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Cuando llegue a mi domicilio mi madre me miró preocupada.

— ¡Hija!, ¿Estás bien?, ¿Y tú hermano?, ¿En donde te metiste?... — Me dijo mirándome a los ojos y revisando para confirmar que estaba bien.

Baje la cabeza y solté algunas lágrimas.

— M-Mi hermano... F-Fue asesinado... — Dije sollozando.

Mi madre me miró, para después sentarse en el sofá y comenzar a llorar desesperadamente.

— No puedo ser... — Dijo mi madre con dificultad para unos minutos después respirar pesadamente.

— ¡M-madre! — Me acerque a ella y la tomé en mis brazos.

Ella me dio una sonrisa entre lágrimas para que seguidamente de eso empezará a cerrar los ojos lentamente.

Tomé mi teléfono y llame a Manjiro diciendo que necesitaba ayuda, me dijo que mandaría a Ran y Rindou a mi domicilio para que me ayudarán. Después de unos cuantos minutos los chicos llegaron a mi domicilio, entraron a la casa y me miraron, Ran tomo en sus fuertes brazos a mi madre y la llevo a un hospital mientras Rindou me ayudaba a subir a el automóvil, me subí en los asientos traseros mientras Ran se sentó en el asiento del piloto y Rindou en el de el copiloto.

¿Que sucedió? — Dijo Rindou.

— Le dije que mi hermano había fallecido y luego, mi madre empezó a respirar pesadamente — Dije mirando hacia el suelo del automóvil.

— ¿Que le dijiste que? — Me miró Rindou.

— No les dije que... Ya saben... Ustedes lo asesinaron — Dije esta vez levantando la mirado viendo a Rindou.

— Llegamos — Dijo Ran deteniéndose en el hospital con mejor reputación de todo Tokyo.

Ran tomo a mi madre entre sus brazos y la llevo a urgencias. Los doctores la llevaron a una habitación y yo me quedé en la sala de espera con Ran y Rindou.

— Tranquila... Todo estará bien — Esa frase dicha con la voz de mi hermano se repetía en mi mente.

Un doctor salió de la habitación llamando a los hermanos.

Pequeña • Bonten •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora