1. 13. Respirar de nuevo

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Con la tierra medio embarrada y el olor a humedad en el ambiente, los dos amigos se reencuentran para llevar a cabo su reunión diaria.

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Volví a soñar por la noche, estaba en el mismo espacio oscuro de siempre, pero algo era distinto: el demonio no estaba.

Desperté escuchando unos murmullos con origen al otro lado de la puerta de mi celda. Me acerqué para intentar ver entre los barrotes y pude apreciar a Leo hablando con la Sra. Brown, que iba acompañada de Tom.

Me emocioné al ver a mi familia allí, pero no me atreví a interrumpir su conversación. Al rato de hablar entre ellos, Leo se puso delante de mi puerta y sacó las llaves, me miró de forma que parecía estar feliz por mí y abrió la puerta.

Me separé de la entrada para dejar paso al trabajador y a sus acompañantes. Después de una rápida mirada confusa a Leo, vi aliviada a la Sra. Brown y luego hice contacto visual con Tom. Volví a mirar a Leo, inquieta, y él asintió dándome permiso para abrazar a mi hermano.

Corrí con los brazos abiertos hasta Tom y nos achuchamos.

--¡Lo siento mucho! --sollocé.

Él me dió palmadas en la espalda, consolándome.

--No pasa nada, todo está bien --me tranquilizaba.

--No era mi intención, yo no quería --hundí mi cara en su hombro y lo abracé con más ganas, sentía que él era el único con el que podía hablar, el único que me entendía.

--Ya está... Ya pasó... --siseaba para calmarme, como si fuera una niña pequeña.

Al rato, cuando se me empezaba a pasar el disgusto, noté una mano en mi hombro. Alcé la cabeza, era la Sra. Brown, que me sonreía emanando apoyo y aprobación.

Me separé de mi hermano y me sequé las lágrimas.

--¿Qué es esto? --busqué respestas para esa situación mientras alternaba mi vista entre Leo y mi madre.

--Han pagado tu fianza --respondió el hombre trajeado.

Bruscamente me giré hacia la señora.

--¿¡Habéis pagado por mí!? --me pesaba el pensar que una semana después de mi llegada, mi nueva familia ya tuviera que pagar por mis actos, literalmente.

--Es una broma, no hemos pagado nada. Te han liberado --sonrió mi madre.

Entonces miré a Leo, en busca de una aclaración.

--Después de hablar con mis superiores durante un largo rato, conseguí convencerlos de que no debías estar entre rejas --explicó él.

--¡Muchas gracias! --salté de felicidad.

Aclaramos algunas cosas más antes de salir de mi querido cuarto acolchado y considerarme una persona libre de nuevo. Una vez fuera, miré a las celdas de mis compañeros.

--Te dije que saldrías pronto --recordó Laurence.

--Lo has hecho bien --me felicitó Charlie.

--Gracias, chicos --les respondí.

--¿Son amigos tuyos? --preguntó Tom algo confundido.

--Sí, me han ayudado a adaptarme a este sitio --entonces recordé el tiempo que pasé con ellos, me entristecí y miré a Leo.

--¿Qué? --preguntó el trabajador al ver mi cara de pena.

--¿No podríamos... sacarlos a ellos también? --puse la típica cara de corderito para intentar dar pena.

--Son ladrones, Victoria --respondió él.

--Pero no llegaron a robar nada, ¿cierto? --intenté desmontar su excusa.

--Porque se les capturó en el acto --refutó.

--¿Y cómo sabéis que no estaban admirando el objeto de una forma diferente y peculiar? --volví a contestarle.

Leo, que no sabía qué responder para convencerme, miró a la Sra. Brown en busca de socorro.

--Si fueran liberados --empezó a explicarme ella --no tendrían nada, ¿qué crees que harían? --siempre he pensado que la respuesta que ella esperaba era "robar", pero yo pensé en otra cosa.

--Pedir ayuda --respondí y miré a mis amigos --¿Pediréis ayuda? --.

--Por supuesto --dijo Charlie.

--Hemos aprendido nuestra lección --argumentó Laurence.

Miré a la Sra. Brown con una enorme sonrisa que reflejaba mi orgullo y satisfacción.

Mi madre miró a Leo de tal forma que se veía que estaba convencida, y puede que hasta un poco orgullosa de mi respuesta. Leo suspiró.

--Está bien, veré qué puedo hacer --respondió en un tono algo cargado.

--¡Genial! --di un salto triunfal.

--Pero no se pueden quedar con nosotros --dijo Tom.

--Ostras- Es verdad --me quedé pensativa un instante --¡Nik! ¿Su familia no tiene una gran casa llena de seres? Tal vez no les importe que haya alguno más --.

--Bueno, eso habría que consultárselo... --susurró el joven.

--Pues se lo preguntamos --respondí alegremente.

Mientras mi hermano y yo tramábamos nuestro plan, los adultos se miraban y se reían de la juventud de ese entonces.

Después de algo de papeleo y de una charla sobre modales y cosas que no podría hacer, mi familia y yo volvimos a casa. Pasé felizmente el portal, pero una vez dentro, recordé que la última vez que vi a Julia no fue muy bien. Me quedé paralizada en la entrada mientras el resto pasaba de largo.

--¿Victoria? --Tom se detuvo frente a mi --¿Qué pasa? --veía la preocupación en sus ojos, como antes de ser arrestada.

--Julia... --sentía como si mi voz no quisiera salir --¿No me tendrá miedo? --por muy bien que nos lleváramos antes, tenía que admitir que mi aspecto generaba más rechazo que aprecio.

--¿Por qué iba a tenerte miedo? Sigues siendo tú --.

--Pero no parezco yo --me señalé con las manos.

--No importa lo que parezcas, --apoyó su mano en mi hombro --por dentro sigues siendo la misma.

--Pero... --.

--Confía en mí, todo saldrá bien --me sonrió.

Respiré hondo y reuní valor para entrar en el salón. Allí estaban Julia y Jorge, que dejaron de hablar en cuanto me vieron. Era una situación incómoda y el silencio la hacía aún peor.

--Bienvenida a casa --me saludó Julia.

No pude evitar sorprenderme y se me humedecieron los ojos de la emoción.

--Gracias --sonreí al ver que era aceptada.

Después de compartir mis aventuras en prisión, Tom y yo fuimos a mi habitación para que él me pusiera al día sobre el mundo real.

--¿Sabes? --me dijo mientras nos sentábamos en mi cama --Podrías ser abogada --.

--Síi, claro. Abogada por el día, demonio por la noche --no pude evitar reírme.

Y entre risas nos pasamos el resto del día, como si no hubiera pasado nada y todo fuera normal.

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--¿Qué pasó con tus amigos ladrones? --pregunta Axel.

--Te lo contaré mañana --le guiña la bestia a pesar de que sus ojos son tapados por su pelo.

--Entonces nos vemos mañana --sonríe el hombre.

--En el mismo sitio --sonríe Victoria de vuelta.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2022 ⏰

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