La morena le regalo una sonrisa a lo que se retiró de la sala para ir a afuera y esperarla en el carro que utilizaría para llevar a la castaña.
Esa sonrisa por más mínimo gesto que fuera movió algo en daniela, y no era por el simple hecho de que le recordará algo, sino que tenía una sonrisa hermosa que hizo que su día comenzará de la mejor manera.
- Nos vamos?.- preguntó daniela sacando de los pensamientos a María José.
- Sí, suba.- dijo abriendo la puerta trasera del Audi Q8 para que la castaña subiera.
Una vez listos salieron directo a la oficina, llegarían temprano por lo visto.
Daniela no quitaba la vista de la morena, estaba estudiando cada uno de sus movimientos y aunque por ahora no lo admitiría, le gustaba lo que veía.
La morena era bajita sí, pero eso no le quitaba lo hermosa que se veía ante los ojos de daniela, era la primera vez, después de lo sucedido, que miraba a alguien más y no de manera casual.
Maria jose sintió los ojos de la castaña sobre ella y miró por el espejo retrovisor encontrándose con los dulces ojos canela de daniela.
- Pasa algo señorita?.- pregunta mirándola, haciendo que esta se sonroje.
- Nada, no pasa nada, solo siento que la he visto en algún otro lado...- respondió con la mirada en sus manos.
- Si? No recuerdo haberla visto antes, y eso que yo me acuerdo de todas las personas con quien me cruzo.- habló nuevamente María José.
- A de ser que la estoy confundiendo, una disculpa.- esta vez levantó la mirada.
- No se preocupe, todo bien...- dijo sonriendo nuevamente.
Esa sonrisa, esa sonrisa iba a convertirse en su nueva droga por ahora, lo hacía de una manera tan genuina que sentía que se volvería loca.
Esto le recordó la forma en que sonreía ella... sacudió su cabeza para borrar por ahora esos pensamientos, estaba mirando a alguien más, después de tanto miraba a alguien y se sentía bien al hacerlo y quería seguir haciéndolo.
- Hemos llegado.- dijo para luego bajarse y abrirle la puerta a la castaña.
- Muchas Gracias.- Ella fue la que sonrió esta vez.
A María José también le recordaba algo, esa sonrisa la había visto en algún lado, o en algún sueño, no recordaba dónde pero se le hizo familiar y... en casa?
Subieron al último piso del gran edificio donde se encontraba la oficina de Germán y la nueva oficina de daniela.
Daniela se sentía nerviosa, ella había trabajado para su padre pero no es un cargo tan superior como el ser su mano derecha, ella amaba a su padre y no quería defraudarlo por ninguna razón, intentaría dar todo lo que pudiera de ella y hacer bien su trabajo.
También esperaba caerle bien a las personas con quien se relacionaria a diario, no le gustaba sentirse superior a alguien por ser lo que era, a diferencia de su padre ella era más sociable y eso fue lo que enamoró a su novia cuando esta vivía.
La manera tan dulce de ser de daniela era lo que enamoraría a María José, solo era cuestión de tiempo para que sus corazones se volvieran a encontrar.
Daniela estuvo todo la mañana y tarde en reuniones importantes con su padre, quien le estaba asesorando para que su desempeño en la empresa fuera el mejor.
El sabía que no estaba pasando por un buen momento y también sabía lo responsable que era su hija, así se le ocurrió la mejor idea de que por ahora fuera su mano derecha pues pensaba retire y dejarla como la encargada de todo lo que hasta ahora el se había ocupado, daniela daría lo mejor de sí para hacer crecer aún más lo negocios de Calle's Company y la mantendría alejada del tema que la estaba hundiendo.
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Siempre te cuidaré | Caché | Terminada
Fanfiction- Porque te fuiste?.- preguntó daniela antes de quedarse dormida. - La vida es así mi amor, te prometo que pronto nos volveremos a encontrar.- dijo maria José besando la parte superior de su cabeza para luego pasar una manta por su cuerpo y lentamen...