Fiesta

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El sonido de la música aturde al beta, se encuentra sentado en un sillón, mientras sus amigos conversan a su alrededor. Algunos alfas han intentado acercarse y pedirle bailar, siendo esto interrumpido por su primo o alguno de sus amigos. Huyen, eso le divierte.

Fuera dela residencia llega un vehículo deportivo negro, de este salen una pareja de jóvenes. Sasuke suspira, siendo jalado por un alfa de cabellera rubia. Por su parte el dueño del auto se estaciona, saliendo varos omegas se acercan apagando su apariencia.

El sonido están fuerte que no puede escuchar sus propios pensamientos. Deidara lleva las manos al rostro, frota conteniendo un gruñido al sentir un aroma conocido sentarse a su lado.

— Comadreja— gruñe.

El grupo de amigos se callan. Konan sonríe a Itachi, no notaron su presencia y agradece al pequeño Omega en informarles.

Su capacidad de detectar la presencia es un misterio. Un beta no puede captar las feromonas de los omegas y alfas, por ello son los guardianas de ambas castas.

— ¿Cómo mierdas haces eso?

Ah Hidan lo consume la curiosidad. La pregunta se queda en el aire, la música es lo único que de logra escuchar.

Izumi a lo lejos ve a Itachi sonreír al beta. Su furio aumenta, no permitirá que un simple don nadie se atreva a quitarle lo que es suyo. Al final tendrá su humillación ante su intento de asesinato hace días.

— ¿Acaso eso importa?

— Maldito—gruñe el albino.

Sasori susurra a su pareja antes de levantarse. Todo el grupo asiente, dejarlos juntos ocasionara una pelea, algo que llamaría la atención.

Nagato se sienta aún lado de Sasori, Yanhiko a su costado, Hidan frente al Omega, Konan alado de Deidara e Itachi frente a este, así podrán mantenerlo entretenido.

El azabache percibe la molestia del Omega. Su mirada atraviesa su alma, siente sin fin de cuchillas atravesar. Traga seco, por su madre se enteró que huyó de casa, también que están organizando la ceremonia de compromiso y la boda.

Admira la determinación de Deidara, cualquier Omega hubiera aceptado aguantando hasta lo último. Es apreciable tener a un "amigo" que pueda decir lo que piensa sin que termine culpando.

Los minutos pasan y los celos de la azabache de perciben en el ambiente. Sus amigas solo se alejaron disfrutando de la fiesta que andar escuchando las quejas.

La sonrisa de Itachi demuestra lo enamorado que está del beta. No soporto los comentarios de doble sentido del Omega albino, así que se levantó y fue directo a la barra.

Lleva una hora tomando cuánta bebida se le antoje, sus intentos de escapar de sus amigos se han desmoronado, cada que lo intenta alguien llega y lo vuelve a arrastrar a la fiesta.

Frustrado vuelve a ahogar sus penas en alcohol. La decepcionado de haber obedecido a su madre durante toda su existencia, pero ahora tiene mayor conciencia de las acciones de la alfa, se le ocurre discutir con alguien superior que podría mandarlo a una celda y dejarlo ahí hasta que obedezca.

— Malditos alfas—murmura gruñendo.

Junta sus labios a la boca del vaso, toma del contenido sintiendo lo amargo pasar por la garganta.

— ¿Por qué tan solo?

Gruñe al percibir las feromonas de un alfa. Kabuto, un maldito obsesionado. Aprieta su quijada tratando de contender sus impulsos de golpearlo. Lo ve colocarse a su costado.

El alfa suele alardear sobre su fortuna, su segundo abuelo se casó con un Omega, una persona algo misteriosa pero agradable. Desde que tiene memoria a ido detrás, tratando de cautivar, a pesar de ser su tío.

Sucesos que nos unieron (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora