La cama es muy angosta. Si bien estamos delgados, nuestros huesos son largos y es incómodo para ambos. Pero no importa, el clima nos lo permite. Podemos acercarnos más y más para darnos calor.
Me despertó un sueño extraño en el que veía a mi muñequito saltar de un precipicio. Tuve un escalofrío horrible.
Anoche nos quedamos dormidos frente a frente, pero creo que durante la noche él se dio la vuelta porque ahora lo estoy abrazando por la espalda. Esto es lo más cerca que hemos estado desde que nos conocemos. De hecho, creo que esto es lo más cerca que he estado de alguien por mi propia voluntad. Quisiera que se sintiera bien, pero no puedo evitar las nauseas que empiezan a subirme por la garganta cuando me doy cuenta de que mi detestable erección matutina toca uno de sus glúteos. Él duerme plácidamente y puedo decir que sueña con cosas hermosas, pero no puedo quedarme aquí más tiempo, tocándolo con... con esa parte de mi cuerpo.
Antes de que lo poco que comí anoche quede regado sobre mi compañero, me levanto y vuelo al baño. No es él, soy yo y esta maldita polla que detesto, que me la quiero quitar, de la misma forma en que deseo dejar atrás, y para siempre, la voz y el tacto de Lucifer. Se inclino sobre el inodoro para sacarme este peso y este asco.
Estoy jodido
Siento que me hundo en un hoyo negro
Me absorbe
Es imposible salir de aquí
No velo la salida
No lo vale
No lo valgo
Cada vez que la sangre se va a "esa parte" de mi cuerpo siento asco, mucho asco. No quiero sentirla, nunca más. Pero no hay nada que pueda hacer, hace parte de mí, de este cuerpo enfermo de esta agonía.
- ¿Estás bien? – la voz adormilada de mi muñeco me habla desde la entrada al baño. No tengo tiempo para responder porque una nueva arcada asciende por mi garganta – por el altísimo, algo que te cayó mal, voy a llamar a Tul – dice, pero en lugar de salir del baño entra y me examina. Me insta a que levante la mirada. Por un momento me pierdo en sus ojos, tiene los parpados un poco hinchados de tanto dormir, un par de lagañas delgadas se posaron al principio de ellos. Sus pestañas, que nunca había visto con tanta concentración, son perfectas.
- Creo que ya estoy bien – digo mirando sus labios. Joder, no sé qué es lo que me pasa. Lo quiero besar, pero a la vez no. No quiero sentir nada, no quiero que me guste, no quiero placer, de tan solo imaginarlo me da otra arcada, pero ya no tengo más que botar. Mi estómago está vacío como yo.
- No estás bien, estás muy pálido, creo que fue mala idea guardar la comida así, no volveré a darte nada que haya estado expuesto – mientras hablaba bajó el agua del baño, abrió el lavamanos y después de lavarse sus manos, me limpió la cara y los labios, así como hacía madre cuando estaba pequeño y me untaba de comida la cara. Miro a Kanawut y sus acciones de cuidado hacia a mí, me desconciertan. Me ha cuidado así desde aquella noche terrible.
- ¿Me ayudarías a caminar hacia la cama? – le pido porque no me puedo mover, mi cuerpo está en mi contra. Estoy entre el dejarme llevar por lo que siento al verlo, al sentirlo, y el castigarme por sentir. Bueno, creo que estoy haciendo ambas y en ese orden.
- Claro, ven, pasa tu mano por mis hombros – me dice mientras se agacha y me toma de un brazo que pasa alrededor de su cuello, con el otro me ayuda a ponerme de pie – ups, creo que deberías cambiarte de ropa – me dice mirando hacia la parte inferior de mis ropas. Yo sigo sus ojos y me encuentro con lo que me dice, mis ropas estás sucias, manchadas de algo, pero no es vómito lo que tiene mi ropa, es la secreción asquerosa que detesto, la semilla del oprobio y abominación de mi vida. Me quiero morir de la vergüenza y a la vez del asco. No quiero tocar esa semilla, no quiero. Me la quiero quitar de encima.
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Destino Sagrado (MewGulf)
FanfictionGulf quiere ser sacerdote, Mew quiere escaparse del monasterio. Gulf espera que el monasterio sea su paraíso, Mew sabe que aquel lugar es el infierno. . . Se mencionan temas sensibles, se aconseja discreción. Leer bajo su responsabilidad. . Ranki...