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ARMIN.

-Al menos las invite a ambas- dije mientras me veía en el espejo del baño del trabajo después de lavarme el rostro, ya era costumbre mía hacer eso cuando me sentía nervioso, Annie si que me había vuelto a gustar, ni todo el entrenamiento físico ni más preparación psicológica me podía hacer salir de la nueva percepción que tenía de aquella rubia de los ojos azules, una nueva y gran persona, ya no la veía como la atroz mujer que me daño tanto por una declaración de amor pero ¿Era ideal intentar algo con ella? Seguía siendo con Mikasa la chica más seria que he conocido, muy reservada y alguien que repudia la debilidad, de que he cambiado y que podría resultar más llamativo como para salir con alguna chica pero en verdad sigo siendo el mismo Armin, fui a mi cubículo junto a Annie y le dedique una sonrisa, me dente y seguí pensando mientras trabajaba... Sigo siendo alguien el mismo chico de hace tantos años, las artes marciales me han dado fuerza y seguridad pero más allá de eso sigo siendo el mismo, mi nuevo corte de cabello solo era una farsa para demostrar un cambio físico también a las personas de alrededor, incluso yo creo que alguna vez me planteé cortarmelo como ahora lo tengo para simbolizar que era diferente, me toque la cabeza... Sobre pensaba todo siempre y eso era agotador, tengo que mantener la mente enfocada y la cabeza fría, Annie Leondhart y Armin Arlert no están destinados a salir como pareja, sucesos del pasado y actitudes diferentes son demasiados como para plantear algo entre ambos, quite mi mano de la cabeza y entonces sentí que alguien ponía la suya sobre mi, era Annie...

-¿T-Todo bien?- pregunté rápidamente, aquello era extraño.

-¿Alguna vez te he dicho que me gusta mucho tu peinado?- mencionó mientras me ponía nervioso, se había dado cuenta de mis pensamientos... ¿Pero como?

-N-No... Gracias por el c-cumplido- dije y ella retiro su mano de mi cabeza y se me quedó viendo mucho rato y yo a ella, me perdía en aquella mirada suya, no sabía que decir o hacer.

-¿Quieres venir a mi casa a comer?- dijo Annie provocando asombro en mi, me estaba invitando a su casa, por primera vez...

-A-Ah, lo que sea esta bien, no te preocupes- dije mientras que voltea a otra parte.

-Nos vemos en la salida- dijo ella trabajando hasta que fuera la hora de nuestra salida.

Seguí trabajando mientras que intentaba procesar la situación, Annie me gustaba y ella por todo lo que los demás dicen ella siente algo por mi, se que es una especie de cariño y aun si fuera amor, ella es alguien que tiene un carácter fuerte y frío, gélido como nadie mas, eso lo hace única pero sigue siendo algo muy contrario a lo que soy, si lo piensas en profundidad hay muchas parejas que inician siendo tan distintas que al poco tiempo se separan por la diferencia en las personalidades, tampoco es que me plantee tener algo así con Annie precisamente por ese motivo, ella se nota muy arrepentida por lo que hizo y busca compensarme siempre, para mí eso es afecto pero no el afecto del que hablo Hitch, que según ella la rubia sentía amor por mi, llego la hora de irnos y ambos nos levantamos y fuimos a mi auto, le abrí la puerta del coche y ella se sentó, pase al asiento del conductor y emprendí camino a su casa...

-¿Tienes alguna comida favorita Armin?- dijo ella.

-Puedo comer cualquier tipo de comida, no te preocupes por eso- dije riendo un poco.

-Mi papá se alegrará mucho de verte- mencionó mientras que la miraba con duda.

-¿Por qué lo haría?- pregunté rápidamente.

-Le agradas mucho- y no entendía la razón, era sólo uno más, un amigo como Marlo quien ya era su amistad de mucho antes de conocerme.

-Solo soy Armin, tu compañero de trabajo y chico con el que salimos con Hitch- dije siendo verídico.

-No eres solo eso- dijo Annie.

-Supongo que tu papá se alegra que no sólo te juntes con Hitch, aunque también eres amiga de Marlo- mencioné.

-Algo así, como ya te explique, a papá le conté mucho sobre mi vida amorosa y pues, no fue la mejor idea- dijo ella.

