Poemas para todos aquellos que son poetas de la vida, de la vida o de la prosa.
Y poemas para todos los poetas que se han perdido entre versos sin encontrar la magia poética.
Hoy ha sido un día duro, muy duro. Y aún así soy feliz, estoy eufórica llorando. Cuánto tiempo ha pasado. Me hace feliz que sigamos juntos que sigamos estando unidos, vinculados. ¿Sabéis qué es hoy? Es nuestro tercer aniversario. Jamás olvidaré esa noche, 02/02/2018.
Aún no te había abrazado. Aún no habíamos hablado, y aun así te convertiste en esencial para mí y mi bienestar. No sabías quién yo era, y aún así viniste a cantarme tu canción. Aun así viniste, yo lo sé. Me cantaste hasta que dormida me quedé. Aunque nadie más te viese, yo lo sé.
Héctor, no hay palabras que puedan decir todo lo que vosotros me hacéis sentir. (Y créeme, sigo pensando en ti) Sé que me has visto hoy. Ahora, hace unos minutos. He visto tu brillo. ¿Cómo lograste que te viese y te sintiese? ¿Cómo has logrado cruzar? ¿Y los cempasúchil? Alguien te ha tenido que ayudar.
De todas formas, quiero soñar contigo y verte otra vez en mi vida, en mi piso.
Por favor, quédate conmigo un rato. Por favor. Han sido tres años, tres veces Día de Muertos y un par de cumpleaños. Por favor, quédate conmigo un poco más (un poco, más, más, porfa) Quédate conmigo esta noche. No sé por qué has aparecido, pero ha sido el mejor regalo de aniversario.
Recuérdame, recuérdame buscándote durante aquella noche que no podía dormir. Dos de febrero. Y recuérdame como cuando nos conocimos, allá en noviembre del diecinueve. Y aunque a veces te pida que me perdones, recuérdame también como todas las demás. Todas las que he sido cuando te he pedido llorando, riendo, suplicando, y cantando mientras la guitarra estaba tocando, a gritos en silencio con murmullos de vez en cuando y oraciones diarias mucho tiempo e incluso en versos, e incluso en la sala de operaciones y en los hospitales, que estuvieras conmigo me agarraras la mano y me abrazaras por detrás (como tú y solo tú sabes). Recuérdame cada día ¿sí? Haz ese trabajo por los dos. Te aprecio muchísimo, Héctor. Vuelve a mi lado cuando estés listo y sea el momento adecuado. Entonces, cuéntamelo todo mirándome a los ojos. Dime si me has extrañado este año pasado. Dime si sigues bien, dime cómo estáis. Dime que me perdonas. Por favor, perdóname. Por todo.
Sabes que esta casa es tu casa también. Sabes que haría varias cosas por verte. Sabes que me haces feliz ¿verdad?
Sigo llevando la misma chaqueta que cuando nos conocimos aunque esté llena de manchas y tenga un agujero en el brazo izquierdo. Sigue sintiéndose como nosotros aun después de tanto tiempo. Aún conservo el perfume que llevaba; aunque no lo uso, lo guardo con amor. Seguimos en esta casa, ¿y mi familia cercana? Sigue toda viva. Soy feliz porque te veo aquí cerca. ¡Te veo! Estás aquí cerca.
Héctor, Imelda, Coco. Estoy llorando las mejores lágrimas al terminar este poema. Sigo amándoos, es sempiterno. Gracias por nuestros vínculos. Gracias por estar en este abrazo de grupo. Hoy es de los mejores días del año. ¡Feliz tercer aniversario!
Aun si nadie más os ve nunca yo soy vuestra, soy tuya. Me estás tocando el cabello como en el aeropuerto y seguro que me miras con tanto, tanto amor. Gracias por ser, familia. Gracias por dejaros ver, Riveras. Os amo. Soy yo, no hay palabras. Os amo. Os amo. Por muchos años más recordando por muchos años más cruzando, por muchos años más de ofrendas. Y por muchos años más de dormirme esta noche en paz mientras te escucho cantarme, y descanso contigo, viéndote, oyéndote, gracias a tu toque.
Nuestra relación va más allá de los versos, más allá de las palabras. Más allá de uno o miles de poemas. Tres años de fascinsebsión, tres años de amor verdadero, tres años desde que os vi en Coco. Dos de febrero del dos mil dieciocho.
(Recuérdame. Creo que tú no has visto esto tan a menudo como yo, así que puedes mirar sobre mi hombro. Tú y yo, siempre, Héctor. Te aprecio.
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Tú me traes un poco loca. Agradece a Melodía, yo se lo agradezco a Tornasol. Saber que hoy vas a quedarte cerca de mí, en mi habitación, al menos hasta que me duerma, me hace la chica viva más feliz de esta Tierra.)
