Cap 3: Destin

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Tony había esperado varios días más a que Peter quisiera hablar con él como antes y preguntarle si estaba bien, porque lo notaba raro, distante y preocupado. Lo conocía bastante bien y sabía que el chico había resentido ese súbito y cortante cambio de actitud de algunos días atrás, pero también sabía cómo lo había criado y que Peter era orgulloso y algo cínico cuando se trataba de evadir discusiones o aclarar las cosas. Resignado, Tony había tenido que encerrarse en su laboratorio para seguir sacando algunos pendientes, y a tratar de pensar en algo más que no fuera aquella situación que llevaba días molestándolo.

Otra vez, sus preocupaciones aumentaron al darse cuenta de que el cuerpo de Peter se estaba preparando para lo que era obvio y él temía que las cosas dieran un giro repentino, en el que su tranquilidad se fuera por la borda y él no pudiera hacer nada. Pero confiaba en que eso ocurriría cuando Peter fuera mayor y que eso pasara con alguien digno de su hijo, aunque realmente no había nadie que le hiciera pensar que eso iba a suceder, porque el chico parecía no tener interés en esa clase de cosas.

Hasta hacía unos meses atrás, no le preocupaba el hecho de que Peter tuviera que emparejarse algún día con alguien, porque la primera vez que pensó en eso le pareció bastante obvio que aquello sucedería cuando Peter tuviera más edad y a él le causaba cierta emoción pensar en cómo se vería Peter con un vientre prominente (en el caso de que el chico quisiera tener descendencia) y él sería el primero en querer ayudarlo y velar por Peter y su familia. Porque, ¿no se suponía que quería lo mejor para Peter? ¿No era obvio que por la relación que ambos tenían, nada podría darse entre ellos?

Porque Tony siempre se había encargado de lucir como un modelo a seguir para el chico, por eso había renunciado a muchas de las cosas que antes de adoptarlo llenaban su mundo. Por eso había decidido ser otra persona, pero ahora era luchar contra lo inevitable y de paso, querer reprimir el deseo que cada vez sentía cuando pensaba en Peter o en esa dulce fragancia, que por más leve, se manifestaba apenas estaban cerca. No importaba cuanto lo intentara, porque Tony ya no podía seguir escondiendo el deseo que empezaba a sentir por Peter cuando lo sentía cerca.

"Estás enfermo", se recriminó mientras desechaba por enésima vez aquella idea en la que llevaba trabajando durante horas. No podía creer que en serio estuviera deseando ser el primero en la vida de Peter y que por lo mismo, se hubiera obligado a sí mismo a marcar distancia. Le había dolido mucho el tener que ser cortante con el chico y fingir aplomo cuando estaba cerca de él. Peter nunca le había dado motivos para que Tony quisiera cortejarlo (si es que esa era la palabra) pero tampoco quería que estuviera con nadie más.

—¡Mierda! —gritó cuando se lastimó con aquel desarmador que estaba usando y la sangre comenzó a brotar copiosamente de su mano.

Dejó todo como estaba y casi corriendo subió a la cocina para enjuagarse.

—Alguien debería saber que el botiquín se necesita allá abajo y no aquí —se dijo con ironía mientras trataba de parar el sangrado.

Molesto, abrió el grifo del agua y cuando menos vio, Peter estaba a su lado.

—¿Qué pasó? —preguntó el chico, lucía somnoliento.

—Nada grave. Un descuido, eso es todo —dijo Tony restándole importancia.

—Déjame ver —ordenó el chico, mientras que el millonario suspiraba resignado. Pronto, la suave mano de Peter sujetando la suya hizo que Tony se estremeciera.

—Presiona en lo que te busco las gasas.

Tony frunció el ceño cuando el chico lo soltó momentáneamente y empezaba a mojar una con alcohol.

Miel (Omegaverse Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora