°•Dulce Pecado•° [Sal x Travis]

Masturbación al activo

🍓[alerta: escena sexual]🍓

Los meses se pasaron como minutos para nuestro duo. De un momento a otro ya estaban casi a mitad de su año escolar

Las cosas no cambiaron mucho. Travis a veces saludaba a Sal por los pasillos vacíos, mientras que el peliazul ya sabía que el moreno todavía no estaba preparado para saludarlo enfrente de todos. Mucho menos para hablarle. Sin embargo, esto no cambio sus salidas habituales

Era muy común verlos sentados cerca de la ventana en el 402 de los apartamentos Addison. Charlando alegremente con un gato gordo en sus piernas. Esto solo era habitual en las frías y desoladas madrugadas

Esto se volvió tan rutinario que podían llegar a verse todas y cada una de las madrugadas en todo el mes. Sin embargo Travis no bajo su precaución. Si no que mejoro su técnica en su pequeña huida hacia la felicidad

Ambos estaban tan perdidos en su amor, que ni siquiera ellos mismos podían darse cuenta de cuánto se amaban en verdad. Un amor tan puro, que no necesita palabras

Algunas veces esas pequeñas charlas eran acompañadas por pequeños besos, dulces e inocentes caricias y sobre todo, estaba repleto de mimos y ñoñerias. El Travis del pasado se revolcaria en su heterosexualidad ya muerta

-Hey, ¿algunas vez haz pensado en irte de aquí?- Preguntó Sal mirando atentamente a la ventana mientras era abrazado de atrás por su chico. No había tenido la oportunidad de preguntarle algo tan personal. Sus pláticas nunca eran tan personales

Se conocen tanto, y a la vez no conocen nada de ellos

-Si- Contesto el rubio recargando suavemente su mentón en el hombro del contrario. Sus ojos cerrados, ya que Sal estaba sin su prótesis, mostraban sus largas y castañas pestañas -Pero para ser sincero, no creo poder salir de aquí jamás..-

Travis estaba consciente de que él no tenía ninguna libertad, ni mucho menos desición. Su padre se lo había dejado claro absolutamente toda su vida. No tenía ningún otro camino, solo morir solo e infeliz en este descolorido pueblo

Sal sintió como el moreno se aferraba cuidadosamente a él. Sentía claramente su respiración rozando con la piel de su sensible cuello. Cosa que no le molestaba en lo absoluto, era algo que solamente a él se lo permitía

Sabía que su situación no era nada fácil. Y amaba que Travis lo considerara como "un lugar seguro". No lo decía con palabras, y mucho menos era necesario. Sus corazones estaba cómodos y estaban aprendiendo lo que era la felicidad

-Algun día me gustaría.. no lo sé, quizás escapara contigo e irnos a un lugar donde nadie nos conozca- Dijo Sal, esas palabras venían directas de su corazón y con un gran miedo. Su voz tembló débilmente a la hora de decirlo y su corazón se aceleró esperando la respuesta

No hubo respuesta, pasaron unos largos segundos y solo se escuchaba el aterrador silencio

-Me encantaría

Fue lo último que se escuchó de la boca del moreno, quién sin abrir sus ojos repartió una serie de húmedos y tiernos besos en su pálido cuello. Besos que intentaban trasmitir todo aquella sensación que esa pregunta le ocasionó. Aquellas mariposas inquietas en su lastimado corazón

-¿Qué haces?- Dijo Sal sintiendo un escalofrío en toda su espina dorsal, lo miro de reojo confirmando que sus ojos estaba cerrados

-Pagaras por hacerme sentir asi- Reclamo el moreno lamiendo está zona tan sensible haciendo que el peliazul soltara un un pequeño jadeo por la poca anticipación de esta curiosa acción

-¿Así como pague por avergonzarte la vez de los macarrones?- Dijo Sal con una sonrisa burlona en sus labios, adoraba verlo tan avergonzado y desesperado. Lo hacía sentir deseado y amado. Pero no de una manera sucia y morbosa como todos los demás con los que había estado. Él lo hacía con tanto cuidado y cariño como si fuera una pequeña muñeca de porcelana. Era increíble

-N-no, degenerado- Apesar de esas palabras. Travis era quien estaba paseando sus manos libremente por debajo de la playera del contrario. Sintiendo su pequeño y delgado abdomen. Su piel suave y delicada

-Pues eres tú el que me esta tocando como fruta de mercado

-Callate

-Callame

Al decir lo último Sal junto sus labios con los de Travis, cubriendo rápidamente los ojos de este por si este los quería llegar a abrir. No desconfiaba de él, solo no quería que lo viera como realmente es. No quería asustarlo

Era un beso dulce, tierno, que demostraba cómo ambos estaban descubriendose el uno al otro

Era una droga total

Sal poco a poco fue acomodandose para poder estar frente a frente con el moreno, quién no dudo en colocar sus tímidas manos en la pequeña cintura de su chico. Extrañaba tanto sus labios

Si exquisito sabor a mora

Pronto el peliazul sintió aquel llamativo bulto en los pantalones del contrario. Era muy fácil de despertar, era comprensible al saber que jamás había besado hasta que Sal llegó a su vida

Sal se separó del beso dando una fuerte mordida al labio inferior de su chico, si, no quería parar. Pero su padre podría salir en cualquier momento de su habitación y sinceramente no quería que viera esa clase de cosas

-Ven, vamos a mi cuarto

...

La luz estaba apagada, lo único que se podía observar era la silueta de aquel chico de la prótesis encima de él, una bella figura, la cual si rostro era totalmente desconocido

Los besos, caricias y roces empezaron a hacerse presentes. Esta vez era Sal quién tenía las riendas de la situación, y vaya que sabía llevarlas

-Te haré sentir en el cielo

Dijo aquel demonio que estaba salvando el alma de ese chico tembloroso, sus ojos azules se reflejaron ante la poca luz que había en el lugar. Sus delgadas manos bajaron aquella prenda que lo intervenía de su objetivo. No dejo de besarlo en ningún momento, explorando cada rincón de su boca, saboreando cada parte con tanta pasión, era una sensación adictiva, le encantaba. Sobre todo por qué es con él

Él chico que hace que sus sentidos enloquescan

Tomo entre su pálida mano aquel miembro erecto, haciendo que su propietario soltará un pesado suspiro de excitación total. Todo y todos habían desaparecido, solo existían ellos dos en ese momento. Solo ellos fundiéndose en su placentero amor

-Me gustas..

Soltó Sal volviendo a juntar sus labios con los del contrario, moviendo su mano suavemente sobre el miembro de su chico, sintiendo cómo este temblaba debajo de él

Algo tan malo, algo tan prohibido y asqueroso para algunos, era lo que los mantenían cuerdos y vivos

-Tú también me gustas Sal Fisher

...

Holaa

Espero que este capítulo les haya gustado, ya lo actualizaré más seguido. Tengo tantos planes para esta historia aaaaaA

Bueno, eso es todo. Bye bye <3