-¿Por qué?- sólo pregunté.

-Tengo una forma de ser muy mala, si te soy sincera soy alguien desganada, seria, en parte introvertida y eso me provocó que la gente se alejase de mi o que terminará saliendo con buenos para nada- entendía eso pero su papá no tenía por qué dudar o pensar bien de mí, solo era un amigo, como lo es Marlo para ella.

-No siento que sigas siendo así, todos tenemos nuestra identidad dentro, pero mejoramos cuando crecemos mentalmente- dije haciendo que ella abriera más los ojos.

-G-Gracias- dijo ella.

-Además algún día conocerás a un chico que te haga feliz y que tu padre lo vea como alguien de confiar- dije intentado darle ánimos.

-Me alegra haberte conocido a ti- dijo Annie mientras que paraba el auto para bajar en su casa, escuchar eso me hizo muy feliz, mínimo no era alguien desagradable para ella, ahora seguía la visita a casa de Annie, ella abrió la puerta de la casa y pasamos.

-Hola hija... ¿Pero a quien tenemos aquí? El señor Arlert te acompaña, siempre un caballero- dijo el señor Leondhart mientras le daba la mano.

-Dígame solo Armin, no se preocupe señor Leondhart- el me sostuvo la mano y me indicó donde sentarme, la sala de Annie era grande y tenía varias fotos con ella de pequeña practicando artes marciales, parece que desde niña tenía una mirada muy seria, no se si era mi imaginación, pero siempre que cruzabamos miradas ya no sentía que su frialdad llegara a mi corazón por medio de sus ojos, entonces la rubia llegó con un vaso de agua y agradecí el gesto, bebí un poco y deje el varo en su mesa de centro de sala y entonces ella se sentó a mi lado... Annie estaba a mi lado a pocos centímetros... Esto me ponía muy nervioso, lo que sentía por ella era tanto que no sabía muchas veces que decir primero.

-Gracias por haber venido- dijo ella mientras que me sonreía... Era la primera vez que ella lo hacía frente a mi.

-N-No es nada, aprecio tu amistad Annie y gracias tu por invitarme- dije volteando a ver a otro lado, estaba algo rojo.

-Hija, iré a ver a recoger mis lentes, no me tardo- dijo el señor Leondhart para proceder a dejarnos solos, era una situación muy tentadora para muchos, quizá yo no tenía aquellas intenciones pero si que me hacía sentir extraño poder estar a solas con Annie.

-O-Oye Annie- iba a ponerme los pantalones y le preguntaría algo que necesitaba saber.

-Dime Armin- dijo con toda la tranquilidad del mundo.

-¿S-Sientes algo por mi?- pregunté directo, vi que ella se puso roja pero mantenía su mirada tranquila y su temple serio, era alguien de admirar, no cambiaba su faceta auténtica y demostraba tanto de ella no perder la cabeza como otra gente más impulsiva.

-Yo... Y-Yo siento... - ella no lo decía, estaba nerviosa, la espera me estaba matando, necesitaba saberlo.

-T-Tu dilo- dije.

-Siento... S-Siento mucho por ti- solo dijo ella, no sabia que hacer, iba a cambiar el tema pero ella bajó la cabeza, desvío la mirada y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Estas bien Annie?- le pregunté preocupado.

-Me siento muy mal... Me siento horrible por lo que te hice pasar, me siento inútil por no ser capaz de ayudarte tanto como me gustaría, me siento limitada por lo que te hice- solo dijo mientras que llevaba sus manos a su cabeza recogiendo su cabello.

-Eso ya es pasado, yo ya no siento nada con respecto a eso, te perdone y no lo olvides Annie, ¿Pero por que estarías limitada?- pregunté mientras me acercaba para intentar abrazarla... Cada que ella volvía a recordar el pasado buscaba ayudarla y reconfortarla con afecto, yo ya desechaba lo que alguna vez me hizo pero entonces ella tomó mi mano, no me puse nervioso por ello, ella buscaba por lo que parece refugios sentimentales con sus amigos, quizá eso era lo que sentía por mí y le daba pena decírmelo por que...

-Limitada... Por que te amo y quiero estar contigo, pero por mi culpa se que nunca te ofrecerías para intentar nada de eso- no supe que decir después de eso...

Nada típico de tí (Armin x Annie) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora