Prologo: Despertar

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Esto es solo un aviso de que el capítulo recibió una modificación, ojalá y la disfruten más y disculpen el inconveniente.
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Es una tarde lluviosa en las ciudades de México, la gente corrió a refugiarse de la lluvia repentina que surgió a pesar de que en estos últimos días ha estado soleado. Entre las calles corrí con todas mis fuerzas, sin detenerme, sin cometer el error de tropezar porque lo lamentaría con todo mi ser.

—¡Ha…! ¡Ha…!

Cada bocanada de aire era un impulso para llegar con el tipo que tenía a mi hermana menor. No puedo dejar que escape, no cuando ella era lo único que me quedaba.

Acortaba caminos y cuando veía que desaceleraba el paso yo aceleré. Por desgracia él lo hizo para subir a Esmeralda a un Tsuru y acelerar… Parece que él no venía solo… Espera… pude ver su cara antes de que entrara en el carro… Ese cabrón es… ¡hijo de perra!

Apresuré el paso con la intención de alcanzarlos antes de que subieran la velocidad. Para mi fortuna había mucho tráfico que impidió su paso, pero eso no lo detuvo y cambió de carril rápidamente provocando que algunos autos le pitaran.

—¡Mierda! — Maldijo con el ceño fruncido.

Cerca de mí había un grupo de jóvenes que estaban contemplando la escena tenían una bicicleta la cual no dude en tomar prestada.

—¡Oye, espera cabrón!

—¡Te la traeré enseguida! ¡Espérame aquí!

Fuí rápidamente a perseguir el tsuru que ya se alejó bastante pero no lo suficientemente como para no encontrarlo, el claxon de los vehículos me indican por dónde pasó ese Tsuru.

Cuando doblé una esquina me encontré con el vehículo ya estacionado fuera de un callejón, bajé de un salto para adentrarme, siendo recibido por tres hombres.

—¡¿Dónde está mi hermana?! — Rugió con enojo.

Sin decir nada los tipos se abalanzaron contra mí, al más cercano le dí un cabezazo en la nariz pero fui recibido por un golpe en la mejilla y otro en el estómago. No obstante no caí, estoy dispuesto a recibir incluso 100 golpes si significa mantener a Esmeralda conmigo. Le di un fuerte uppercut al último y antes de recibir una patada a la entrepierna le regresé la pierna con la planta del pie lo que desequilibró al hombre y aproveché para darle un puñetazo directo a la nariz y un gancho a la quijada que lo noqueó.

Ese desgraciado… es un compañero de clase de mi hermana, no… era su pinche acosador. Cuando empezó su segundo año en secundaria un nuevo estudiante ingresó, ni siquiera voy a mencionar el nombre de esa escoria, lo habían expulsado de su anterior escuela por acoso sexual a sus compañeras. El blanco de ese tipo era Esmeralda, una buena estudiante con notas excelentes, un ángel de persona y muy hermosa. No tardó en fijarse en ella para comenzar a molestarla, pero no solo él pues algunos tipos de allí también la tenían en la mira, solo su cobardía había evitado que le hicieran algo… hasta que ese hijo de puta llegó.

—¡Esmeralda! — Corrió por el callejón a gran velocidad y vió a su hermana inconsciente con ese cabrón acompañado de otros cuatro hombres que eran mayores que él.

Cuando ella me mencionó esto no me contuve y fuí a hacerles una visita que terminó en una paliza para él y sus amigos. No solo eso, sus padres lo echaron de la casa lo cuál ya le dió la libertad de hacer lo que sea sin tener nada que perder.

—Alex… — La débil voz de Esmeralda apenas se escuchó con la lluvia, parecía que se acababa de despertar y que tenía miedo.

Pude sentir como la sangre en mis venas comenzaba a hervir, sin notarlo mis ojos verdes brillaron y corrí con furia hacia ellos con un deseo grande de romperles el hocico.

El poder de la voz [El reencarnado en Konosuba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora