Contract: (zeal, passion and lust) ~~ Minayeon, Sanayeon, Namo ~~

IX. Segunda Parte.

...

Mi circulación en cualquier momento podría detenerse, obteniendo rápido mi muerte.
Ojalá así lo fuera, pero es imposible ahora cuando de nuevo la oigo decirme:

- vamos, sal de ahí.

Mi cuerpo tiembla, el sudor me recorre y ni hablar de sentir mis fuertes palpitaciones en mi cabeza. Paso un poco de saliva y al sentir que la estoy haciendo esperar no tengo de otra que seguir lo que me pide.
No quiero ni un instante toparme con sus ojos, así que alzandome opto por tener mi mirada hacia abajo, de alguna forma u otra el tener mi cubrebocas me ayuda. Pero aún así todo se sigue sintiendo en un reverendo error.

- Dime. ¿Escuchate todo lo que paso aquí? - me cuestiona algo obvio, pero por las circunstancias no tengo ni voz para decirle toda la verdad.
- Vamos contéstame. - no se escucha autoritaria pero sí con firmeza, y para ser una omega no se como tiene el poder para ponerme así.
- ¿y bien?.

No se como pude hacerlo, sinceramente creo que por automático fue que hice una reverencia en forma de disculpa, como también al decir...

- Por favor, discúlpeme. Se que hice mal al oír todo pero, no tuve de otra cuando la señorita Son llego de repente. - manteniendome de la misma posición, pude sentir la tensión que en unos segundos se siguió desbordando como también del silencio incómodo.

Con esto, es fácil deducir que nada de lo que dije la pudo convencer. Pero al oír como empezó alejarse, fue que esta vez tuve la fuerza para poderme enderezar.
Lo que no esperaba fue que ella aún seguía ahí, recargada en el vidrio polarizado.

- Que ni se te ocurra agachar la mirada. Eso te hace ver débil y alfas así, no son del todo mi tipo - dice y no se que es lo que más me sorprende. El acto de atraparme en querer volver a bajar la mirada, o eso último de que los alfas débiles no son lo suyo.
- Ven. Acércate. - me ordena, he internamente me maldigo por acatar lo que me pide.

Al rodear la barra, no rebasó del límite de su distancia ya que de nuevo su olor me golpea, dejándome débil y ocasionando que de nuevo me sonrojara. Siento que estoy ardiendo, y sigo sin entender por qué me causa esto.

- Bien, cariño. Ahora quítate eso de la cara, que quiero verte. - me sigue diciendo, e inevitablemente empiezo a temblar.
¿Debo seguir obedeciendo?
- Vamos, linda. Quiero verte. - su insistencia me pone más nerviosa de lo que ya estoy, así que sin más que pensarlo hago lo que me pide.

La veo como se remueve al tenerme como me quiere, sin embargo, lo que no esperaba era que ahora se acercara y con su mano más cercana envolviera la mayor parte de mi mejilla derecha. Paso saliva con dificultad pero una vez más sigue siendo impredecible cuando ahora su mano libre, con el dedo índice delinea mi fisonomía.

- Que hermosa eres. - dice y ahora su mirada me esta poniendo más débil de lo que ya estoy.
- Tus lunares son tan perfectos. Creo que estoy viendo el universo en ti.

Me sonrojo, no puedo creer que lo logre de nueva cuenta. Pero eso parece encantarle y ahora, quiero que lo siga haciendo.

- Tus ojos me lo dicen todo, cariño. No puedo creer que puedas ser tan dócil.

¿Dócil? No estoy entendiendo nada.

- ¿Recuerdas que dije que ahora no estoy sola? - asiento a sus palabras - Bueno, serás tu la que me hará compañía hasta que el día llegue.

Mis ojos se abren de sorpresa, sin duda es una locura lo que dice. Pero cuando siento que me esta quitando el mandil como también el chaleco del uniforme, se que esto va enserio.

- Perdón, ¿qué?.

- No digas nada. Ahora solo harás lo que diga. - se aleja de mí y noto como rodea el vidrio para ir directo a la mesa en donde antes estaban ellas.
Sujeta su bolso y al estar en el perchero se que toma la única prenda ligera que llevó esta noche y que claramente me la entregó.
Se acomoda y sin saber más que hacer solo sigo observando para poder entender el por que de su actitud. Da tantos movimientos que causa que me siga poniendo ansiosa, y más ahora que esta con el teléfono dando instrucciones que por desgracia si alcance a escuchar.