Teenage moms • (AU SUPERCORP) Kara G!P [EDITANDO]

SEGUNDA PARTE: Capítulo 12

Alan se encontraba con la vista puesta en el papel y el lápiz que estaban frente a Kara, esta leía atentamente y asentía cada vez que podía.

—Interesante, creo que te vas a entretener—Sonrió tomando el lápiz para poder firmar.

—¡Kara!.

Alex entró en la oficina con una sonrisa de oreja a oreja, en su mano tenía lo que parecía ser un sobre.

—¿Qué vientos te traen por aquí?.

—Vas a ser tía, rubia tonta—Soltó abriendo el sobre de papel y pasándole la ecografía—Lo puedes creer? Porque yo no.

—¡Felicitaciones!—Se puso de pie y le dio un fuerte abrazo—Los Danvers vamos a ser más.

—Deberíamos inscribirnos en los récords Ginness, somos un montón.

—Concuerdo contigo.

—Mamá...—Interrumpió Alan, señalando la hoja—No te olvides, por favor.

—Es verdad, la firmo de inmediato.

—¿Firmar qué?—Alex se adelantó y tomó asiento en el puesto de Kara para leer lo que tenía su hermana sobre el escritorio—¿Van a ir de excursión a las afueras de National City?.

—Sí tía.

—Yo no lo dejaría ir—Miró a su hermana con seriedad—Hay rumores de que hay un asesino suelto en las afueras de la ciudad.

—Tiene que ser una broma—Se cubrió la boca con preocupación, seguido de esto miró al chico y negó con la cabeza—Lo siento Alan, pero no vas ni aunque sea broma.

—Pero mamá...

—Pero nada, no quiero que te pase algo, es mejor prevenir que lamentar.

—Está bien... amm, yo creo que me voy a casa, tengo mucha tarea.

—Claro, ve con cuidado.

Las hermanas Danvers vieron salir al joven y una vez que lo perdieron de vista siguieron celebrando al futuro hijo de Alex.

Alan estuvo más de veinte minutos esperando a Lucy, esta había ido a resolver algunos asuntos en su antiguo trabajo y una vez que terminó se fue a toda velocidad hasta el lugar donde habían quedado de verse con su hijo.

—¿Pudiste conseguir la firma de Kara?— Preguntó Lucy apenas se sentó junto al chico.

—No. Se complicó todo, llegó la tía Alex y no dejó que mi madre firmara la hoja.

—Por Dios, Alan— Regañó a punto de liberar su furia—Solo tenías que hacer UNA cosa y sabías perfectamente lo que era. Solo era una maldita firma y aún así fracasas.

—Lo siento mamá.

Los siguientes minutos estuvo con la cabeza agachada escuchando las hirientes palabras de la mujer que lo había traído al mundo, a quien en ese momento comprendió que ni siquiera le interesaba su bienestar.

(..)

Los amigos de Helena llevaban casi una hora intentando contactarla, pero no había señal alguna de la chica. No contestaba las llamadas, los mensajes no le llegaban y por supuesto, no estaba en la casa.

Helena por su parte estaba tirada en la hamaca que había en casa de sus abuelos, acompañada del viejo Krypto y un cigarrillo. Le encantaba esa casa en Midvale porque estaba alejada del ruido de la ciudad y le transmitía paz. Esa era definitivamente la mejor inversión que habían hecho los Danvers, aunque también le gustaba la casa donde había estado los primeros meses de vida, la que había quedado en manos de su tía Alex.