20 de junio.

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Tantos años
ya a tu lado.
Eres el mejor libro
que alguna vez he leído.
El atardecer más bello
que nuestros ojos han visto.
Me gusta escribir contigo...
¡Y también hacer Duolingo!
Todo lo que compartimos
me hace sentir que sí puedo,
que siempre habrá un nuevo
día para sonreír al vernos.
Cuidarnos es más que un hecho,
es vital, es un derecho.
Amamos nuestro destino
porque ha hilado tan fino
como para haber escrito
todo aquello que queremos
y habernos dado tiempo
para vivir de este modo
entre un hogar y otro
con corazones eternos.
Entre nosotras hay unos momentos
de valores, música y entendimiento.
Hablar sin palabras sabemos
pues no hace falta voz
para mirarnos a los ojos
y celebrar otro cumpleaños,
otra vuelta al sol
y trescientos sesenta y cinco
días llenos de amor.
Pero como me lo has pedido
hace ya un mes y pico,
pronto tendrás mi poemario
y te llenará de orgullo.
¡Eso, tenlo por seguro!
Mamá, te amo.
Hoy y siempre, hasta el final del mundo.

Aunque haya penas y enfados,
y aunque yo tenga miedo,
ya llevamos tanto juntas que sé que lo estaremos.
Tú serás un perezoso
(si se cumple lo pedido)
descansando con tus crías mientras yo te cuido.

El futuro es incierto;
no sé quién se irá primero.
Pero sé que nos querremos
y que nos encontraremos.

El presente es perfecto
con abrazos sempiternos
y este poema entre besos
para inaugurar veranos
y ser felices sin miedo.

Estamos conectadas, así como lo estuvimos
pues tú sabes que te amo y que por eso vivimos.

Sé aquello que te gusta, y conozco tu talento.
Se te han dado flores vivas, este ahora es mi regalo.

Brindo por ti, y por tu sentido
(la sensibilidad hace equipo).
La niña de mis ojos,
tú y yo amor infinito,
ese rayo de sol
que al Cielo tanto pido.
Contigo esta torre no es tal, sino un castillo.
Aquí está todo aquello que causa tal emoción.
Gracias por recordarme que ya soy tu perfección.
Sonrío cuando dices que te gusta mi caracolillo
Gracias, porque todo lo mío es tuyo.

Te encanta cuando estoy creando
todos los poemas que te dedico.
Son tremendamente parecidos
porque estar juntas es sencillo.
Hacemos lo que predico;
por eso lo comunico.

Feliz cumpleaños, mamá, alma astur
un verano más somos la misma, Any y Ana.
Que el poema termine con estos versos.
Otra vez es veinte de junio,
y ya casi es el solsticio.
Celebro tu nacimiento.
Tú creaste todo esto.
Y déjame decírtelo:
Tu amor es mejor que los tulipanes amarillos...
esos que compraste en el Carrefour.

Poemas para los poetas sin poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora