En El Campo Con Mi Suegro

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Luis se levantó tarde como todas las mañanas pensando: ¡Llego tarde!. No cabía duda que le gustaba estar dormido en la cama, o que desde que se quedo solo y sin esposa le costaba dormir y eso hacía que le costara levantarse. Luego miró por su ventana orientada al patio de la propiedad de su suegro y veía una piscina con escalinata más apropiada para darse un baño tranquilo que para nadar en realidad. A Luis un sonido inconfundible en el estomago le recordaba que tenia hambre, como él se decía a sí mismo, la “esclavitud del gordo”, vivir para la siguiente comida. Al llegar a la cocina paso por el baño. Su aspecto era descuidado, su cabello medio largo estaba cada uno por un lado y solo llevaba un pantalón corto que había visto mejores épocas. Según se miraba él también había visto mejores épocas, ahora era un hombre gordo con senos algo caídos y redondos, nada de vello y mirada perdida y a modo de burlo puso la cara de su esposa y dijo en tono paródico: ¡piricimis dis lisbianis Luis!. Se sujetó la coletilla de siempre con la goma que siempre llevaba en la muñeca y se fue a la cocina. Se encontró una nota que rezaba así: Luis, e salido a dar mi paseo matutino, ya que estás aquí porque no preparas el desayuno, café y tostadas, a las nueve y media estoy ahí. Miró su reloj y empezó a maldecir, eran y veinte. Iba tarde y sabia perfectamente que su suegro si algo tenía era su jodida puntualidad, adquiridas de sus tiempos como militar. Cuando aun estaba sin salir el café llegó Fran por la puerta trasera ,a del patio y el jardín.

F: Hombre, buenos días espero que durmieras bien, saludó.

L: Si si, gracias, es una habitación pequeña pero cómoda

F: De eso precisamente quería hablarte, ayer llegamos tarde y esa habitación era la que estaba mas presentable, pero me gustaria que durmieras en otra más espaciosa.

F: tranquilo Fran, estoy bien en ella, no hace falta...

L: ...Insisto, y por favor llamame papa, a fin de cuentas somos familia

L: Estás bien tu ganas Llu...papá.

F: eso está mejor, bueno que tenemos para desayunar.

L: como solo lei café y tostadas he puesto tostadas y mantequilla y aceite, he notado que tienes esyp algo vacío

F: si bueno, es lo de no tener una mujer para que ayude en la casa , no tengo que explicártelo.

L: No se que quieres decir, en cas, incluso cuando estaba tu hija, era yo básicamente quien llevaba todo el tema de la comida limpieza y demás, tu hija era un desastre y con perdón.

F: ¿Ah si? Bueno, yo no te obligo pero si me dices el que compro yo hago esas compras y tu limpias la casa y todo lo demás.

L: Será un placer Fran.

Su suegro le miro inquisitivamente y Luis corrigió rápidamente.

L: Será un placer papa.

F: Mejor, mucho mejor así, ¿ves?.

L: Si papa, será como te guste más.

F: me gusta esa actitud diligente.

Fran se marchó a comprar la lista de la compra que Luis le dejó escrita,. Mientras Luis se puso a darle un repaso a la casa, que según su inspección era necesario y había que ser muy concienzudo,, vivía literalmente en una leonera. Sólo la cocina y tal vez la zona de piscina parecían más adecentados. Se puso manos a la obra y descubrió en parte porque estaba todo desordenado, había pocos efectos de limpieza y descubrió cepillos para el suelo, Alucinó, pero los usó., Cuando Fran regresó se lo encontró a cuatro patas cepillando el suelo y sudando como un pollo, el pantalón corto casi se le caía y era lo único que llevaba.. Fran se quedo mirándolo detenidamente sin decir ni una palabra hasta que Luis se giro y le dijo:

Todo queda en la familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora