Capítulo 27

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La situación en Camelot era inospita.Las polvorientas calles no dejaban lugar a dudas de que se había llevado a cabo una batalla campal.Mirases a donde mirases había cadáveres,armaduras,armas, desperfectos...pruebas y testigos de la fuerza a la que los héroes se enfrentaban.Los ciudadanos sobrevivientes se habían desplazado a otras partes del reino como refugiados de guerra. A las afueras de la ciudad un establecimiento militar de fuerzas de todos los lugares se habían aglomerado allí como si eso le favoreciera en la tarea de mantenerse a salvo.Entre las verdes praderas que rodean a la amurallada ciudad descansa la madre de Hawk y nuestro bar también,a los soldados le vendrá bien algo de diversión.Ban y yo no hemos hablado mucho, nos buscamos en la noche y ya.

<<Es triste...>>

Ahora mismo está delante mía fregando unos vasos,estamos relativamente solos,el resto está en sus quehaceresasi que decidí terminar la situación.Le toqué un hombro y se giró con la cara de póker que ha mantenido estos últimos día.

<<Ya no me mira como antes>>

Me pongo de puntillas y le doy un beso,al principio no reacciona pero acaba correspondiendolo.Mientras nos besamos intentó meter la mano por debajo de mi falda.Le pegué en respuesta y me separé.

–No lo reduzcas todo al sexo–Dije mientras me acomodaba la ropa.El se encoge de hombros y vuelve a lavar los vasos.–¿Que cojones te pasa?–Pregunté notando como me sube la temperatura corporal.El suspira y frunce el ceño.

–¿Me lo preguntas ahora?–Se nota enfado en su tono,es una pregunta retórica.–Llevo dos días en lo que para la único que te hablo es para follar.–Añade y me mira furioso con esos bonitos ojos rubí–¡Quería saber si solo me estabas usando!–Se le rompe el vaso que estaba secando y tira el trapo al suelo–¿¡Sabes cuántas veces me has buscado,me has llamado para charlar o simplemente has querido estar junto a mi?!–Hay agua en sus ojos.La verdad es que acabo de darme cuenta de que yo no he hecho nada de lo que ha dicho y es un verdadero fallo por mi parte,estaba tan preocupada de que él no me buscara que olvidé que yo también podía hacerlo.–¡Ninguna!¡No me has buscado ni una puta vez!

–Yo...–No era capaz de decir nada,Ban estaba llorando delante mío.Intente abrazarlo y él me apartó.

–¡Diez días llevamos aquí!¡No has venido a hablarme ni uno!¡Solo querías algo que meterte entre las piernas !¿¡Verdad?!–Oí pasos en el piso suspirior.El peliblanco se limpia las lágrimas.Me acerqué y volví a besarlo, sabía salado y estaba aguado pero no me importó,la saliva se juntó con sus lágrimas.Cuando nos separamos le di un beso en la mejilla y le cogí la mano para guiarlo escaleras arriba hacia mi habitación.En la puerta me giré para mirarle y le toqué la cara con la mano en señal de cariño,el me miró aún con los ojos llorosos,no se fiaba de mi.Le di un pico antes de cruzar el umbral de la puerta para que se sintiera seguro.Cerró la puerta tras de el recargandose en la madera con la espalda, suspiró y se llevó una mano a la cara.Me acerqué y le abracé enterrando la cara en su pecho,al principio estaba rígido pero luego me envolvió con sus brazos.No sé si se sobresaltó porque pensó que solo quería echar un polvo o porque era nuevo esto.Desde luego yo si estaba sorprendida pero esque mis acciones no respondían a algo que yo pensará. El se sentía mal y yo quería arreglarlo. Me había salido de lo más profundo

–Lo siento...–Susurré aún escondida en su pecho, el me acariciba el pelo con la mano e hipó por los sollozos.Levanté la mirada–Debí haberte dicho algo...pero como tú tampoco viniste pensé que no querías hablar.–El me miró mientras sonreía gentilmente.–No es excusa...–Concluí.

