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Había salido con mi hermano a hacer algunas compras, luego tengo recuerdos borrosos de mi hermano siendo golpeado por unos hombres con una vestimenta muy elegante, a mi me dieron un tipo de droga y nos subieron a un auto... Desperté en un lugar con una gran resaca, no recordaba nada de lo que había pasado, trataba de recordar lo que había pasado cuando una risa me saco de mis pensamientos.

—Jaja. ¡El juicio de Bonten caerá sobre los traidores! — Dijo un chico de cabellos rosas disparándole a otro chico que me parecía raramente conocido pero... No lograba recordarlo...

— ¡Hermano! — Dije sobresaltada recordándolo.

— ¿Que te parece mocosa? Tu hermano ha sido asesinado por la mafia más poderosa de todo Japón... Jaja maldito traicionero... — Dijo aquel chico que mi hermano me había presentado hace un tiempo... Si no mal recuerdo su nombre era ¡Ran Haitani!

— ¡Ran! Dime qué esto es mentira, mi hermano nunca estuvo en estos negocios sucios para ser asesinado... — Dije rogándole a Ran. Su hermano Rindou me miraba con lástima.

— Oye niña, tu hermano era nuestro supuesto "aliado" termino siendo un maldito traidor... — Dijo Rin en un tono tranquilo.

— ¡No! Eso no es verdad... — Dije mirando a Rin — ¿Por qué estoy aquí? — Le dirigí la palabra a mi gran amigo de la infancia Manjiro Sano.

— Pues tu hermano al enterarse de que yo era dueño de Bonten me contacto, bueno, más bien a mi secretaria, me dijo que si lo podía contratar en este negocio, necesitaba ganar dinero urgentemente para pagar tu universidad y los gastos para los tratamientos de tu madre, lo comprendí rápidamente y lo puse en un mando alto de Bonten, empezó a ganar dinero rápidamente, pero, creyó que podría aprovecharse de la confianza que nos tenemos, me enteré gracias a mis empleados que quería entregarnos a la policía... Entonces mandé a algunos de mis empleados a traerlo y pues Haruchiyo lo asesino... — Dijo Manjiro en un tono frío... Me sorprendió mucho saber eso, nunca pensé eso de mi hermano.

— ¡Eso les pasa a los que traicionan a Bonten! — Dijo que por lo que entendí, podía llamarlo Haruchiyo.

— Pero tranquila, tu y tu madre estarán al cuidado de la Bonten. — Volvió a hablar Manjiro mostrándome una pequeña sonrisa en labios.

— Bien Sano, muchas gracias... ¿Puedo irme? — Dije tratando de retener algunas lágrimas.

Manjiro asintió y le dijo a un tal Kakucho que me llevara a mi domicilio.
Kakucho me subió a un automóvil de color negro con los vidrios de las ventanas polarizadas. Me mantuve callada por todo el camino, el tampoco trato de entablar una conversación conmigo.

Cuando llegamos a mi domicilio me dijo que pasaría mañana temprano por mí le contesté que estaba bien y se marchó en el mismo automóvil.

Pequeña • Bonten •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora