Intro

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*Resumen/Sinopsis: Miel. La casa olía a miel. Aquello era insoportable, porque en lo único que Tony, Alfa, podía pensar, era en reclamar a Peter, como su Omega. Un Omega que había criado desde tan temprana edad. Peter Parker por muchas razones, era el único Omega que no podía tener.

*DISCLAIMER: Los Vengadores, Iron Man, Spider-Man ni ninguna otra entidad reconocida en el mundo artístico, me pertenece.

*ADVERTENCIAS: Omegaverse, Starker underage (Peter es menor de edad), lemon.

*Aclaraciones: Primera colaboración con mis amigas, Perla_Regina/Alanna Black y Mare Nigrum/noxxx

Fue maravilloso y una experiencia nueva poder ser partícipe de esta historia. Hay algunas palabras en francés básico, pero no es algo que afecte mucho. De igual manera, se estarán compartiendo sus respectivas traducciones

¡Espero puedan disfrutarlo!~


***

Miró la foto una vez más. No podía sino sentirse orgulloso y no cabía en sí debido a cada una de las satisfacciones que llenaban su vida. Todas aquellas portadas, aquellos reconocimientos... Medallas, trofeos, diplomas, menciones en revistas y artículos científicos... Tony Stark tenía todo lo que un hombre como él podría desear y a veces, un poco más.

Casi.

Casi tenía todo.

Miró su reloj una vez más y se dio cuenta de que lo único que no siempre tenía era tiempo suficiente para poder admirar eso que el chico había ido construyendo por su cuenta, aquel chico que vivía con él y que al fin se había vuelto su mundo. Ese pequeño niño al que había tenido que adoptar dadas las circunstancias y porque de alguna forma, había pasado tanto tiempo sumido en su trabajo y atendiendo otras situaciones que cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde para querer formar una familia.

Más bien, Tony nunca se había visto interesado en hacerlo. Opciones siempre tuvo pero nunca se sintió atraído ante esa posibilidad. Sólo le interesaba seguir siendo el mejor en lo que hacía pero cuando en una de las tantas visitas que hacía atendiendo las fundaciones y caridades a las que fervientemente apoyaba, cayó rendido ante la mirada desesperada y suplicante de aquella mujer de semblante demacrado y notablemente enfermo, casi moribundo; supo que debía hacer algo en serio. La escuchó con atención y con demasiado dolor. Se conmovió ante su historia y más porque ella le había encargado lo más precioso que tenía y aunque Tony de momento dudó, al saber que las horas de esa mujer estaban contadas, solo accedió.

Aquel funeral había sido lo más triste que le había tocado presenciar después del de sus padres y Tony sabía perfectamente lo que era estar solo en el mundo sin tener la cercanía ni el interés genuino de alguien. No podía dejar a su suerte a aquel entonces niño y fue por él que hizo cambios drásticos en su vida. No más juergas, no más actitudes temerarias e irresponsables. No más tendencias autodestructivas disfrazadas de placeres inconmensurables. Le había jurado en su lecho de muerte a esa mujer que cuidaría bien de ese pequeño que, por segunda vez, estaría completamente confinado al desamparo

Tony se encargó de convertirse en lo que no era: un ejemplo, una figura paterna y de autoridad, un guía, un mentor... Alguien digno de confianza y que demostró una vez más al mundo que era capaz de reinventarse, aun en el rol que fuera. Siempre lo presentó como su hijo ignorando las especulaciones del mundo y los rumores respecto a su recién adquirida paternidad. Incluso, cuando aquel pequeño que soñaba con superhéroes, que lo imitaba y que ávidamente aprendía lo que el millonario le mostraba, creció, en lo privado Tony tuvo que decirle la verdad y le pidió que se siguiera refiriendo a él como "Sr. Stark" o "Tony", porque desde que Peter era pequeño, le dijo que no era su papá y que no deseaba que lo llamara así.

Peter era muy listo y nunca protestó. Ni siquiera se entristeció por eso, pues el trato era cordial y cariñoso entre ambos y aunque había días en los que Tony se arrepentía por haberle dicho eso a un niño de corta edad, ahora que aquella hermosa visión de cabellos castaños y mirada suave había crecido lo suficiente, en serio que añoraba ese apelativo para seguirse regodeando en su orgullo.

Pasó los últimos trece años de su vida cuidando a un niño que no era suyo, pero al que se sentía fuertemente unido, al que amaba y quería con locura, que era el centro de su universo y al que deseaba seguirle cumpliendo cada uno de sus deseos. Aunque en algunos momentos de su vida temió por aquello de lo que muchos adultos (que sí eran padres biológicos) de alguien se quejaban por esa edad en la que los niños dejaban de ser tan adorables y dóciles, para convertirse luego en una auténtica pesadilla hormonal, el millonario no se amilanó. El único acto de rebeldía que caracterizaba a ese muchacho de quince años era el levantarse tarde y estar de mal humor los fines de semana. Por lo demás, Peter siempre se había comportado a la altura de las circunstancias.

Quizá la única razón que en serio lo seguía teniendo en vilo, era la condición de Peter y para la cual no hubo modo de saberlo hasta que se presentó, y la naturaleza mostró lo que en verdad ocultaban aquellas maneras y modos que eran similares a los suyos, pero a pesar a toda esa crianza y educación, simplemente salieron a relucir: Peter era un omega y Tony jamás había estado cerca de uno. Nunca había estado tanto tiempo cerca de uno y menos, bajo el mismo techo.

Desde que podía recordar, Tony se había encargado de moldear a Peter para que fuera un digno portador de su apellido, un digno representante de su estirpe, uno que pudiera conducirse con la misma fiereza en los negocios y que demostrara lo deslumbrante que podía ser. Pero hasta que no se cumpliera eso, en público el chico seguía usando el apellido de su familia: ante todos era Peter Parker, el pupilo que trabajaba hombro a hombro con Tony Stark. Nadie sabía que el chico llevaba el apellido del millonario ni que era el siguiente en heredar aquel imperio que seguía maravillando al mundo entero.

Tony miró la hora una vez más. El chico estaba por volver de la escuela y él debía recibirlo como siempre, queriendo ignorar lo que a últimas fechas había acontecido y lo perturbaba en formas indecibles. Aun cuando el chico se portara como todo un alfa, su naturaleza lo traicionaba y parecía que el joven no se daba cuenta y Tony estaba nervioso en sus adentros.

La casa olía a miel.

El cuerpo de Peter se estaba preparando para su primer celo y Tony no sabía qué hacer.

Miel (Omegaverse Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora