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Después de un tiempo, llegaste a el edificio de Bonten, un empleado te dijo que si podrías ir con Manjiro por un rato para arreglar algunos asuntos, dijiste que si y te fuiste a la oficina más grande de todo el lugar, llegaste y se sentía un aura fría... Te dió un poco de miedo, pero, al final entraste.

— ¿Sano? — Dijiste con nerviosismo.

— ¿Si? — Dijo el con Toni frío.

— ¿Que pasa?, ¿para que me necesitas? — Dijiste.

— Mm... Bueno, te llamé aquí para ofrecerte trabajar para la mafia más poderosa de todo Japón, en pocas palabras... Seiren, ¿quieres unirte a Bonten? — Sano lo dijo.

Sentiste como una corriente eléctrica iba pasando por tu columna vertebral, no sabías que responder... Algo te decía que lo hicieras, pero tenías miedo.

— ¿U-unirme a B-Bonten? — Hablo Seiren.

— Si. — Manjiro dijo.

— … ¿M-me dejarías pensarlo?

— Si — Hablo Manjiro.

— Gracias. — Dijiste, para después salir rápidamente de la habitación.

Lo pensaste por un buen rato, no sabías que decirle a Manjiro, Kakucho entro a tu habitación, preguntando si querías salir a comer, rechazaste su propuesta y seguiste pensando que responder... Varias preguntas corrían por tu cabeza, pero una en especial era la que te repetias... "¿En qué le afectará esto a mi vida diaria?"... Después de pensarlo por todo el día, llegó la noche, sabías que tenías que darle una repuesta a Manjiro... Lo decidiste de una vez por todas, fuiste a su la oficina pero no lo encontraste pensaste que se había ido, así que para relajarte decidiste salir pasear por el parque más cercano.

Cuando llegaste a este viste a una persona que se te hacía conocida, estaba murmullando cosas, te acercaste un poco más y reconociste al instante quién, era, el era...

Pequeña • Bonten •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora