suena la pieza del vals del Lago de los cisnes, luego de unos minutos cada invitado y miembro de la familia arman pareja para unirse a un vals que recordarán como el cierre y apertura de una etapa.

Pronto en la Cena todos ríen al escuchar algunas historias pasadas. La reina es interrumpida por su cuñada la Duquesa Amelia de Berón que habla con algunos varones distinguidos y entre ellos la Duquesa de Marion.

—Margaret háblame de tus hijos, se ve que han aprendido mucho estos años…—Menciona mientras da una mirada a la larga mesa— se comportan como es debido, con clase, elegancia y porte. Solo miren a Catherine, es medida, con una mirada analítica pero con una postura neutral, quién pensaría que está siendo escucha de una conversación.

—Los muchachos encontraron pasatiempos en los que invertir su estancia en el reino. En el caso de los mayores, Damián está interesado en la política y las relaciones públicas con lo del comercio e intercambio, por otro lado Catherine está presente como señora de las finanzas tomando decisiones activamente respecto a cambios económicos que afecten a nuestro reino.

Margaret desconfía en su totalidad de las muestras de interés repentinas por parte de su cuñada. Nunca se han llevado bien de manera genuina, por lo que encuentra motivos suficientes para mantenerse distante y objetiva, aunque sabe muy bien como ocultarlo.

La Reina decide intervenir diciendo que los futuros Duques o para el caso de sus sobrinas posible reinas consorte, les espera un futuro próspero ya que han aprendido a valorar los intereses de Versovia; esta le recuerda que hasta el mínimo beneficio es entregado a su pueblo.

—Me da tranquilidad que las riquezas de la familia real por lo menos estén en buenas manos. Pronto ya va siendo hora de que el legítimo heredero al trono ocupe el puesto que le corresponde. No abandono mi opinión de que mientras Thomas se hiciera mayor, alguien de sangre Real gobernara estas tierras, pero mi hermano fue muy claro respecto a lo que quería que diera lugar después de su muerte. —Amelia habla distraídamente al finalizar sus palabras, dejando muy claro que su a parecer el legado que le pertenece a la familia real de Versovia está siendo manejado por las esposas de sus hermanos Jeffrard y Andrew, pero claramente refiere que ése es suyo y que debió ser suyo desde el momento del fallecimiento de ambos.

—Recuerda que no tenemos malas  intenciones con el pueblo que nos acogió tan cálidamente. Si gobernamos estás tierras es por la memoria de nuestros esposos y por el bien de sus hijos, nuestros hijos; nos apoyamos una a la otra de manera que vuestro consejos Real aprueba las decisiones y comprueba que es sin conspiraciones. —Dice Margaret con los ojos entornados.

Margaret se levanta pasando sublime cerca de Amelia pero siente un pinchazo de dolor que entra tan rápido como sale, y la obliga a sentarse, no se cohíbe ya que no sabe que le sucedió.

La Reina ha vuelto a distraerse por lo que observa a los demás presentes y vierte una gran cantidad del líquido que cambiará la vida de muchos.

...

Por parte de los príncipes, hablan animadamente entre sí, ajenos a lo que hablan los mayores.

—No es por ser un mañoso, pero no sé si comparten mi molestia de que los panes tostados en aceite de anís saben horrible —Dice Damián con cara de asco.

—Oh vaya, somos dos. Esas cosas son de lo más desagradables que he tenido que probar  —Catherine menciona haciendo un señalamiento a los aperitivos.

Las adolescentes comen sin prestarle mucha atención a tales tonterías, saben bien que si la reina se levanta la cena se termina.

—Coman ya, la Reina Elizabeth se levantará en cualquier momento y quedaréis con hambre. —reprende Lotty con la voz fastidiada.

—Siempre te preocupas por esas tonterías, eh Lotty —Llega Thomas por detrás posando su mano por el hombro de Lotty mientras encuentra un asiento.

—¡Thomas! —esta chilla de alegría y casi se atraganta.

—Con cuidando, Charlotte, sabes que Sophia anda por ahí y no es debido que hagas eso enfrente de todos ellos. —les mira Catherine explicando a su hermana con paciencia.

—Es que ella no nació para esto, siempre lo dice —la defiende burlona la princesa Annette.

—Annette —su hermana la mira arqueando una ceja.

—Esmeralda, no te cuento mis sentimientos para que los andes exponiendo en ocasiones como esta, donde se encuentra gente que ni siquiera le interesa saber si estoy bien o mal.

Las niñas comienzan discutir entre ellas por lo que la conversación se centra ahora en las tonterías de cuando tenían aquella edad que tiene tantos recuerdos.

—Yo recuerdo que tuve que saludar en ruso a unos amigos de la familia, estaba tan nervioso que termine diciendo: reciban mí más cordial saludo Bienvenida —Harry cuenta provocando que los príncipes rían por lo alto.

—Yo una vez estaba en una de las clases con Sophia en las cuales le daría el té a los reyes ya que había perfeccionado la técnica. —Miranda procede a explicar su momento más embarazoso —Tomé el asta, y me habían dicho que me apoyara con la otra mano suavemente por debajo de la tetera, vaya error, estaba ardiendo y dejé caer todo sobre la mesa —hace ejemplos con sus manos a medida que se pone roja.

El primero en reírse es Thomas luego los demás se unen pero son interrumpidos por el suave llamado de una cuchara y una copa.

Llega el brindis.

—Queridos amigos y familiares es de mucha alegría verlos de nuevo, para celebrar los viejos tiempos, para disfrutar de los recuerdos y crear nuevos. —La reina empieza su discurso —Esta noche los he visto bailar y he recordado nuestra última gran fiesta, aunque esta no sea tan parecida pude sentir el mismo gozo. Esto es por ustedes, porque siempre han sido grandes amigos de nuestra familia y por el reino que nos brinda tantas alegrías y prosperidad. No puedo ser más feliz. —Expresa la Reina con muchas emociones encontradas —Que esta sea la primera de muchas más fiestas, recuerden momentos y creen nuevas historias!

La reina levanta su copa y como es tradición la bebe hasta el fondo, pero segundos más tarde es atacada por un gran mareo que la deja viendo oscuridad y escuchando el estruendo de su copa.

—¡Oh Dios mío, Ayudadla por favor! —La Duquesa se inmuta pero en todo esto el dolor atraviesa su abdomen y agarra con ambas manos el lugar descubriendo que sangra.

—¡Madre, madre! —Catherine se desespera —¡Damián está herida, está sangrando!.

—Llévenlas a una habitación, llamen al médico, ¡ahora! —Thomas ordena totalmente fuera de sí.

Detrás del Espejo.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora