Un Dragón Entre Los Pecados Capitales . (Ban)

Cap 21

—Me parece increíble.—espetó, rompiendo el silencio que había.

—¿El que? —Ella le miró expectante, estaba cansada, y sin ganas de seguirle el juego a Ban.

—Eh... —pensó de nuevo en lo qe iba a decir—¡Que eres medio lagarto! —Ella se rió mostrando sus dientes, el peliblanco notaba que cada vez que hacía esto se le marcaban un oyuelos en el mentón.

—Cosas del Clan Dragón —Se tocó el abdomen y la sien derecha, apenas le quedaba cıcatriz, el de ojos rubí se moría por preguntar.

—¿Y esta?—acarició el corte de la oji-blanca. Ella agarró su mano, Ban noto calor, se soltó de su agarre.

—Esa, fue muy grave, y no pude hacer más. —Dijo con tristeza,un pinchazo de culpabilidad le vino al peliblanco. —Era o vivir fea o morir guapa, creo que elegí bien.—Blu tenía la vista perdida en el camino que debía de seguir, nunca la había visto así Ban, pero la curiosidad podía matarle. Aún así preguntó de nuevo.

—¿Como...—Captó de nuevo su atención, ahora era el él que miraba para el camino— ... cómo te la hiciste? —fue rápido y al momento se arrepintió de  preguntar. La culpa trepaba desde la parte trasera de la cintura hasta su cuello y sien.La peliblanca se rió aliviando el agobio del peliblanco, expiró todo el aire que tenía en sus pulmones y por fin pudo mirarle de nuevo.

—Fue... hace demasiado tiempo la verdad—Blu sonreía recordando su niñez,era agradable compartir estos momentos con el, Ban, el único que la comprendía,que le hacía sentir ese calor a su lado... —Era una cría...

—Ban suspiró—Te he estado hechando la chapa todo el camino sobre la cerveza—Miró a Blu—va siendo hora de que partícipes. —Pasó su blanquecino hombro, enfundado en la chaqueta roja, acercando el cuerpo de la peliblanca al suyo. —Me lo puedes contar todo ¿vale? Que no se te olvide. —Sonriente, con los ojos cerrados,la de tez oscura asintió.

—A mi no me pareció que me estabas echando ninguna chapa. —Paulatinamente se fueron separando hasta volver a su distanciamiento original.El alto sacudió la cabeza, con ella, unos cuantos mechones lo hicieron a la par. —No es una chapa de verdad, ahgg—El zorro pretendía en todo lo posible no frustrarse con esas cosas. —De todos modos, ese no es el punto,es tu pasado ... —A medias lo comprendió,eso le había dejado de causar interés, más tarde le volvería a preguntar, lo que la acongojaba era el mero hecho de que Ban quisiera saber tanto de ella.

—Ban, es un tema complicado—El abrió los ojos de par en par, no se esperaba esa respuesta, no quería esa respuesta. Veía que había arriesgado mucho para nada.

—Muy bien. —Sonó frío y seco, con más decepción que enfado, dió fin a la conversación. La de ojos claros fue mirando las piedras del camino, todo lo que este duró. De vez en cuando le lanzaba miradas furtivas a Ban, pero el seguía con ese rostro impasible. No volvieron a hablar en todo el trayecto hasta que llegaron a un cochambroso hotel, situado en una zona urbana, el dinero no primaba en los bolsillos de ambos. El peliblanco reservó una habitación, ella miraba la madera de la mohosa recepción. Había unos sillones de un rojo intenso y llenos de polvo, se dejó caer en uno de ellos, el cojín cedió ante el peso. El peliblanco comenzó a marchar, Blu intentó repetidamente levantarse, el desapareció por el pasillo. Como pudo salió de esa reconfortante trampa y corrió persiguiendole. Llegó a un pasillo y una de las puertas se cerró violentamente, se guió por ella. Intentó abrirla pero no fué capaz, tampoco quería romperla.

—¡Ban! —golpeó en la puerta. —¡Abre! —Está se abrió y el de ojos rubí, con su cara de pocos amigos, desafío con la mirada a la chiquilla.Luego suspiró,movió la cabeza invitándola a pasar adentro. Dos camas iguales, separadas por una mesita de noche, se alegró de eso, no necesitaba tenerle de nuevo tan cerca, debía aclararse y que la tensión disminuyese.

—Me voy a cambiar —El peliblanco desapareció metiéndose en el baño, dándole a entender que ella hiciera los mismo. No hablaron, todo seguía tan frío como el hielo