Destino Sagrado (MewGulf)

CAPUT 11- SUPPASIT

La primera vez que desperté, sentía mucha hambre y tenía los labios muy secos. Me quería mover porque sentía el cuerpo demasiado tieso. Escucho ruido a mi alrededor. Intento abrir los ojos poco a poco, pero es muy dificil. Me muevo poco a poco para acomodarme de lado en esta cama que me parece muy cómoda para ser la que siempre uso.

- Shhhh – alguien puso una mano sobre mis ojos para evitar que los abriera – duérmete de nuevo, si Kanawut llega a darse cuenta de que te despertaste sin que él estuviera presente, se pondrá muy triste – creo que la voz era de Nat – vamos, duérmete de nuevo, descansa – insistió. Terminé de acomodarme de lado y decidí hacerle caso, pues parece que con solo ese movimiento mi cuerpo quedó exhausto.

¿Por qué el niño nuevo se pondría triste? Justo en ese momento llegaron los recuerdos a mi mente ¿por qué estoy aquí en medio de un olor a medicina tan penetrante? Lo último que recuerdo es estar sobre una mesa, inmovilizado por Lucifer, manteniendo la mirada sobre unos ojos negros llenos de lágrimas, era el niño nuevo. El muñeco de porcelana que parecía que se iba a romper en cualquier momento. Quise abrir los ojos y buscar respuestas sobre su estado, pero no lo logré, me dormí inmediatamente.

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La segunda vez que me desperté fue porque escuché una vocecita llorosa. Abrí un ojo con cautela y me di cuenta de que era el niño nuevo arrodillado al lado de mi cama.

- Gracias, porque eres el altísimo que ha cuidado y está sanando a mi ángel Mew – lo escuché decir, mientras me tomaba una mano entre las suyas y la acercaba a su pecho. Tenía los ojos cerrados, estaba muy concentrado en su plegaria. ¿qué tendría que pasar para que este niño dejara de rezar? – gracias por darnos la victoria, por liberarnos de las cadenas de nuestros enemigos y por cumplir la promesa de justicia para quienes creemos en ti – continuaba con fervor – gracias por que la espalda de mi ángel Mew está curándose correctamente, te suplico, oh dios viviente, que no dejes marcas en su preciosa piel - ¿ángel? ¿ahora soy un ángel? ¿cuándo pasé de ser el endemoniado Suppasit al ángel Mew? Claro, eso pasó cuando me vio ser torturado por el demonio, la que habla es su conciencia ¿ángel? Si, claro. Lástima es lo que me tienes y es justo lo que menos necesito ahora. Sentí ira burbujear en mi ser, o bueno, tal vez era hambre o sueño, no sé, porque me dormí de nuevo.

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La tercera vez me despertó el ruido de una persona tocando la puerta. Fueron tres golpes que me ayudaron a esparcir la neblina que había en mi mente. Me moví un poco para corroborar que no sintiera demasiado dolor. Todavía sentía la espalda pesada, imagino que tengo muchas vendas o ungüentos. No abrí los ojos, podía sentir a través de los párpados, la luz.

- Hola – la voz gruesa de un hombre adulto me hizo quedarme completamente quieto ¿quién era?

- ¿Hola? – el niño nuevo saludó dudoso.

- Gulf, has crecido tanto y tan bien – dijo el hombre y mientras hablaba su voz se sentía más cerca. Imagino que se adentró a la habitación.

- ¿Te conozco? – preguntó el niño aturdido.

- Si, nos conocemos muy bien. Es solo que ahora mismo no recuerdas – el otro informó.

- ¿Quién eres? ¿cómo te llamas? – preguntó Gulf confuso.

- ¿Podemos hablar acá? – el hombre contraatacó – es decir, lo que tenemos que hablar es muy privado y ...- al parecer quería sacarlo de ahí, me preparé para escucharlos salir, pero me sorprendieron las palabras del muñeco.

- Podemos hablar acá, no pienso dejar solo a mi compañero. Además, está dormido, lleva días así, le están aplicando medicina para mantenerlo así porque sus heridas son muy profundas, siente mucho dolor. Pero ya le han bajado la dosis, en cualquier momento despertará y quiero estar aquí – lo dijo todo tan rápido que casi no le entendía. Sus palabras me tocaron muy adentro, pero luego de un momento, sentí rabia de nuevo, él estaba teniéndome lástima. Intenté dormirme de nuevo, pero empezaron a tener una conversación que me espantó todo deseo de dormir.