Nunca pidió conocerlo pero el destino era un jugador muy hábil, solo estaba seguro de que lo conoció en su peor momento.
-mirarte a los ojos me dice la verdad-Jin miro con enojo a ese muchacho frente a él, lo odiaba, detestaba que pudiera saber como...
Varios días había pasado desde esa cena incomoda y aquella nota que no lograba olvidar, aun conservaba una paleta en su bolsillo y aquellas letras se volvieron un separador para sus notas, le impresiono ver la letra de SeokJin, era bonita y hecha con completa dedicación no como sus notas que a veces ni él entendía, la veía cada cinco minutos como para comprobar que seguía allí y aunque le fastidiaba ver que se estaba volviendo lo que él mas temía le sacaba una sonrisa que a mas de uno sorprendió.
-Algo bueno debió pasar para que sonrías de esa manera-
-No sonreí para nada Dante-
-Puedes engañar a todos aquí Nam pero no a mi-
-Cállate- Dante Tegan era un chico extranjero que fue ayudado por Namjoon unos días después de llegar a corea, ambos trabajaban en la clínica, el joven Dante como laboratorista y Namjoon como enfermero, con lo poco o mucho que ganaban Dante logro terminar su carrera y estaba ya con una planta fija en la clínica lo cual le había ayudado bastante, fue quien ayudo a Nam a conseguir el trabajo como enfermero ya que él lo recomendó, solían salir poco pero Dante lo consideraba un amigo.
-Y ¿Cómo se llama el afortunado?- se aguanto las ganas de reír a carcajadas al ver agradarse los ojos de Namjoon de la impresión por la pregunta.
-Cierra la boca Dante-
-Terminaras diciéndomelo- afirmo terminando su café- solo dile que si te hace llorar puedo fácilmente apuñalarlo con una aguja en áreas de desangramiento fatal-
-Claro que lo diré-
Namjoon no era muy social pero los pocos amigos que llegaba a tener los atesoraba mucho y Dante definitivamente era unos de ellos, termino su turno como todos los días y antes de irse una enfermera se acerco hasta él.
-Joven Kim- él se detuvo al escucharla-
-¿Si?-
-Le dejaron esto en recepción- Namjoon la recibió, era una pequeña bolsa de color rosa, creyendo que era de otra admiradora la guardo en su mochila y agradeció el recado antes de salir del lugar.
Estaba vez no contaba con su motocicleta así que debía tomar el autobús, estaba en la parada cuando recordó la paleta que aun tenia, fue una buena opción ya que su estomago le exigía algo de comer, la saco con brusquedad de su mochila tirando en el proceso aquella bolsita que se abrió un poco dejando salir un pequeño paquete trasparente-
-¿Mmm...?- después de quitarle la envoltura a la paleta y comerla noto aquella bolsita y de inmediato la levanto, reviso el contenido y era dos galletas, una un poco rota y la otra entera con una nota.
"Mi color favorito es el rosa (demasiado femenino lo se)y suelo hornear para desestresarme, espero te gusten, son de avena y arándano, no te veías como alguien que disfrute mucho lo dulce, aunque puedo equivocarme"
La sonrisa que aprecio en la cara de Namjoon fue hermosa, solo vista por las luces de los autos y la soledad de las calles, miro nuevamente las galletas y recordó un poco de cuando él estaba mas pequeño y las muchas veces que su madre tuvo que dejarlo solo para poder trabajar, nunca la veía salir pero unas galletas siempre lo esperaban para desayunar, aquella sonrisa duro hasta su hogar y cuando su madre lo vio sonrió por que sabia que algo bueno había pasado, se sentaron en la mesa y compartieron las galletas que SeokJin había hecho.
-Serian una buena pareja- declaro su madre.
-Mamá- advirtió Namjoon sabiendo lo que le diría.
-Solo digo mi opinión-
-Tu opinión es ya una declaración- suspiro- no dudo que congeniemos pero la vida de Jin es complicada como para hacerla aun mas complicada-
-Él solo necesita alguien junto a él-
- Y ¿quieres que sea yo ese alguien?-
-Seria bueno para ambos- aquella sonrisa en su rostro solo hizo reír a Nam por que sabia lo terca y testaruda que podía ser su mamá y aunque no podía admitirlo en voz alta él sabia que el interés en Jin ya estaba allí saliendo a la luz y le agradaba pero a la vez su lado racional le advertía muchas cosas.
-Por ahora dejemos esto así- le ayudo a levantar todo y la acompaño hasta su cama para arroparla- es hora de dormir...
-Pensar que era yo quien hacia esto anteriormente- cerro los ojos cuando recibió aquel beso en la frente de parte de su hijo-
-Es mi manera de retribuir tantos cuidados mamá-
-Eres mi hijo al que amo ¿crees que no te cuidaría?-
- Jajaja considero que me cuidaste de mas-
-Eso es cierto- ambos sonrieron y Nam no salió de la habitación hasta su madre se quedo dormida.
Volvió a su habitación e hizo algo que no pensó haría alguna vez, en sus antiguas relaciones jamás ocupo su tiempo en ser alguien cursi o dedicarle notas pero con Jin parecía algo incluso natural, las líneas que le dejo en esa nota aparecieron casi instantáneamente como si ya hubiera planeado hacerlo desde hacia mucho tiempo.
-Es completamente seguro que perdí la cabeza- dijo riéndose de si mismo mientras guardaba aquella nota.
Su moto había vuelto y al llegar a su destino ideo mas posibilidades de encontrar una forma de entregar esa nota a Jin, no supo a que hora había ido a la clínica pero dejo un recado con aquella enfermera la cual acepto con gusto entregar su nota.
Las horas pasaron un poco lentas ese día pero al finalizar su turno recibió otra nota y esta vez un pequeño frasco, se sentó en aquella jardinera cerca de casa y abrió la nota.
"No me gustan los olores muy fuertes pero esta fragancia me recuerda a ti"
Tomo aquel frasco y al abrirlo el olor a lavanda, canela y un poco a sales le lleno las fosas nasales, le recordó un poco al verano en la playa y sonrió, no solía usar ningún perfume pero estaba seguro que si lo hiciera seria algo parecido, miro la bolsita y vio otra nota la cual no estaba tan detallada como la que acababa de leer la tomo y casi se carcajea al leerla.
"¿Podemos volver a mandarnos mensajes?"
No había mensajeado desde aquella cena en su casa y sonrió por que pudo ver que escribió muchas cosas antes de dejarle ese mensaje especifico, tomo su celular y abrió su chat, escribió un simple "si" antes de regresar a casa.
-Es una mala idea pero no es momento de arrepentirse- se dijo a si mismo después de sentir la vibración del celular en su bolsillo.
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