–Ha sido un malentendido, yo... también debería haberte dicho algo.–Añadió y me apretó aún más contra el.Apoyó su barbilla en mi cabeza mientras miraba a un punto fijo de la habitación.–Me estoy obsesionando con que esto salga bien y es precisamente eso lo que se lo está cargando.

–Ban...–Quise decir que yo también pero me cortó.

–No quiero que me digas nada–Se separó de mi y se sentó en la cama.Yo crucé los brazos y me apoye donde estaba el para mirarlo fijamente.– Mañana salimos al centro de la ciudad... mañana– Me miró–puede que sea la última vez que te vea...

Yo me encogí,no había contemplado esa posibilidad, que a las puertas de tener algo bonito me lo arranquen.

–Queda en casa–Respondi rápidamente,el me miró divertido.Me acerqué a donde estaba y se abrazó a mis muslos apoyando la cabeza en ellos.

–Blu...no puedo hacer eso.–Dijo mirándome y aprentadome la mano.Suspiré mirando hacia el techo,me empezaba a picar la nariz.

–Bueno eres inmortal,no es como que te vayas a morir.–Ni yo me creía eso,no después de la última batalla.

–Esta gente...–No quería escuchar más,cada vez que decía algo crecían más la posibilidad de no volver a verle y en casa no quería quedarse.Comenecé a desesperarme.Le agarré del pelo e hice que me mirara,estaba llorando.

–Vas a casarte conmigo–Espeté, ya no sabía qué hacer para que siguiera a mi lado, el comenzó a reírse.–Esta última semana que hemos estado juntos, tú no estabas, quiero que vuelva el tío con el que me fuí de viaje.Vamos a casarnos.

–¿Así me lo propones?–Dijo y me frotó la piernas, me comenzó a hacer gracia su actitud.

–En una proposición hay chance a que la rechaces–Edtaba sentada en su regazo.–Esto es una imposición.–El se rió.

–Esta bien...Acepto tu proposición impuesta–Dijo burlón.–¿Cuando?

–¿Que hora es?–El levantó una ceja desconcertado, buscó por la habitación y concluyó.

–Las 5–Fuera llovía a mares.

–Ahora mismo.–Le miré buscando una negativa.–Vamos afuera–dije lentamente saboreando cada letra.Ya me imaginaba una vida en donde llegaba a casa y el me cocinaba.– buscamos un capitán o algo así y que nos case.

–Blu, cuando volvamos de esto, podemos hacerlo bien.–Dijo cogiéndome de los hombros.–Un vestido bonito, un banquete...

–No quiero promesas incumplidas–Me refería a mañana.

–Te prometo que volveré–Me había agarrado las manos.

–¿No tienes miedo de que yo no vuelva?–Dije enseñándole el antebrazo con el brazalete.

–Tu claro que volverás y yo nunca he roto una promesa...

–Es una manera de asegurarme que vuelvas.–Confirmé.

–Creo que es lo más bonito que me has dicho–Dijo riéndose.Le tumbé rápidamente en la cama.

–¿Hacemos un hijo?–Me mordí un labio por la emoción.El peliblanco se había sonrojado y se aventuró a besarme.Mientras nos devestiamos alguien tocó en la puertay nosotros no quedamos quietos para hacerles creer que no estábamos, muy estúpido por nuestra parte.Escanor tiró la puerta abajo y yo estaba viestiendome los calzones de Ban.Nada más examinar la escena se llevó una mano a la boca y giró sobre si mismo para mirar a algún punto pedido en el pasillo.

–Merlín te quiere en su despacho.–Dijo aún sin mirarme, Ban se había metido en la cama y yo me puse su chaqueta que me quedaba lo suficientemente grande como para que no me encarcelaran por exibicionismo.Cuando salí Escanor miró hacía Ban y negó con la cabeza, el peliblanco sonrió triunfal y se estiró en la cama poniendo las manos detrás de la cabeza.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2022 ⏰

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Un Dragón Entre Los Pecados Capitales . (Ban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora