—Vamos Lena, ya es hora—Decía Lillian dándole un empujoncito para animarla.
—¿Y si no logro hacer amigos, mami? Todos los niños dicen que soy rara y tengo miedo de que mis compañeros nuevos también piensen eso de mi—Se abrazó a la pierna de su madre, definitivamente no quería entrar al salón.
—Este es un nuevo colegio, cariño. Estoy segura de que más de alguien se acercará a ti para jugar y serán grandes amigos—Le aseguró regalándole una sonrisa tranquilizadora—Y si no es el caso, no importa. Tienes ocho años, Lena, aún tiempo para que hagas amigos.
La pequeña la miró y Lillian le dedicó una mirada para tranquilizarla. Eso funcionó.
—Está bien—Lentamente soltó la pierna de Lillian— Nos vemos, mami. Ten un buen día en el trabajo, prometo portarme bien para que no te tengan que llamar—La pequeña le dedicó una sonrisa y se adentró en su sala de clases.
Con la mirada buscó algún lugar para dejar sus cosas y ponerse cómoda, sin embargo no lograba encontrar nada, puesto que los niños corrían como unos desquiciados y se empujaban entre ellos.
—Miren lo que tenemos aquí—Un niño de cabello castaño y muy bien arreglado se acerco a ella—Eres la nueva, ¿verdad?—Preguntó divertido.
Lena asintió llena de miedo. Nunca le había gustado hablar con otros niños, los nervios se apoderaban de ella y comenzaba a tartamudear.
—¡Oigan! Aquí tenemos una nueva niña para molestar—Informó a un grupito que había en el otro extremo del salón.
Vio como estos se acercaban hasta ella y comenzó a retroceder llena de miedo, por su cabeza se cruzó la idea de que le harían daño.
—No... por favor no me hagan nada, yo solo quiero hacer amigos—Se cubrió el rostro y se pegó a la pared, esperando que desaparecieran como lo hacían en sus pesadillas.
Estaba al borde de derramar lágrimas, puesto que llegó el recuerdo de como la habían golpeado en su anterior colegio, temía que ese sucediera lo mismo y no pudiera defenderse.
—¡Ay! La nenita de mamá va a llorar—Siguió burlándose.
—Ya déjala en paz, imbécil—Escuchó decir y retiró sus manos para poder ver.
Seguido de esto, el niño que quería lastimarla recibió un agresivo empujón y cayó al piso como costal de papas.
—¡Aléjate de ella, o mi hermana y yo te daremos una lección!
Lena con gran timidez buscó a la persona que la había salvado, una sorpresa fue la que se llevó al encontrarse con una niña de hermosos ojos azules, unos ojos que le transmitían seguridad a pesar de que los tuviera llorosos.
—Vamos, ven conmigo—Aquella niña le estaba ofreciendo su mano para guiarla quién sabe donde.
Dudó unos segundos, pero finalmente aceptó la invitación al recordar que la había salvado. La pequeña ojiazul la guio de la mano hasta las ultimas filas y con una hermosa sonrisa pidió permiso a Lena para quitarle la mochila de la espalda, cosa a la que la ojiverde cedió de inmediato.
—Soy Kara Danvers—Se presentó mientras dejaba la mochila sobre la mesa.
En ese momento Lena se percató de que la niña llevaba el uniforme desordenado, el cabello revuelto y sudaba un poco. En su polera se notaba perfectamente una mancha de tierra en forma de balón, el que supuso que había sido el causante de sus ojos llorosos. Kara se veía ruda y tierna a la vez, pero un poco rara. En cambio ella iba muy arreglada, perfumada y sin ningún rastro de suciedad.
—Yo... Yo...—Lena se regañaba internamente a si misma por no poder hablar bien.
—Oye, tranquila—La ojiazul puso una de sus manos en el hombro de su acompañante—Cuando estés más calmada me dirás el tuyo, no hay apuro—Dijo mientras la ayudaba a sentarse.
Kara con gran agilidad se puso el suéter correspondiente al uniforme y corrió hasta la puerta donde se encontraba otra niña unos cuantos años más grande que ellas. Una vez que Kara le arrebató su mochila de las manos volvió hasta el puesto de Lena y se sentó junto a ella.
—Ella era mi hermana Alex, siempre me trae la mochila porque la dejo tirada en las gradas—Sonrió nerviosa—Dice que soy un poco distraída, aunque ocupa otras palabras.
La pequeña ojiverde soltó una risita.
—Soy Lena Luthor—Soltó de pronto.
Aquello tomó por sorpresa a la pequeña Danvers
—¿Eres hermana de Lex? ¿El que iba en este colegio y lo echaron por explotar el laboratorio de los mayores?
—Sí.
—Wow... por cierto, tu nombre es muy lindo, me gusta—Esbozó una sonrisa—Bueno Lena, desde hoy en adelante seré yo quien se encargue de protegerte del estúpido de Mike.
—¿Lo dices en serio?— Preguntó con entusiasmo.
—¡Por supuesto! Ya verás que será tal cual como lo hace mi hermana conmigo.
—Gracias.
Lena por primera vez en su corta vida sentía aquella sensación tan reconfortante. "Tal vez así se siente tener una amiga", se dijo mentalmente.
—¿Quieres una golosina? Alex y yo se las robamos a mamá—Abrió su mochila y dejó ver una enorme cantidad de dulces—¿Tú crees que se vaya a dar cuenta?
—No, no lo creo—Mintió intentando ocultar una sonrisa.
—Bien, entonces elige una y ayúdame a gritar antes de que llegue la profesora.
—¿A gritar?— Preguntó tomando una galleta de vainilla, cosa que le encantaba.
Kara asintió.
—¿Cómo?
—Así, mira—Se subió a la silla, puso sus manos alrededor de su boca y tomó aire— ¡TENGO DULCES! ¡APROVECHEN LA OFERTA! ¡A UN DÓLAR CADA UNO!
Seguido de esto, extendió su mano a Lena para ayudarla a subir a su silla.
—Vamos, Lenita. Necesito comprarme ese balón que vi en la tienda.
La ojiverde se lo pensó un segundo, probablemente la iban a regañar, pero si quería ser amiga de esa amable niña tenía que correr el riesgo. Rápidamente se subió a la silla y tomada de la mano de Kara hizo lo mismo.
—¡DULCES A UN DÓLAR!—Gritaban ambas sin soltar sus manos.
Lena en su interior sabía perfectamente que su estadía en ese colegio iba a ser toda una aventura.
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Teenage moms • (AU SUPERCORP) Kara G!P [EDITANDO]
FanfictionUn pequeño descuido puede cambiar tu vida por completo sin importar la edad que tengas, ya sabes, si no tomas las precauciones correspondientes luego debes afrontar las consecuencias...al menos en este caso fue lo que hicieron Kara Danvers y Lena Lu...