Destino Sagrado (MewGulf)

CAPUT 23- KANAWUT

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Varios días antes

- Entonces ¿te gusta Suppasit? – me preguntó Gustaft.

- Si, sé que es evidente, pero quería que supieras que él y yo tenemos una relación. No sé si esto te molesta, papá, pero él es la persona con la que quiero estar – le respondí. Llevábamos hablando más o menos una hora. Él me había mandado a llamar a sus aposentos y yo acudí porque necesito enfrentar lo que hablamos hace tiempo, sobre que crecí con mi tío y esas cosas. Todavía no puedo creer que mi padre no sea mi padre, es decir, que la persona a la que toda mi vida le he dicho papá, no lo sea y me haya engañado.

- ¿Gulf? – me trajo a la conversación de nuevo. Yo asentí, pidiéndole que hablara - ¿por qué piensas que me molestaría? – me preguntó.

- Porque dijiste que mi padre, bueno, mi tío. En fin, tu supuesto hermano... -

- Guillem – lo nombró. Lo miré detenidamente. Ahora me doy cuenta de que si comparten algunos rasgos - ¿me acabas de decir papá porque temes que me enoje porque te gusta Suppasit? – esa pregunta me descolocó. No pensé que fuese tan evidente. No respondí, así que él siguió hablando – sí, tu tío, mi hermano Guillem es homosexual, le atraen los hombres ¿y? – me preguntó molesto – a tu tío Maxiin también ¿qué tiene eso de malo? – su molestia aumentó - ¿por qué tendría que enojarme que mi hijo también lo sea? –

- No lo sé, es que la última vez parecías molesto con mi padre por eso – dije a la defensiva.

- Todavía no crees que yo sea tu padre ¿verdad? – me dijo triste. Podría decirle que le creo para que no se enoje más, pero no puedo mentirle.

- Debes ponerte en mi lugar, Gustaft, no te he visto nunca y llegas y me dices que eres mi padre, entiende que no conocí que Guillem fuera como me lo describes- traté de explicarme.

- Dios, cómo deseaba que me dijeras papá de corazón. Recuerdo cuando tenías dos años y corrías a mi gritando eso sin parar cuando me veías llegar. Cada día recuerdo que te perdí por 15 años, Gulf – bajó su mirada.

- Creo que debería hablar con Guillem, algún día y aclarar esto – mencioné y me quedé callado por un rato.

- ¿Qué te dice tu corazón? – me preguntó suave, sin mirarme.

- Me dice muchas cosas- soy sincero.

- ¿Por qué te importa tanto si me molesto por que te guste Suppasit? – esta vez me miró a los ojos.

- Porque, en medio de todo, mi corazón me dice que podrías decir la verdad – suspiro – y si es así, no quiero defraudarte – me muerdo el labio inferior.

- Una parte de tu corazón te dice que soy tu padre y la otra que te estoy engañado ¿es eso? –

- Más o menos- nos quedamos en silencio, otra vez.

- ¿Puedes decirlo de nuevo? – sonó a suplica.

- ¿El qué? – pregunté confundido.

- La palabra- pensé un momento en cuál podría ser.

- ¿Papá? – dije y el dio un respingo.

- Si, esa – sonrió.

- Dime ¿qué te dice tu corazón? – le devolví la pregunta. Se puso de pie y caminó.

- Te he seguido por 15 años, Gulf. He intentado salvarte de esa estúpida tradición y lo hice. No me tomaría todas esas molestias por nada. Sé que no es suficiente para ti, porque, aunque he estado detrás de ti por 15 años, nunca me has visto. Pero soy tu padre, pequeño. Naciste como fruto de un amor dulce y honesto. Fuiste deseado y amado. Lo eres todavía. Ese amor es lo que tengo en mi corazón y como parte de ese amor, yo mismo te llevaría con Guillem para aclarar esto, para que escuches de sus labios como tuvo el corazón de sacarte de mis brazos, solo con el propósito de alimentar una tradición ridícula – no sé cuándo empezó a llorar. Me levanté para mirarlo mejor.