Ecuación de amor.

Capítulo 4: Inesperado.

Holaaaa, ¿Cómo andan? Espero que de lujo. Pues bueno, este capítulo me gustó jaja, y miren que lo que sigue se va a poner intenso… se van a agarrar a golpes y todo jajaja. Avisaré cuando eso pase jajaja.

Bien, les recuerdo que las imágenes y personajes que aquí aparecen, NO son de mi propiedad, yo solo creo tramas curiosas, raras y dementes con ellos como protagonistas.

Ahora, a leer.

Ecuación de amor.

Capitulo 4: Inesperado.

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— …

— ¿Qué pasa? ¿Te quedaste sin palabras? ¡¿Tu?! Jajaja… eso es nuevo…

— … E… Eso que dices es…

— Es solo una teoría de mi parte —miró al frente, desviando la mirada de su amigo. — nunca me había sentido así de raro… y ya que tu eres un rompecorazones, quise comentarte para que me… orientes… ¡pero si te burlas, voy a tirarte los dientes! —amenazó de forma seria.

Wei Wuxian seguía en shock, no podía ser real lo que escuchaba, ¡¿SU A Cheng estaba enamorado?! Eso no podía ser!
Quería hablar, quería gritar que era una mentira, pero nada salía de su boca, que había permanecido cerrada con la mirada casi perdida en un trance desagradable.

— Ah… creo que mejor luego hablamos, parece que estás en la luna… o tuviste un infarto cerebral…

— … ah… no… Amm… dime, te escucho…

— Hmp, ya te lo dije. Eso es todo.

— ¡¿Ah?! Pero… ¿de quién?, ¿cómo es que piensas que tu estás… en…?

— … Te dije que era solo una teoría, eso es todo lo que puedo decirte. —sé encogió de hombros y se puso de pie.—bien, me iré a estudiar…

— Ah… Eh… Cheng Cheng… espera, ¿Estás bien?

— Mn.

Sin más, el de hermosos ojos violetas, se metió a su habitación, dejando a un muy consternado Wei Wuxian, que con un nudo en la garganta, trató de pasar saliva, pensando en qué decir, o qué sentir… pero nada salía de nuevo… todo era un caos en su cabeza, por lo que tomó su mochila, se la colocó al hombro y caminó hacia su habitación, a la que entró y de la que se recargó al cerrar, dejándose caer al suelo aún con la mochila al hombro.

— … No puede ser… mi A Cheng… ¿en quién te has fijado?

Soltó en un susurró mientras escondía la cabeza entre las rodillas, abrazando estas con sus brazos, negándose una y mil veces lo que acababa de escuchar.
No supo en qué momento se quedó dormido, despertó adolorido y cansado por la posición en la que se había quedado… ¿Cuánto había pasado? ¿5, 6 horas? Ya estaba muy oscuro, no escuchaba ruido en el departamento, así que supuso que su amado amigo estaba dormido ya.

Se puso de pie con total decaimiento, se puso esa pijama que su querida A Li le había regalado en su cumpleaños y tomando una almohada, como si fuera un pequeño, abrió la puerta de su habitación y desfiló hacia la contraria.
Se paró un segundo afuera, observando que aún había algo de luz saliendo por la parte de debajo de la puerta. Espero que esta vez si amigo no estuviera dormido sobre los cuadernos y tocó un par de veces.

— Cheng Cheng… ¿Estás despierto?

Un par de segundos de silencio antes de que se escucharan pasos en su dirección, y alguien abriendo la puerta frente a el, que le recibía con una toalla alrededor del cuello, pues acababa de tomar un baño.