El Profesor De Filosofía. [En edición]

Platicando

Capitulo Ocho

Edward

Entramos a mi oficina, saque un botiquín de primeros auxilios, la tome por la cintura, al principio se sorprendió y la subí arriba de mi escritorio, me trajo tantos recuerdos, trate de alejarlos de mi mente, pero simplemente era imposible.

—Sabes que lo que hicisteis no está bien—Le dije mientras buscaba algo de algodón y alcohol.

—Lo sé, pero ella me provoco ¡No es como si Yader y yo tuviéramos algo o pensáramos tenerlo!—Dijo algo molesta torciendo los labios.

— ¿Ah no?—Le pregunté intrigado, hace días que ella andaba muy pegada con Yader, y a mi obviamente no me gustaba eso sin embargo ¿Qué podía hacer?

—No, claro que no—Me dijo aún más molesta, asentí ante su respuesta, era lo que necesitaba oír, aunque fuera algo inmaduro, moje el algodón de alcohol.

—Te va arder un poco, supongo—Le advertí, ella asintió, primero la pase por el corte de su pierna, el cual no era muy profundo ni muy grande, sin embargo se notaba, después lo boté y agarre otro algodón y lo moje para pasarlo sobre sus rasguños—, Esto me recuerda cuando tuve mi primera pelea con un chico en la secundaria, fue por mi hermano menor—Le dije, recordaba perfectamente ese día.

— ¿Enserio? ¿Por qué?—Me pregunto ella intrigada, le puse una pequeña venda en los rasguños y en la pierna.

—Sí, fue porque había ganado el equipo de mi hermano y los otros chicos no lo aceptaban y entonces golpearon a mi hermano y yo intercedí y golpee al otro chico, me suspendieron por una semana junto a mi hermano y al otro chico lo expulsaron—Le narre mientras guardaba el botiquín y botaba los algodones usados.

— No me había imaginado eso—Me dijo con una sonrisa torcida.

—Te comprendo totalmente, Bianca no se quedara callada, lo sabes, y te van a nombrar un tutor, por tu mala conducta y de igual manera por tus notas bajas de este último semestre —Le advertí, Bianca no se rendiría tan fácil, conocí chicas en la universidad como ella, y no dejaban ir todo, así porque sí.

—Lo sé, me lo imagine ¿Puedo quedarme en tu oficina? No quiero salir y estar en el último periodo de clase con ella, pienso cambiarme a no sé, a matemáticas avanzada si es necesario—Me dijo ella con frustración.

—Claro, mientras podríamos conversar y me ayudas un poco con el papeleo—Le sugerí, ella asintió, la ayude a bajar del escritorio y se sentó en una de la sillas que estaba frente a mi escritorio, me senté en mi silla de cuero en mi escritorio.

Cuando nos dimos cuenta era pasado de las tres de la tarde, Kate me había contado sobre sus Padres y sus Hermanos, sobre sus Amigas Sarah, Eliza, Verónica y Maritza e incluso había mencionado que Yader solo era un amigo, nunca tocamos el tema sobre nosotros y era mejor así, aunque era raro estar hablando con ella de esta manera, simplemente me sentía siendo yo mismo, a las tres y media Kate tenía que irse y me ofrecí a llevarla, me llevo quince minutos convencerla, la ayude a montarse a mi camioneta Nissan Blanca doble cabina y conduje hacia su casa, siguiendo sus indicaciones, al llegar ella me agradecía.

—Gracias Edward por traerme a casa—Me agradeció por segunda vez.

—De nada Kate, hasta mañana—Le sonreí, ella se acercó para besar mi mejilla sin embargo yo corrí mi cara y la bese con tanta pasión acumulada que tenía por dentro, cuando nos separamos se quedó pasmada y sonrojada, se despidió torpemente y se bajó de la camioneta entrando a su casa lo más rápido posible; sus besos me volvían loco eran afrodisíacos, estaba seguro de una cosa. Estaba loco por Kate.