Caminamos juntos hacia la parada, regresé a ver hacia el tren que estaba despedazado por la parte de enfrente, había gente esterica, lloriqueando, Ohm me miró analiticamente, -¿Te lastimaste?- dijo pausadamente, negué con la cabeza y después solté, -¿quieres...revisarme?- alcé la ceja y después reí, el joven hombre frente a mi se quedó mirándome sin una expresión nueva en su rostro, me tomó de la mano y me llevó hacia los sanitarios, apenas pasamos de la puerta nuestros labios se fundieron en un beso, por que lo era, por supuesto que era un beso. ¿qué es lo que esta persona estaba haciendo?
Podía sentir la suavidad con la que movía sus labios contra los míos, primero fue un contacto con desesperación, necesitado, su aliento chocando contra mi rostro y sin previo aviso perdí el control, envolví su cuello con mi mano mientras me dejaba llevar hacia uno de los cubículos del baño, lo recuerdo bien, podía escuchar afuera las miles de pisadas de las personas que transitaban mientras mi corazón latía a mil por hora, en cualquier momento podía abrirse la puerta del baño, en cualquier segundo cualquier persona podría mirarnos, dos chicos besándose frente al retrete, pero esos labios me habían hipnotizado.
Ambos quedamos dentro, Ohm empujó la puerta con el pie, y solo logré escuchar el azote. Me separé de sus labios mientras le miraba a los ojos. Perdiéndome...
Era el quinto día de la semana que me lo encontraba sentado en la silla de enfrente en el mismo vagón del metro que yo, por quita vez quise sentarme a su lado, que estaba vacío, pero no tuve la suficiente fuerza ni habilidad para hacerlo, mis piernas actuaron en automático y se dirigieron hacia el asiento de costumbre, esa mañana no era tan fría como las anteriores, pero aun así él llevaba una bufanda de color azul alrededor del cuello, su cabello negro se movía de vez en cuando mientras el metro incrementaba de velocidad, sostenía en las manos una libreta de espiral, su mirada estaba fija en ella, lo observe quedamente, de pies a cabeza. "tan alto" pensé, sus tenis eran de marca, de un número considerablemente grande, a simple vista podría deducir que se trataba de un estudiante atlético, ya que su cuerpo no era tan delgado, tenía las simetrías adecuadas para ser llamado un modelo. Desvíe la mirada hacia la ventana después de unos cuantos segundos mirándole, imaginando por quita vez lo que sería acercarme a él y conversar, cerré los ojos y de pronto me vi envuelto por una fantástica ilusión, aquél chico se había levantado de su asiento y caminó hacia mi lado,-¿me puedo sentar?- dijo en un acento muy sutil, su voz era tan varonil, que los vellos se me erizaron completamente , regresé a mirarlo asintiendo apenas ligeramente. ¡Era como un sueño! Una sonrisa boba seguramente se había dibujado en mi rostro en ese instante, me sentía tan nervioso que mis dedos jugueteaban entre ellos mientras le miraba, había dejado la libreta reposar sobre sus muslos y me veía altivo, -¿Siempre vas en este tren?- me indagó, -es el que me lleva a mi destino- le respondí soltando una sonrisa nerviosa, el asintió con la cabeza y sonrió devolviéndome la sonrisa, no tan amplia pero lo suficientemente para irradiar luz a su alrededor, pose mis mejillas sobre mis manos y seguí contemplándole con admiración, él sintió mi mirada -¿sucede algo con mi cara?- por un momento sentí su frialdad en sus palabras, -s..solo estaba mirando lo atractivo que eres, lo siento.- bajé la mirada al suelo quizás con un deje de tristeza, nuestro primer encuentro y lo había fastidiado de este modo, el acercó su mano de grandes proporciones a mi cabeza, acariciando mis cabellos y deslizando sus delgados y largos dedos en las hebras de estás, -tan sedoso- dijo sutilmente, levanté mi vista recorriendo sus ojos tan oscuros y profundos como un acantilado, sus cejas tan espesas y sus labios... rojos y dispuestos a ser besados arrebatadamente, suplicando porque yo me abalanzará sobre ellos, tragué en seco, mi mirada pasó de sus labios a sus ojos en un segundo, y nuestras miradas se toparon, sentía que mi manzana de Adán se movía de igual modo con nerviosismo, me acerqué, lo suficiente para acortar cualquier distancia entre los dos, sin importar que íbamos en un vagón del tren. Sin importar que fuéramos hombres, sin importar los prejuicios de la sociedad, sin importar nada, cuando estaba a un centímetro de rosar sus labios escuché un fuerte sonido, el movimiento de mi cuerpo fue de tal magnitud que tuve que abrir los ojos en ese momento, deteniéndome fuerte del agarradero del vagón, un golpe seco sobre mis pies me hizo reaccionar, miré hacia abajo, una mochila había quedado atorada entre ellas, una persona se agachó para levantar la mochila, me miró unos segundos, y al darme cuenta, esta vez no era un sueño, el chico del tren , aquél chico con el que fantaseaba todas las mañanas estaba enfrente mío, la gente salía del vagón a toda prisa. -¿no vas bajar?- preguntó, parpadee unas veces -¿eh?-pregunté mirando a mis costados, todos los pasajeros estaban bajando, -¿¡el tren ha chocado!?- pregunté con efusividad sorprendido mirando las luces rojas de alerta parpadear, el sonrió, hermosamente, más hermoso que en mis fantasías, se reincorporo y se dio vuelta, lo seguí.
-gracias, es decir...estaba distraído, soy Nanon- dije torpemente, dándole la mano una vez que ya habíamos bajado, me estrechó la mano antes de responderme-Soy Ohm-.
-¿pero...qué demo...- iba a decirle que ocurría, quizás no era las palabras correctas que iba a utilizar para eso, pero otra vez, su boca me atacó con ganas, esta vez sentí como su lengua se abría paso entre mi boca, explorandola,
¡Santo Dios ! tenía una extrema habilidad que sentía perdía el alma, no quería quedarme fuera de esto, salté sobre su cuerpo esperando que me cargara estilo koala, y así continúe el beso, el cargandome y yo perdido en su boca, sentía su mano recorrer mi espalda baja, en serio... el chico del tren era un experto si se trataba de despertar mi libido, ¿quién lo hubiera imaginado? el chico con el que solía tener fantasías estaba perdiéndose en mí, traté de levantarle la playera para acariciarle el abdomen, que estaba duro y bien formado, apenas mis manos frias rosaron su piel él se sobresaltó y me miró angustiado. -lo lamento..yo...no soy así- dijo Ohm, y le creí, sus ojos brillaban, sonreí mostrándole mi peculiar hoyuelo, Ohm se acercó a mi rostro dejando un beso muy marcado en mi hoyuelo, me abracé de él y me permití sentir su calor. -Podemos conocernos si quieres - dije suave, Ohm guardó silencio y cuando iba a separarme él me abrazó más fuerte, -Sábado a las 6 de la tarde, en la estación del tren- obviamente era una cita, -ahí estaré, puntual- mencioné, separandome de él, cuando me bajé de él, escuchamos ruidos afuera, sonreímos, quedándonos en silencio cómplice mientras esperabamos a que se fueran para poder salir del cúbiculo del baño. Era la primera vez que sentía el poder de la atracción, tan fuerte, tan atrayente que no se acaba, y nunca lo hubiera esperando, que esa atracción tan poderosa se hiciera incluso más fuerte al conocer al chico del tren.
ESTÁS LEYENDO
ONESHOT'S OHMNANON
Historical Fictionpor aquí dejaré historias que me han inspirado estos chicos. ❤💚