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"El hombre es parte de la familia de las luciérnagas: un gusano que se transforma en luz cuando ama."
La noche estaba apunto de caer, ambos subíamos a la montaña, tomados de la mano él me guiaba hacia la profundidad de esa montaña. Ese simple gesto hacía que mi corazón revoloteara de felicidad, Nanon me dijo que quería mostrarme un paisaje que jamás olvidaría, desde mi llegada a Tailandia nada había sido tan incomparable como los momentos que pasaba junto a él.
Cuando viví en Japón muy pocas veces sentí que alguien era realmente mi amigo como se había convertido él en esos pocos días.
Aunque su madre, sus amigos e incluso todo su país estaban en contra de nuestra amistad el continuaba tomando de mi mano, y yo continuaba siguiendolo por doquiera que él me llevara.
FLASH BACK~
Caminaba por la banqueta principal, con la mochila pegada a la espalda y con las manos metidas en la bolsa de mi pantalón escolar. Ya no había tantos estudiantes transitando por la zona. Los imbéciles de mi salón y aquellos a los que llamo amigos me hicieron una broma. Mientras casualmente ellos están en el karaoke yo tuve que encontrar por mi mismo todos mis utiles escolares que sustrajeron de mi loker y escondieron fuera de mi alcance.
Patee una lata de refresco que estaba fuera del bote de basura con toda mi rabia. La lata voló unos metros más allá de lo que imaginé que llegaría. Se detuvo cerca de un par de tenis color negro de marca. No habia golpeado al dueño pero el sonido estrepitoso hizo que el chico se diera vuelta. Cuando me di cuenta que pude haberle causado daño me incline varias veces acercandome a él para disculparme.
-Lo siento- dije repetidas veces sin regresarle a ver, él chico guardó silencio, y aproveche para levantar la lata del suelo. Subí la mirada desde sus tenis pasando por sus piernas que estaban cubiertas por el pantalón deportivo que reconocí como el de mi escuela. Enseguida mi mirada ascendió por el abdomen, pecho hasta llegar al rostro. Cuando le mire bien sonreí, amablemente, reconociendo al chico enseguida.
Unas semanas anteriores, su familia se habia mudado a la casa más bonita del área, le pertenecío anteriormente a una familia de chinos adinerados. Ahora vivian ahi la familia vietnamita migrante como le llamaban en el pueblo.
Papá mencionó que el conflicto político en el país vecino estaba haciendo que las familias con recursos se refugiaran en otros lugares y que salieran a buscar paz y estabilidad. Tailandia estaba cerrando sus fronteras y la gente era hostil con los migrantes que lograban llegar a un acuerdo con el gobierno para establecerse en nuestro país.
Mi madre pertenecía a la congregación por la defensa de nuestra seguridad contra los inmigrantes que llegaban de contrabando atravesando las fronteras. Nadie sabia con que intensiones lo hacían. Asi que de cierta forma mientras le sonreía al chico la voz de mi madre resonaba en mi cabeza. Pero yo tenía 14 años, ¿A quien demonios le importaba eso? Yo quería jugar, pasarla bien, cosa que ya no podía desde que mis amigos jugaban a sentirse grandes. Era una gran oportunidad de hacer un nuevo amigo.
