Capítulo VI: Diferencias de personalidades

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—Que segunda vida tan rápida... — Alex murmuró con sarcasmo.

Después de la pelea con el demonio y de caer a un lado de Yunyun, el chico dió su último suspiro sucumbiendo a las graves heridas provocadas por la batalla.

Su alma se separó de su cuerpo y quedó enfrente de donde se encontraba él y la archimaga, lo que le resultó extraño pues no fue nuevamente con Jesucristo y Eris. Pero eso poco le importaba ahora porque tenia ante él a una Yunyun que se rompía emocionalmente intentando despertar el cuerpo inerte del sangre de dragón.

Extendió su mano para poder tocar su hombro, sin embargo, esta lo traspasó.

—Yunyun...

Poco despues vió que los demás se acercaban, ayudando a llevar su cuerpo para intentar salvarlo. Siguió de cerca a Terry quien tenia su cuerpo no sin antes mirar de reojo a su compañera.

Cuando llegaron acudieron a la iglesia de Eris sin éxito y la razón era porque estaban siendo agredidos por los del culto de Axis, regresaron al gremio con la esperanza de tener un curandero o sacerdote que pudiera sanarlo. Fue entonces que Cecily llegó y se puso manos a la obra.

Al llevar a Alex a su habitación realizó su hechizo cerrando sus heridas y acomodando sus huesos rotos, Cecily tenía el ceño fruncido porque dejó de escuchar la débil respiración del Dovahkiin.

—No puede ser, Dovahkiin...

Mientras tanto el espíritu de Alex miraba como la sacerdotisa intentaba reanimar su cuerpo.

—Esto solo es el comienzo — Habló Jesús, quien de un momento a otro apareció a su lado —. Durante el trayecto te enfrentarás a obstáculos más difíciles que este, joven Alex.

—Si... Ya me lo imaginaba...

—Usted será la última persona que reencarnemos en este mundo, pero ya perdió su segunda vida...

—Señor... Si es posible quisiera quedarme — Dijo con determinación mirando su cuerpo, el hombre con barba lo miró sorprendido —. Yo... No quiero irme... No sé sí hay alguna ley acerca de revivir pero tengo que volver y luchar...

—Las hay... Pero nos permitieron hacer una excepción contigo... ¿Estás seguro? ¿Hay alguna razón en particular por la que deseas seguir?

El ojiverde miró al suelo y recordó lo último que vió antes de morir... El rostro de su amiga al borde del llanto llamándolo con desesperación. Prácticamente la misma expresión de su hermana Esmeralda cuando el murió en su mundo.

—Una niña terminará traumada si me quedo muerto... No sé porque pero algo dentro de mi dice que debo de estar a su lado, aun está muy pequeña como para comenzar un viaje... — Resopló reprimiendo una risa —. Solo no quiero que esté sola otra vez. Ya dejé sola a mi hermanita, no quiero repetirlo con Yunyun.

—Entiendo... Ella es una buena chica, he visto que ha pasado por mucho y a mi parecer, tu presencia la hará más que feliz — Sonrió y miró a Alex quien también lucía feliz —. ¿Listo para resucitar?

—Estoy listo.

El hombre con barba alzó su mano y el alma del ojiverde comenzó a brillar.

—Eris está en este mundo también, deberías de ir a verla si la llegas a encontrar. Buena suerte, Alex...
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—Alex...

Escuché una voz apenas audible y abrí los ojos lentamente.

—A-Alex, aqui termina el viaje en caravana... — Habló Yunyun con timidez.

—Cierto... — tomó su mochila y se puso de pie —. Lo siento, estoy acostumbrado a dormirme en transportes.

—¡A-ah, no es na-nada!

El poder de la voz [El reencarnado en Konosuba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora