🗡 EXTRA I: DRAGONES 🗡

845 41 2
                                    

+18.
⚠️Contenido sensible.

—¿De verdad existían los Dragones?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿De verdad existían los Dragones?

Seth miró a su mujer, sonriendo con ternura al ver esos hermosos ojos grises que cargaban una enorme curiosidad al leer los libros antiguos de la familia Alvensleben. Eran pasadas las dos de la madrugada cuando al llegar a su hogar, encontró a Lilith acostada sobre el piso de la biblioteca leyendo aquellos gruesos y viejos libros. Y es que su pequeña esposa no dormía si él no estaba junto a ella. Seth se sentó sobre una cama de almohadones que él mismo armó y tomó a su pequeña mujer para sentarla en medio de sus piernas, leyendo junto a ella.

—Aquí dice que por esa razón los Dragones son el símbolo de los Alvensleben. Incluso se menciona que tienen raíces nórdicas y vikingas —susurró Lilith al leer—. Los primeros Alvensleben fueron mercaderes. Vendían esclavos. Después vendían armas. Y era una familia solo de varones.

—Siempre ha sido un patriarcado.

—Fue un Alvensleben quién encontró una vieja cueva en el mar donde encontró huevos, pero no sabía de qué eran —sonrió Lilith al leer—. Esos huevos tenían más de cien años. Los cuidó y los logró eclosionar. Siendo los primeros humanos después de siglos en tener Dragones. Desde ahí comenzó el verdadero poder de los Alvensleben. Escalaron en la nobleza, siendo comandantes y guerreros que tenían más poder que los mismísimos reyes.

—Eso dicen los escritos.

—¿Y qué piensa usted?

—No creo en ese tipo de cosas, Ojitos.

—Pero es la historia de su familia...

—¿Qué me garantiza que lo que está allí escrito es real y no un invento para creernos sangre sagrada? No creo en ese tipo de cosas. Sé que mi familia proviene de un linaje antiguo de la nobleza, pero nunca he indagado más allá de lo medieval.

—¿Por qué? —ladeó su cabeza.

Seth se mordió el labio, Lilith se veía increíblemente tierna—. No creo en la fantasía o en dioses, vida mía. Solo en hechos concretos.

—Pero... Cuando quise poner mi altar, usted me aceptó. Incluso prende velas conmigo. Y también ha hecho ofrendas por mí a mis dioses.

Seth le sonrió. A ella jamás se le escapaba nada.

—Y no solo eso. Usted hizo un pacto de sangre frente a mis dioses en la luna llena de Octubre, jurándome amor mientras me decía que usted me pertenece. Lo hizo por mí.

LA FLOR DE LA MUERTE © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora