Capítulo 2, " Marca "

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Zeus iba directo al templo de Afrodita. Camino y reflexionó sobre lo que iba a hacer, y sabía que si Poseidón se enteraba de lo que iba a hacer, era viejo muerto.

Su plan era bastante simple, hacer una pequeña fiesta era noche con algunos invitados, tampoco haría una gran fiesta. Habría vino, comida y demás. Le pediría a Afrodita y afrodisíaco leve para que Poseidón entrase en celo una vez que termine la fiesta pero este consciente de todo lo que hace y Hades va a hacerle.

Tal vez no supiera con exactitud porque Poseidón estaba inseguro de entregarse en cuerpo a Hades, pero de lo que estaba seguro es que muy dentro del rubio, si quería hacerlo.

Sólo necesitaba un empujón y ya, tampoco es como si tener sexo fuera tanto. Sólo era dolor y placer, nada más. Claro, habían algunos riesgos pero si tenían cuidado no pasaba nada.

Cuando vio la puerta rosada del templo de Afrodita, tocó y la puerta inmediatamente se abrió. Con lentitud, la puerta dejaba ver cada vez más y más el lugar.

Las paredes eran de un color rosa opaco, el piso de mármol blanco y las decoraciones doradas contrastaban. Un poco más lejos pudo ver la silla de Afrodita y a la misma sentada en ella. Un hombre le daba de comer uvas mientras que otro le masajeaba los pies.

Tenía dos pepinillos en los párpados de sus ojos, mientras que su cabeza descansaba en lo alto del espaldar de su silla. Abría la boca de vez en cuando pidiendo la uva morada y el sirviente se la daba con total calma. Hasta comía con sensualidad.

Carraspeo un poco, dándole un pequeño susto a los sirvientes. Afrodita no se inmutó.

— Vaya, vaya. Zeus, no esperaba tu visita a mi templo. ¿En que te puedo servir? Después de todo viniste tu y no Hermes, debe ser importante. —dijo sin dejar su postura, le hizo una seña con la mano a sus sirvientes para que siguieran con su tarea, y estos obedecieron.

— Veras, Afrodita, necesito un afrodisíaco leve que pueda inducir a un Omega en celo pero que este consciente de todo lo que pasa. — fue lo más descriptivo que pudo.

Una de las manos de Afrodita fue directamente a su cara, quitando uno de los pepinillos de sus ojos. Lo miro con su ojo libre y le pidió con una seña a sus sirvientes que se fueran. Suspiro.

— Justo cuando tenía mi adorado masaje... — refunfuño. — ¿Para qué necesitarías tal cosa? Digo, te vez muy viejo para follar. O... quieres que alguien más tenga sexo con otra persona...? — dedujo. Después de tanto tiempo ya conocía las mañas de Zeus y como era. Como si le leyera la mente.

— La segunda, pero lo quiero ahora Afrodita.

— Está bien, está bien... Adela, —la mencionada inmediatamente aparecio. — traeme la caja de afrodisíacos leves, por favor. — pidió, y está inmediatamente le dio una leve reverencia para ir por lo dicho.

Esperaron un momento y la sirvienta llegó con una caja grande, de varios cajones. Todos clasificados. Le dejo en el regazo de la diosa del amor y se fue, después de hacer otra leve reverencia.

— Bien, — abrió el segundo cajón, y habían varios frascos pequeños, entonces paso su dedo por encima de los frascos, para después tomar uno. — Este es exactamente lo que buscas, sólo necesita una gota en alguna comida o líquido, en el caso de que quieras hacerlo sin que te descubran. El efecto no es inmediato, haría un efecto más fuerte si toma bebidas que contengan alcohol o frutas, como uvas, cerezas, etc.

<< La escarcha dormirá al Omega interior de la persona, eso sí es inmediato, lo que hará que la persona tenga consciencia completa sobre lo que está haciendo. El líquido es transparente y se puede acaparar a cualquier tipo de comida o bebida para que pase desapercibido. Sólo el que tiene un buen paladar puede percibir su sabor. Usa sólo UNA gota, eso será más que suficiente para que induzca en cuatro horas al Omega en celo. No te excedas, Zeus, porque sino podría ser fatal. >>

¡Gracias Zeus!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora