V.

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...

Narrador omnisciente.

Un toque.
Dos toques.
Tres toques.
Y hasta la cuarta, fue cuando decidió dar por terminada esa llamada. Suspira mientras a la par cierra sus ojos y deja caer su teléfono en la mesa. Apoya su mano en su frente y no tiene de otra que tenerse que controlar. La impotencia la embarga y la desesperación no se queda tan atrás.
Han pasado ya cinco días y no tiene señal alguna de su mejor amiga. Las llamadas sin contestar interminablemente la fastidian y con su olor desprendiéndose puede que no sea la única en sentirse ahogada.

- Puedes ya parar!? - la voz gruesa y severa de Momo logra que se voltee, admirando de paso como esta, sigue con su ropa de entrenamiento con ligeras gotas de sudor recorriendo su rostro. Ella lo sabe, y hasta cierto punto no le interesa, el seguir ensayando puede esperar pero tal parece que la mayor no puede verlo igual.

- Y tu puedes parar de ensayar?. Por dios, Momo. Nuestra amiga no aparece y a ti parece no importarte - reclama, su olor se intensifica y la recién nombrada no le queda de otra que taparse la nariz.

El olor a vino, no es tan fácil de seguir.
Y con su instinto despertándose no tiene de otra que guardar su compostura.
- Primero que nada, controla tu olor - dice, con su voz volviéndose más grave. Sus ojos arden por la presión de querer cambiar, pero no lo hace.
Se posa frente a la otra y es inevitable sentirse satisfecha cuando la menor acata sus palabras - Segunda, si me importa nuestra amiga y tercera, ya es una adulta, Mina. Ella puede hacer y deshacer lo que quiera cuando entra en celo, así que deja de actuar exageradamente, que tu también eres una alfa.

Aunque odiase eso. La mayor esta vez tiene razón.
Se cohíbe un poco y retrocede cuando el olor cítrico llega a sus fosas nasales.
Toma nuevamente asiento y se deja caer con el debido cansancio recorriendo su anatomía.
Siente que la mayor se aleja, pero no obstante la siente sentarse al otro extremo de la mesa colocando dos vasos llenos de agua. Se incorpora y sin tener que ver a la mayor, se estira para tomar el vaso más cercano a ella, no hace sonido alguno, más que el pasar el líquido a su garganta. Deja nuevamente el vaso en la mesa y está vez su rostro descansa en la unión que sus brazos han formado.

- Lo siento.

- Ya déjalo Ya no importa - comenta la mayor y esta vez solo toma de un jalón el agua que ella misma se sirvió - Solo te pido que para la próxima, sepas controlarte ¿okay?.

- Okay

Dice más en un susurro.
Pero después de eso no sigue más que el silencio en ellas.
Es su amiga claro, pero al ver la intensidad de sus ojos, en efecto a su olor que liberaba, sin duda la deja mareada y extraña a la vez. No quiere verla, sabe que se ha excedido pero no tiene de otra ya que ahora siguen siendo ellas dos.

-¿Quieres comer algo? - la mayor es quien corta la tensión, después de tomar un segundo vaso y seguir respirando, puede asegurarse que ahora no puede atacar.

- No he preparado algo, amm... Ahorita veré que puedo hacer...

- Mina, pregunte que si quieres comer, no si has preparado algo. - y con la sonrisa llena de paciencia, la menor fue que empezó a liberar su Tención, logrando que de alguna forma pudiese asentir.

No dijo más y con la afirmación de la otra, sacó su celular.
Entró a la aplicación de comida más rápida y pidió lo que mas les podía sustentar.
No era de esperarse que la menor siguiese con su silencio, y con ello a mano, retomo su actividad de ensayar. Le dolía el cuerpo, tal vez hasta la última parte de ella, pero eso podía solucionarlo.
Sin embargo, todavía necesitaba despejar su mente, el aroma de su amiga impregnó sus fosas nasales, y aunque considere remojar su rostro, sabía perfectamente que eso no podía suceder.
¿Por qué rayos pensó en abalanzarse en Mina?
Es su amiga y al igual que ella, es una alfa, y eso jamás podía cavilarse ni siquiera imaginarse.

Contract: (zeal, passion and lust) ~~ Minayeon, Sanayeon, Namo ~~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora