Con la tierra medio embarrada y el olor a humedad en el ambiente, los dos amigos se reencuentran para llevar a cabo su reunión diaria.
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Volví a soñar por la noche, estaba en el mismo espacio oscuro de siempre, pero algo era distinto: el demonio no estaba.
Desperté escuchando unos murmullos con origen al otro lado de la puerta de mi celda. Me acerqué para intentar ver entre los barrotes y pude apreciar a Leo hablando con la Sra. Brown, que iba acompañada de Tom.
Me emocioné al ver a mi familia allí, pero no me atreví a interrumpir su conversación. Al rato de hablar entre ellos, Leo se puso delante de mi puerta y sacó las llaves, me miró de forma que parecía estar feliz por mí y abrió la puerta.
Me separé de la entrada para dejar paso al trabajador y a sus acompañantes. Después de una rápida mirada confusa a Leo, vi aliviada a la Sra. Brown y luego hice contacto visual con Tom. Volví a mirar a Leo, inquieta, y él asintió dándome permiso para abrazar a mi hermano.
Corrí con los brazos abiertos hasta Tom y nos achuchamos.
--¡Lo siento mucho! --sollocé.
Él me dió palmadas en la espalda, consolándome.
--No pasa nada, todo está bien --me tranquilizaba.
--No era mi intención, yo no quería --hundí mi cara en su hombro y lo abracé con más ganas, sentía que él era el único con el que podía hablar, el único que me entendía.
--Ya está... Ya pasó... --siseaba para calmarme, como si fuera una niña pequeña.
Al rato, cuando se me empezaba a pasar el disgusto, noté una mano en mi hombro. Alcé la cabeza, era la Sra. Brown, que me sonreía emanando apoyo y aprobación.
Me separé de mi hermano y me sequé las lágrimas.
--¿Qué es esto? --busqué respestas para esa situación mientras alternaba mi vista entre Leo y mi madre.
--Han pagado tu fianza --respondió el hombre trajeado.
Bruscamente me giré hacia la señora.
--¿¡Habéis pagado por mí!? --me pesaba el pensar que una semana después de mi llegada, mi nueva familia ya tuviera que pagar por mis actos, literalmente.
--Es una broma, no hemos pagado nada. Te han liberado --sonrió mi madre.
Entonces miré a Leo, en busca de una aclaración.
--Después de hablar con mis superiores durante un largo rato, conseguí convencerlos de que no debías estar entre rejas --explicó él.
--¡Muchas gracias! --salté de felicidad.
Aclaramos algunas cosas más antes de salir de mi querido cuarto acolchado y considerarme una persona libre de nuevo. Una vez fuera, miré a las celdas de mis compañeros.
--Te dije que saldrías pronto --recordó Laurence.
--Lo has hecho bien --me felicitó Charlie.
--Gracias, chicos --les respondí.
--¿Son amigos tuyos? --preguntó Tom algo confundido.
--Sí, me han ayudado a adaptarme a este sitio --entonces recordé el tiempo que pasé con ellos, me entristecí y miré a Leo.
--¿Qué? --preguntó el trabajador al ver mi cara de pena.
--¿No podríamos... sacarlos a ellos también? --puse la típica cara de corderito para intentar dar pena.
--Son ladrones, Victoria --respondió él.
--Pero no llegaron a robar nada, ¿cierto? --intenté desmontar su excusa.
--Porque se les capturó en el acto --refutó.
--¿Y cómo sabéis que no estaban admirando el objeto de una forma diferente y peculiar? --volví a contestarle.
Leo, que no sabía qué responder para convencerme, miró a la Sra. Brown en busca de socorro.
--Si fueran liberados --empezó a explicarme ella --no tendrían nada, ¿qué crees que harían? --siempre he pensado que la respuesta que ella esperaba era "robar", pero yo pensé en otra cosa.
--Pedir ayuda --respondí y miré a mis amigos --¿Pediréis ayuda? --.
--Por supuesto --dijo Charlie.
--Hemos aprendido nuestra lección --argumentó Laurence.
Miré a la Sra. Brown con una enorme sonrisa que reflejaba mi orgullo y satisfacción.
Mi madre miró a Leo de tal forma que se veía que estaba convencida, y puede que hasta un poco orgullosa de mi respuesta. Leo suspiró.
--Está bien, veré qué puedo hacer --respondió en un tono algo cargado.
--¡Genial! --di un salto triunfal.
--Pero no se pueden quedar con nosotros --dijo Tom.
--Ostras- Es verdad --me quedé pensativa un instante --¡Nik! ¿Su familia no tiene una gran casa llena de seres? Tal vez no les importe que haya alguno más --.
--Bueno, eso habría que consultárselo... --susurró el joven.
--Pues se lo preguntamos --respondí alegremente.
Mientras mi hermano y yo tramábamos nuestro plan, los adultos se miraban y se reían de la juventud de ese entonces.
Después de algo de papeleo y de una charla sobre modales y cosas que no podría hacer, mi familia y yo volvimos a casa. Pasé felizmente el portal, pero una vez dentro, recordé que la última vez que vi a Julia no fue muy bien. Me quedé paralizada en la entrada mientras el resto pasaba de largo.
--¿Victoria? --Tom se detuvo frente a mi --¿Qué pasa? --veía la preocupación en sus ojos, como antes de ser arrestada.
--Julia... --sentía como si mi voz no quisiera salir --¿No me tendrá miedo? --por muy bien que nos lleváramos antes, tenía que admitir que mi aspecto generaba más rechazo que aprecio.
--¿Por qué iba a tenerte miedo? Sigues siendo tú --.
--Pero no parezco yo --me señalé con las manos.
--No importa lo que parezcas, --apoyó su mano en mi hombro --por dentro sigues siendo la misma.
--Pero... --.
--Confía en mí, todo saldrá bien --me sonrió.
Respiré hondo y reuní valor para entrar en el salón. Allí estaban Julia y Jorge, que dejaron de hablar en cuanto me vieron. Era una situación incómoda y el silencio la hacía aún peor.
--Bienvenida a casa --me saludó Julia.
No pude evitar sorprenderme y se me humedecieron los ojos de la emoción.
--Gracias --sonreí al ver que era aceptada.
Después de compartir mis aventuras en prisión, Tom y yo fuimos a mi habitación para que él me pusiera al día sobre el mundo real.
--¿Sabes? --me dijo mientras nos sentábamos en mi cama --Podrías ser abogada --.
--Síi, claro. Abogada por el día, demonio por la noche --no pude evitar reírme.
Y entre risas nos pasamos el resto del día, como si no hubiera pasado nada y todo fuera normal.
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--¿Qué pasó con tus amigos ladrones? --pregunta Axel.
--Te lo contaré mañana --le guiña la bestia a pesar de que sus ojos son tapados por su pelo.
--Entonces nos vemos mañana --sonríe el hombre.
--En el mismo sitio --sonríe Victoria de vuelta.
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Las vidas de Victoria
FantasyEsta historia es una idea que tuve para un personaje. Victoria empezó siendo una humana que guardaba dentro a un poderoso demonio temido desde el inicio de los tiempos. Por X circunstancias el demonio y ella llegaron a un acuerdo para revivir eterna...