Parte 2.

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Pasaron pocos minutos tener tan cerca a Evans confirma mi sospechas Lily es ridículamente parecida a el.

—Pude ser parte de su vida.

su voz era sumamente dulce y ligera.

—Nunca te entendí Lia, nunca supe que querías y que no, y pase tres años de mi vida tratando de descifrarte y el hizo lo que yo no pude en solo dos meses.

Dijo sin mirarte, el estaba sentado en la cama de Lily, quitando el cabello de su rostro.

—Creo que solamente eras un camino.

Uno muy rocoso.

—Lily, ella se parece a mi mamá.

Y tu te pareces a tu mamá, no me extraño que supiera su nombre, este estaba puesto en su cabecera.

—Lia suele dejar todo tirado por la casa, cada que lo tengo que recoger me recuerda a ti.

Evans me volteo a ver, yo estaba recargada a el marco de la puerta, sus ojos estaban cristalinos, yo solo quiero que se vaya de mi casa.

—Es tarde y mañana las niñas —cambie rápido el tema —ellas tiene que despertar temprano.

Evans se paro y camino detrás mi, bajando las escaleras vi a Shawn, sentado sobre el sillón, con sus manos en el cabello, cuando me vio se paró rápidamente y yo caminé hacia el para besarlo.

—Todo estará bien.

—Quiero ser parte de su vida.

Soltó sin más Evans.

No. No. No.

—No. Dijiste que te irías. No quiero volverte a ver.

—Me iré Lia, —el bajo el último escalón— Pero espero que no creas voy a fingir que no tengo dos hijas.

—No son tus hijas.

—El juez dirá eso.

Con esa frase había cavado su propia tumba. No fue cuestión de segundos para lanzarme sobre el para sacarlo de mi casa, tenía fuerzas pero solo los suficientes para moverlo casi medio centímetro.

—¡LÁRGATE! ¡NO TE QUIERO VER!

El no podía resistencia y así logré sacarlo de mi casa. El se paró enfrente de mi y noté como detrás de él las luces azules y rojas venían.

—No sera la última vez que me mires.

La policía había llegado acompañado de un gran carro deportivo negro.

Los policías rápidamente agarraron a Evans y yo estaba segura que tenía la cara hinchada y roja, estaba a nada de amanecer y la vi.

La mismísima Taylor Swift, bajo de su auto, no tenía un tacón, pero el otro si, su corto y esponjando cabello rubio era un desastre y tenía todo el maquillaje corrido y la nariz roja. Ni siquiera tuvimos que decir una palabra para saber que paso.

Corrí con ella y sostuve su cara, no paraba de pedir perdón constantemente.

—Perdón Lia, mis niñas acabo de arruinarles su vida.

Abrazo a Taylor, esto iba a pasar. Tarde o temprano.

—Todo esta bien. Ven entra.

Estaba más calmada de lo que pensé. Shawn se quedó afuera hablando con la policía, Tay se sentó en la sala y yo fui a la cocina por un vaso de agua.

—No fue mi intención. —habló

—No tienes que decirme nada Tay, no ahora. Hay que dormir y mañana resolvemos esto.

Dreams - [RD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora